My love is Ghost

Capitulo 7

--- El Miedo al Olvido y la Sombra de un Salchicha Han se acomodó, cruzando las piernas en el colchón en el suelo, como un psicólogo listo para una sesión de medianoche. La pregunta había calado hondo. Lee Know se frotó la nuca, sintiendo la incomodidad de la confesión. "No es que piense que él me vaya a perder... es que yo puedo perder lo que ella era para mí, a través de él." Sus palabras eran enredadas, pero Han asintió, entendiendo la complejidad. "¿Cómo?", preguntó Han, su curiosidad genuina. "Es como...", Lee Know buscó una analogía que no involucrara marcos de museo, "...como ser el guardián de un secreto que solo nosotros dos conocíamos. Minji y yo. Esas miradas, esos códigos tontos. Hyunjin era parte de eso, por supuesto, pero era nuestro secreto a tres. Ahora que ella no está, cada vez que yo y Hyunjin creamos un nuevo código, un nuevo chiste interno... es como si el secreto original se desvaneciera un poco más. Como si la estuviera reemplazando sin querer, y eso me hace sentir... un traidor." La habitación estaba en silencio, absorbida por la crudeza de su confesión. Hasta que... El Sabio de los Sueños (y las Galletas) Desde el rincón, una voz soñolienta y pastosa interrumpió. Era Seungmin, quien todos creían profundamente dormido. "Eso es lo más estúpido que he escuchado en toda la semana", murmuró Seungmin, sin siquiera abrir los ojos. "Y he escuchado a Han explicar por qué los pingüinos serían buenos jugadores de baloncesto." Lee Know y Han se quedaron boquiabiertos, mirando hacia la sombra de donde vino la voz. "¿Seungmin? ¿Estás despierto?", preguntó Han. "Mi cerebro nunca duerme. Solo descansa los párpados", respondió la voz, imperturbable. "Lee Know, tu lógica tiene más agujeros que el argumento de una telenovela barata." Lee Know, entre ofendido y intrigado, espetó: "¿Y tú qué sabes?". "Que Minji te daría una patada en el trasero por pensar así", dijo Seungmin con simpleza mortal. "Ella amaba que la gente se llevara bien. Su mayor secreto, el que tú guardas tan celosamente, no era un chiste o una mirada. Era su deseo de que todos los que amaba fueran felices, juntos. Cada vez que tú y Hyunjin se ríen de algo, no estás borrando su memoria. Le estás haciendo caso. Es como... como si finalmente estuvieras siguiendo sus instrucciones." La analogía era tan simple y tan perfecta que Lee Know se quedó sin palabras. Han asintió con entusiasmo. "¡Es como si ella te hubiera dejado una lista de tareas! Y la tarea número uno es: 'Asegúrate de que Jinnie y mi hermano idiota no se odien'." Desde otro colchón, una voz aún más dormida añadió: "Y la tarea número dos es... salvar al salchicha...". Era Changbin, hablando claramente dormido, antes de roncar suavemente. La Revelación y la Aceptación El momento fue tan absurdo—una sesión de terapia dirigida por un semidormido Seungmin y interrumpida por un Changbin sonámbulo obsesionado con salchichas—que Lee Know no pudo evitarlo. Una risa genuina, baja y liberadora, le salió del pecho. Se rió hasta que le dolieron las costillas, ahogando el sonido en su brazo para no despertar a Hyunjin. "Está bien, está bien", jadeó Lee Know, recuperando el aliento. "Entiendo. Soy un idiota. Mi hermana me dejó una lista de tareas y yo en vez de hacerla, me puse a enmarcarla y a colgarla en una pared para admirarla y sentirme triste." "¡Exacto!", dijo Han, señalándolo con el dedo como si hubiera resuelto un teorema complejo. "Y la tarea principal", añadió la voz soñolienta de Seungmin, "es dejar de ser un marco y convertirte en el pintor de tu propio cuadro. Con Hyunjin como... no sé, tu musa peluda o algo así. Ahora, dejen de molestar, que tengo que soñar con ganar un Grammy." Con esa sabiduría onírica y surrealista flotando en el aire, Lee Know miró una vez más a Hyunjin. El chico dormía profundamente, ajeno al drama filosófico que había inspirado. Ya no vio el vacío de Minji en él. Vio a un amigo. Un amigo que necesitaba que su "soporte de pared" estuviera fuerte, no solo como un recuerdo, sino como un presente activo. "Mañana", susurró Lee Know para sí mismo, con una determinación renovada, "después de rescatar al salchicha, le voy a contar a Hyunjin ese chiste estúpido sobre el pingüino que Minji y yo inventamos. El que siempre lo hacía reír." Han sonrió, satisfecho. Su trabajo aquí estaba hecho. La operación "Sanar a Lee Know" estaba en marcha, y curiosamente, involucraba pingüinos, listas de tareas post-mortem y un perro salchicha. Era la forma más STRAY KIDS de sanar que podía existir.

