My love is Ghost

Capitulo 5

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La Carga de la Culpa Recurrente Al despertar, la primera cosa que registró Hyunjin no fue el dolor en su mejilla, sino el círculo de rostros preocupados que lo rodeaban. Un suspiro profundo y agotado escapó de sus labios. La pesadilla no había terminado; solo había cambiado de escenario. "Lo siento...", murmuró, su voz era un eco débil. "Por mi culpa, de nuevo... están en problemas." Las lágrimas, que parecían una fuente inagotable, comenzaron a caer de nuevo, empapando la almohada. Apretó las sábanas con sus dedos pálidos, buscando un ancla en la realidad. "Tal vez... tal vez mi papá tenga razón. Soy inútil. Un idiota inmaduro que no puede ni siquiera defenderse a sí mismo." Su mirada cayó sobre el catéter que le habían vuelto a colocar en la mano, un recordatorio de su fragilidad. Un escalofrío lo recorrió. "¿Cómo voy a escapar de él? Quiere arrastrarme a ese lugar... y si no lo hago... terminará matándome a golpes." La voz le temblaba tanto que apenas se le entendía. Mordió su labio inferior con fuerza, intentando contener otro sollozo. Entre el Consuelo y el Caos "¡Yaaaa, no digas eso!", protestó Felix, abalanzándose para envolverlo en un abrazo que pretendía ser reconfortante pero que casi le saca el aire. "¡Estamos contigo! Y lo que diga ese... ese señor... no es la verdad." Fue entonces cuando Lee Know, con los ojos aún inyectados en sangre por la rabia, estalló. "¡Si tu padre es un maldito hijo de puta de mierda! ¡Si lo veo de nuevo, le juro que... agh... mmm... eh...!" Sus insultos fueron abruptamente silenciados por la mano de Seungmin, que le tapó la boca con la eficiencia de un oficial de operaciones. "Tranquilo, hombre bestia", dijo Seungmin con calma, aunque con un brillo de complicidad en los ojos. "Vamos por partes. Gritar insultos, aunque muy satisfactorio, no es un plan. Primero, debemos encontrar la manera de obtener la paz. Alguien, una idea que no implique cargos por asalto?" Han, que había estado mirando fijamente el gotero como si contuviera la respuesta a todos sus problemas, levantó la mano con entusiasmo. "¡Yo! Podemos entrar en la mansión con pasos de baile silenciosos, darle con un sartenazo en la cabeza (uno de esos antiadherentes, para que no se pegue), y luego... ¡incendiar la mansión! ¡Problema resuelto! Sin rastro, sin pruebas." Un silencio incómodo llenó la habitación. "Han-ah", dijo Seungmin con paciencia infinita. "Necesitamos encontrar el equilibrio. De manera legal. Y preferiblemente sin incendiar propiedades." "Pero ese maldito golpeó a nuestro querido Jinnie!", rugió Changbin, que había estado observando la escena con una mezcla de preocupación y... otra cosa. Su mirada se posó en los labios de Hyunjin, que temblaban ligeramente. "Y mira... hasta sus labios están tristes. Es un crimen contra la humanidad." Hyunjin, a pesar de su estado, sintió que un leve rubor le teñía las mejillas. "Changbin, por favor... no