My love is Ghost

Capitulo 8

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El Precio del Cuidado
El zumbido de ansiedad en la habitación era casi palpable. Han se paseaba de un lado a otro, tirándose del cabello.
"¡Mierda, mierda, mierda! No debí dormirme tan profundamente", se recriminaba, su voz cargada de angustia. "Si tan solo me hubiera despertado cuando lo oí moverse, esto no habría pasado. ¡Sabemos que Hyunjin es demasiado orgulloso para pedir ayuda!"
Felix, pálido y con los brazos cruzados, negó con la cabeza. "No es solo orgullo, Han. Es más profundo. Él piensa que es una carga. Nos ve agotados, ve el caos que ha causado, y en su mente, cada vez que pide algo, nos está quitando algo. Para él, no pedir ayuda era... ser menos molesto."
"Tienes razón", dijo Changbin, golpeando suavemente la pared con el puño. "Hyunjin tiene miedo de ser una molestia porque toda su vida el maldito de su padre le ha dicho que lo es. Que su existencia es un inconveniente para su 'valioso tiempo'."
"Bien, ¿y en qué momento llega Lee Know?", preguntó Seungmin, su mirada fija en la puerta. Su lógica era un ancla en el mar de emociones. "Quiero ver su cara cuando se entere. Y más importante, quiero saber qué haremos después. Esto ya no es sostenible."
I.N, quien había permanecido en un silencio observador, habló con una voz más suave pero llena de convicción. "Tienes razón, Seungmin. Debemos cuidar a Hyunjin aún más de cerca. Turnarnos. No podemos dejarlo solo ni un minuto. No hasta que esté más fuerte, tanto física como mentalmente."
"Tienes razón", asintió Bangchan, frotándose los ojos cansados. Su mirada no se apartaba de Hyunjin, que dormía bajo los efectos del sedante, vulnerable y conectado a aún más cables. "Tenemos que ser más listos que su...".
La Llamada que Heló la Sangre
Fue entonces cuando el teléfono de Hyunjin, que descansaba en la mesita de noche, vibró y sonó con un tono genérico. Todos se quedaron inmóviles. Bangchan, con el rostro grave, lo tomó. Mostró la pantalla: "Padre".
Una mueca de disgusto recorrió la habitación. Bangchan respiró hondo, activó el altavoz y contestó.
"Hola, ¿quién habla?", dijo, forzando una calma que no sentía.
La voz del Sr. Hwang era un latigazo de fría autoridad al otro lado de la línea, ignorando por completo la pregunta. "Hyunjin. Si no vienes a casa en la próxima hora, iré a buscarte personalmente. No me hagas repetirlo."
El ambiente se congeló. Changbin contuvo un gruñido, y Han se tapó la boca con las manos.
Bangchan no se inmutó. "Señor Hwang, soy Bang Chan. Hyunjin no puede atender el teléfono en este momento."
Un silencio cargado de peligro del otro lado. "Póngalo. Ahora."
"Eso no es posible", replicó Bangchan, su voz ganando una firmeza de acero. "Está recibiendo atención médica urgente. Un nuevo incidente esta mañana, provocado por el estrés y la presión que usted mismo ejerce, lo ha dejado inconsciente. Los médicos lo están tratando."
"¿Más drama?", espetó el Sr. Hwang con un tono de fastidio absoluto. "No me interesan sus juegos. Vendré por él."
"Señor", la voz de Bangchan se volvió cortante como un cuchillo, "le sugiero que no lo haga. Además del informe médico de ayer, ahora tenemos un nuevo reporte por la conmoción cerebral que sufrió su hijo hace menos de una hora. Nuestro abogado está actualizando la demanda en este preciso momento. Si pone un pie en este hospital, no solo será por agresión, sino por intento de interferir en el cuidado médico de un menor en estado crítico. Los cargos se acumularán."
Hubo otro silencio, más largo esta vez. Podían casi escuchar los engranajes girando en la mente del empresario, calculando riesgos y daños a su imagen.
"Ustedes...", comenzó, pero Bangchan no lo dejó terminar.
"Nosotros somos su familia ahora. Y lo estamos protegiendo. De todo. Incluso de usted. Buenas tardes, señor Hwang."
Y colgó. El clic final resonó en la habitación silenciosa.
La Llegada del Peludo Refuerzo
En el éxtasis de la pequeña victoria, la puerta se abrió. Lee Know entró, jadeando ligeramente, con un transportín para mascotas en la mano. Su rostro estaba tenso por la preocupación.
"¿Cómo está? ¿Qué pasó? El doctor sólo me dijo que había...", su mirada cayó sobre Hyunjin, pálido y conectado a los monitores, y las palabras murieron en sus labios. Su expresión se quebró. "No..."
"Conmoción cerebral leve. Cayó en el baño por mareos y se golpeó la cabeza", explicó Seungmin rápidamente. "Está estable, pero...".
Lee Know dejó el transportín en el suelo con cuidado y se acercó a la cama. Su puño se cerró con fuerza. "¿Y?"
"Y tu 'suegro' acaba de llamar", dijo Changbin, amargamente. "Chan lo mandó a freír espárragos con clase y todo."
Lee Know asintió lentamente, su mirada aún clavada en Hyunjin. Luego, se arrodilló y abrió la puerta del transportín. Kkami, el pequeño salchicha, salió tambaleándose, asustado por los nuevos olores y sonidos. Olfateó el aire, luego se acercó titubeante a la cama. Al reconocer el olor de Hyunjin, dio un pequeño salto y lanzó un suave y preocupado ladrido.
Fue entonces cuando Hyunjin, en su sueño sedado, pareció percibir algo. Sus dedos se movieron levemente sobre la sábana. Kkami, animado, se puso de pie sobre sus patas traseras, apoyando sus patitas delanteras en el borde de la cama y lamiendo suavemente los dedos inertes de Hyunjin.
Un suspiro colectivo y aliviado recorrió la habitación. No era una cura, no era una solución mágica. Pero era un recordatorio tangible de por qué valía la pena luchar. Mientras el pequeño perro, el rehén liberado, velaba por su dueño, los siete guardianes de Hyunjin renovaron su voto en silencio. La batalla sería larga, pero tenían un nuevo y peludo aliado, y una razón aún más poderosa para ganarla.