--- Más Allá del Reflejo La pregunta de Han flotó en el aire, más pesada que las anteriores. Ya no se trataba del dolor o la culpa, sino del futuro. ¿Qué había allí, en el corazón de Lee Know, cuando miraba a Hyunjin sin el filtro de su hermana? Lee Know guardó silencio por un largo momento, sus ojos fijos en la figura dormida. El largo cabello oscuro de Hyunjin se esparcía sobre la almohada como un manto, enmarcando su rostro pálido y sereno. Al abrazar la almohada, parecía aún más joven, más vulnerable, despojado de la angustia que lo consumía despierto. "Es... complicado", comenzó Lee Know, su voz era un susurro tan bajo que Han tuvo que aguzar el oído. "Al principio, después de... todo, solo podía ver a Minji en él. Cada risa suya que recordaba, cada gesto, era un recordatorio de que ella ya no estaba aquí para compartirlos. Era como un espejo que solo reflejaba lo que había perdido." Hizo una pausa, buscando las palabras correctas. "Pero estos últimos días... viéndolo caer, levantarse, luchar incluso cuando no quiere... algo cambió." Señaló suavemente con la cabeza hacia Hyunjin. "Míralo. Duerme como un niño, pero ha enfrentado más dolor que la mayoría de los adultos. Y a través de todo, nunca... nunca se volvió cruel. Roto, sí. Desesperado, también. Pero su esencia, esa... esa bondad terca que tiene, sigue ahí. Eso no es un reflejo de Minji. Eso es solo... Hyunjin." Han asintió lentamente, animándolo a continuar sin decir una palabra. "Es un amigo querido", afirmó Lee Know, con una certeza que sorprendió incluso a él mismo. "Uno de los más queridos que tengo. Pero es... diferente a los demás." Un leve rubor, invisible en la penumbra, le subió por el cuello. "Con Chan, es como tener un hermano mayor sabio y un poco mandón. Contigo y con Changbin, es el caos y la diversión. Pero con Hyunjin..." Respiró hondo. "Con Hyunjin, siento que debo ser... más suave. No débil, sino... cuidadoso. Como si estuviera sosteniendo algo muy frágil y precioso al mismo tiempo. Algo que, si se cae, no solo lo lastimará a él, sino que arruinará algo hermoso en el mundo." Soltó una risa incómoda. "Suena ridículo, lo sé." "No suena ridículo", susurró Han, con una sonrisa comprensiva. "Suena a que lo quieres de una manera especial." Lee Know miró sus propias manos. "Ella lo amaba con todo su corazón. Y yo... yo lo protejo con todo el mío. No solo por ella. Sino porque, en algún momento, dejar de hacerlo se sintió... impensable. Como dejar de respirar." Fue la confesión más honesta que había hecho. No era el amor romántico y apasionado de una telenovela, ni la simple camaradería de la amistad. Era algo más profundo, más arraigado. Un vínculo forjado en la pérdida compartida más devastadora y pulido por la lealtad inquebrantable. Era la decisión consciente de convertir el dolor en un escudo y el cariño en un salvavidas. "Quiero verlo fuerte de nuevo", continuó Lee Know, su voz ganando firmeza. "Quiero ver esa sonrisa tonta que no es un recuerdo de Minji, sino solo suya. Quiero molestarlo sin que se desmorone, y quiero que me moleste a mí de vuelta. Quiero... quiero que sea feliz. No para honrar su memoria, sino porque se lo merece. Porque es Hwang Hyunjin, el chico que dibuja como un ángel, baila como una tormenta y tiene un corazón demasiado grande para su propio bien." Al decir esas palabras, Lee Know sintió que la última sombra de Minji como un fantasma entre ellos se disipaba. No la estaba traicionando. La estaba honrando de la mejor manera posible: amando y protegiendo a la persona que ella más amaba, pero ahora por sus propios méritos, por la persona única y invaluable que era. Hyunjin se movió en sueños, un pequeño suspiro escapando de sus labios. Lee Know sintió una oleada de ternura tan abrumadora que casi le dificultó respirar. "Sí", concluyó Lee Know, en un suspiro que era a la vez rendición y promesa. "Es un amigo querido. Y es algo distinto. Es... mi responsabilidad y mi alegría. Es la pieza más frágil y más fuerte de este grupo de locos. Y no voy a dejar que nadie, ni siquiera yo mismo, lo vuelva a romper." Han sonrió, una sonrisa cálida y satisfecha en la oscuridad. No hizo más preguntas. No eran necesarias. En el silencio de la habitación de hospital, entre susurros y confesiones, Lee Know había redefinido su lugar en la vida de Hyunjin. Ya no era el marco de un cuadro perdido. Era un pilar fundamental en la reconstrucción de una vida. Y esa, supo, era una tarea mucho más importante y gratificante.



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En el texto hay: romance, amor perdido, sanacion

Editado: 10.10.2025

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