empieces." "¿Qué? ¡Es la verdad!", insistió Changbin, acercándose más. "Son tan carnosos, tan perfectamente formados... Es como si Cupido mismo los hubiera esculpido. Es una tragedia que estén fruncidos por la tristeza. Deberían estar sonriendo... o... siendo besados." "¡YAAAA!", gritaron varios a la vez, mientras Hyunjin se cubría la cara con la almohada, lamentando el día en que Changbin descubrió su obsesión por sus labios. "Changbin, tu fetiche labial no es el plan maestro que necesitamos", dijo Seungmin, frotándose el puente de la nariz. La Ley vs. La Familia Fue Bangchan, que había estado hablando en voz baja por teléfono en un rincón, quien volvió con noticias más serias. Su expresión era grave. "Ok, escuchen. Hablé con un abogado, un contacto de mi padre", dijo, haciendo que todos se callaran. "Aquí está el nuevo problema: Hyunjin es menor de edad. Legalmente, sus padres tienen la custodia. A menos que podamos demostrar abuso o negligencia extrema ante un tribunal, lo que tu padre hizo hoy, aunque repugnante, podría no ser suficiente para quitarle la custodia. Es su palabra contra la nuestra, y él tiene... recursos." El aire se salió de la habitación. La palabra "custodia" sonó como una sentencia. "Entonces... ¿puede obligarme a volver?", preguntó Hyunjin con voz temblorosa, emergiendo de detrás de la almohada, su rostro pálido de miedo. "Técnicamente, sí", admitió Bangchan, con pesar. "Pero no sin una pelea. El abogado dijo que si presentamos una queja formal, podemos conseguir una orden de restricción temporal y forzar una evaluación psicológica para ambos. Es un proceso... y será feo." "Feo es que le pongan la mano encima a Jinnie otra vez", gruñó Lee Know, liberándose finalmente de la mano de Seungmin. "Exacto", asintió Bangchan. "Así que aquí está el verdadero plan. No es un sartenazo. Es papelazo. Muchos. Vamos a documentar todo. Las marcas en tu brazo, el informe médico del desmayo, nuestras declaraciones. Y, Hyunjin...", se acercó a la cama, mirándolo a los ojos, "...lo más importante: tienes que estar dispuesto a contarle todo a un juez. El abuso, la negligencia emocional, todo. ¿Puedes hacerlo?" Hyunjin miró a sus amigos, a su familia. Vio la rabia protectora en los ojos de Lee Know, la lealtad inquebrantable en los de Bangchan, la absurdidad reconfortante de Changbin y la determinación estratégica de Seungmin. Respiró hondo, sintiendo el peso de la batalla que se avecinaba, pero también la fuerza del ejército que tenía a su lado. "Si... si ustedes están conmigo... lo haré", susurró. "No quiero volver. Prefiero... la guerra." Changbin, incapaz de contenerse, añadió: "¡Y cuando ganes, celebraré dándote el beso más épico de la historia en esos labios perfectos!". Esta vez, incluso Hyunjin no pudo evitar esbozar una sonrisa temblorosa entre lágrimas. La comedia negra de Changbin era, en su propia manera extraña, un recordatorio de que aún había espacio para la luz, incluso en medio de la batalla más oscura.

