Rainbow tuvo que indagar sobre los recuerdos de Andrei, porque su corazón era muy frío como para tocarlo. Se mostró parte de su vida y descubrió su mayor temor. En una parte de sus recuerdos se vio cuando Elysia dejó a Andrei en un internado, él estaba solo y apenas era un niño. Al separarse de su familia y amigos, no tenía ningún motivo para hacer nuevas amistades, los cuales eran estudiantes muy reservados por ser un colegio especial. Se concentró en los libros y aprendió muchas cosas.
- Ahora tienes a tu familia unida y al amor de tu vida. ¿Vas a dejarlos solos?
- Mi familia no está unida – respondió – Y Ellie no es capaz de entender la situación… sabe que lo que dije no fue verdad.
- Entonces, ¿estás dispuesto a dejarlos solos?
- No quiero arreglar cosas que no tengan remedio. Mi padre nunca regresó después del nacimiento de Chelsea.
- ¿Sabes que también Ellie ha estado viviendo sola? Ni siquiera tiene hermanas, pero… ella siempre vio el lado positivo de la vida. Tú fuiste más débil y te encerraste.
Esas palabras hicieron efecto… “Tú fuiste más débil...”
- Debilidad es llorar por cualquier cosa – se defendió.
- Eso es expresar los sentimientos. Solo lo hiciste una vez cuando sentiste que la habías perdido para siempre.
Rainbow le hizo recordar aquel momento. Ese momento en el que Andrei realmente estaba arrepentido por cómo había tratado a la chica. Cuando había llorado por ella y deseaba volver a ver sus ojos brillantes y su sonrisa. Inmediatamente un resplandor se pudo ver en la forma del corazón, Rainbow voló hacia él y lo tocó. Brilló intensamente.
“Eres una persona pura, después de todo.”
Ellie, Joan y Cindy llegaron a la casa de Sabrina, pero no se acercaron mucho porque notaron el remolino que había encima. Vieron que Emilly estaba luchando con ella.
- Esto es sorprendente, ¡no creí que Emilly pudiera hacer esas cosas! – exclamó Cindy, muy impresionada.
- Emilly está peleando con Sabrina – Ellie quiso acercarse, pero Joan la detuvo.
- A menos que tengas poderes como los de ella, no deberías acercarte – advirtió – Chicas, debemos mantenernos lejos, podríamos salir lastimadas.
- Tienes razón – dijo Cindy – Nosotras no tenemos esa magia.
- Oigan, ustedes no deberían estar aquí – se oyó una voz.
Las tres chicas voltearon y vieron a Andrei, pero obviamente él no estaba hablando por su cuenta…
- ¿Por qué no regresan a sus casas? Van a hacer más complicado salvar al Mundo Real.
Las mujeres no dijeron nada, fue como si notaran que esa no era su personalidad.
- ¿Qué demonios te está pasando? – preguntó Joan.
- Tengo que hablar con Ellie, así que déjennos solos.
Joan y Cindy, aunque estaban muy sorprendidas, obedecieron.
- No quiero hablar contigo – dijo ella.
Rainbow dejó de entrometerse. Ahora estaban a solas.
- Ellie, sabes perfectamente que lo que dije no es verdad.
- Lo sé. Pero no dudaste en decirlo, eso fue lo que me dolió.
Se acercó a ella.
- ¿Recuerdas cuando dijiste que tú eras la única chica que había sentido algo verdadero por mí?
Ellie se sorprendió, era inesperado saber que él se acordaría de eso.
- Ahora yo te digo lo mismo. Soy el único hombre que ha sentido algo verdadero por ti.
La tomó de las manos. Inesperadamente sintió el cálido beso que le daba en esos momentos. Era un beso sincero e hizo que la chica olvidara su tristeza. Joan y Cindy estaban boquiabiertas, nunca lo habían visto actuar tan directo. Los sentimientos negativos en ella se esfumaron y el remolino que le brindaba poderes a Sabrina desapareció. Ahora Ellie estaba segura de su relación con Andrei. Solo quedaba la fuente de poder que salía de las pesadillas de Johann.
Emilly contraatacó y, por primera vez, pudo derrumbar a Sabrina. La bruja cayó al suelo, estaba impactada por esa fuerza con la que fue atacada. No se había percatado de que una de sus fuentes de poder ya no estaba.
- Ahora voy a salvar a Johann – dijo Emilly.
- ¡No tan rápido!