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Operación "Salvemos a Jinnie"
La habitación se transformó en el cuartel general improvisado de la resistencia. El ambiente cambió de la desesperación a una determinación concentrada. Seungmin, con su mente lógica, tomó el mando táctico.
"Ok, paso uno: Documentación", declaró, sacando su teléfono. "Hyunjin, no te muevas. Felix, consigue más luz. Chan, busca a la enfermera y pide un informe oficial del desmayo, mencionando específicamente el 'evento estresante' que lo precedió."
"¿Evento estresante?", preguntó Han, inclinándose. "¿No podemos decir 'el ataque de un ogro capitalista'?"
"Legalmente, 'evento estresante' suena mejor", dijo Seungmin con seriedad. "Paso dos: Fotografías. Changbin, deja de mirar sus labios y hazte útil. Toma fotos nítidas de las marcas en su brazo. Ángulos diferentes, buena iluminación."
Changbin, con un suspiro dramático, obedeció. "Solo porque es por una buena causa. Pero estos moretones son un insulto a la belleza de su piel de porcelana." Mientras hacía clic con la cámara, murmuró: "Di 'queso'... o mejor, di 'justicia'".
Hyunjin, a pesar de todo, soltó una risa ahogada que sonó a liberación.
"Paso tres: Declaraciones", continuó Seungmin. "Cada uno de nosotros escribirá un testimonio detallando lo que vimos hoy. Y lo que hemos visto en el pasado. La indiferencia de sus padres, la frialdad. Todo cuenta."
Lee Know, que había estado en silencio, asintió. "Yo puedo hablar de cómo era la dinámica en su casa cuando iba a buscarlo. Siempre era como entrar a un museo... hermoso y vacío."
La Red de Control
Fue entonces cuando el teléfono de Hyunjin, que estaba en la mesita de noche, vibró con un mensaje. Era de su madre.
Hyunjin-ah, tu padre está muy enojado. Por favor, sé razonable. Él ha cancelado todas tus tarjetas y ha congelado la cuenta bancaria que usabas. Es por tu bien, para que entiendas la seriedad de las cosas. Vuelve a casa y lo hablamos.
La sangre se escurrió del rostro de Hyunjin. Mostró el mensaje al grupo.
"¡Es un movimiento de estrangulamiento financiero!", exclamó Han, dramáticamente.
"Tiene sentido", dijo Bangchan, frunciendo el ceño. "Sin dinero, es más difícil que te mantengas fuera de su control. No puedes pagar un abogado tú mismo, ni un lugar donde quedarte a largo plazo..."
"¡Pero eso es... eso es abuso económico!", dijo Felix, indignado.
"Otro punto para nuestra documentación", anotó Seungmin rápidamente. "Pero resuelve un problema inmediato: ¿cómo pagamos al abogado?"
Un silencio incómodo cayó sobre ellos. La realidad de sus limitaciones como adolescentes se hizo evidente.
"Yo... yo tengo los ahorros de mi trabajo a tiempo parcial", ofreció Bangchan.
"Yo también", dijo Lee Know, de inmediato.
"¡Yo puedo vender mi colección de figuras de anime!", declaró Han, con un corazón roto pero decidido.
"Yo puedo dar clases extra de coreano", añadió Seungmin.
Hyunjin los miraba, abrumado. "No... no puedo dejar que hagan eso. Es mucho."
"¿Crees que tu felicidad tiene precio, Hwang Hyunjin?", preguntó Changbin, poniendo las manos en sus hombros. "Porque para nosotros, no. Y además", añadió, bajando la voz a un susurro cómplice, "cuando seas libre y famoso, me pagarás con intereses... quizás con un besito... solo uno..."
"¡Changbin!", protestó el coro, pero la tensión se había roto de nuevo.
Un Rayo de Esperanza Inesperada
Mientras la discusión sobre las finanzas continuaba, la puerta se abrió y entró la doctora que los había ayudado antes. Tenía una carpeta en la mano.
"Hyunjin, he estado revisando tu caso con más detenimiento", dijo con una sonrisa gentil. "Y hay algo... El informe psicológico inicial que se hizo cuando despertaste del coma. El psicólogo de guardia notó signos claros de angustia emocional severa y mencionó la... 'falta de un sistema de apoyo familiar presente'. Eso, sumado al incidente de hoy, me da bases suficientes para recomendar una evaluación psiquiátrica más extensa aquí, en el hospital, lo que justificaría extender tu estadía bajo observación. Serían... digamos, unas dos semanas más. Eso les daría tiempo."
Era una tregua. Un respiro.
"¿En serio?", preguntó Hyunjin, con un hilo de esperanza.
"Sí. Pero deben actuar rápido con lo del abogado. Su padre no se quedará de brazos cruzados."
Los chicos se miraron. Tenían un plan, un enemigo claro, un nuevo obstáculo financiero y, ahora, un poco de tiempo. La batalla legal sería larga y desgastante, pero en ese momento, rodeado de sus amigos que estaban dispuestos a vender sus posesiones más preciadas y a enfrentarse a un gigante por él, Hyunjin sintió que, por primera vez, tenía una posibilidad real de ganar no solo la custodia de su vida, sino también la de su futuro.
"Operación 'Salvemos a Jinnie' está en marcha", declaró Seungmin, y por primera vez, hubo un atisbo de sonrisa en su rostro serio.
"¡Sí! ¡Y la operación 'Salvemos los labios de Jinnie de la tristeza' también!", añadió Changbin, esquivando hábilmente la almohada que Hyunjin le lanzó.



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En el texto hay: romance, amor perdido, sanacion

Editado: 10.10.2025

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