--- El Despertar entre Sombras y Lametones La conciencia regresó a Hyunjin lentamente, como la marea subiendo. Primero fue una sensación de pesadez, un cuerpo de plomo que apenas podía mover. Luego, un dolor sordo y pulsátil en su sien. Finalmente, los sonidos: el suave pitido del monitor, el murmullo de voces familiares y... un pequeño, persistente y húmedo lametón en sus dedos. Entreabrió los párpados, pesados como cortinas de plomo. La luz le dio en los ojos y entrecerró la vista, desorientado. Su mirada, borrosa, bajó hacia su mano. Allí, apoyado en el borde de la cama, estaba un pequeño hocico negro y unos ojos brillantes y llenos de preocupación. Kkami? La mente de Hyunjin, aún nublada por los sedantes, luchó por procesarlo. ¿Era un sueño? ¿Una alucinación más de su mente afligida? Un segundo lametón, más enérgico, seguido de un suave gemido canino, lo sacó de su estupor. No era un sueño. "K-Kkami...?", su voz era un rasgado susurro, áspera por la deshidratación y la falta de uso. El sonido de su voz, por débil que fuera, fue como un disparo de adrenalina para la habitación. "¡Está despierto!", exclamó Felix, saltando de su silla. En segundos, el grupo se reunió alrededor de la cama, un semicírculo de rostros aliviados y sonrisas temblorosas. Pero fue Lee Know quien, con una cautela que contrastaba con su usual brusquedad, se acercó más. "Tranquilo, no te muevas", dijo Lee Know, su voz inusualmente suave. "Te golpeaste la cabeza. Tienes una conmoción." Hyunjin parpadeó, tratando de enfocar. Su mirada saltó de los rostros de sus amigos a Kkami, que no dejaba de lamerle la mano como si intentara curarlo con puro amor canino. "¿C-cómo...?", logró articular, confundido. "¿Él está aquí...?" "Operación Rescate del Salchicha", declaró Changbin con orgullo, aunque su voz también temblaba por la emoción. "Tu padre intentó usarlo contra ti, pero nosotros fuimos más rápidos. Lee Know hyung fue el agente secreto." Hyunjin miró a Lee Know, y en sus ojos se podía ver una oleada de gratitud tan profunda que era casi abrumadora. Las lágrimas asomaron, pero esta vez no eran de dolor, sino de un alivio indescriptible. "Gra...cias", susurró, dirigiendo la palabra a Lee Know y a todos ellos. Kkami, al sentir la emoción, saltó con más fuerza, ansioso por subir a la cama. Bangchan, con una sonrisa, lo levantó con cuidado y lo colocó suavemente junto a Hyunjin, sobre las sábanas. El pequeño perro inmediatamente se acurrucó contra el costado de Hyunjin, enterrando su hocico en su brazo con un suspiro de satisfacción. El contacto, cálido, vivo y que latía suavemente, fue el mejor medicamento que Hyunjin podría haber recibido. Una lágrima rodó por su mejilla y se perdió en la almohada. Guardia Rotativa 24/7 "Ok, escuadrón", dijo Seungmin, aprovechando que Hyunjin estaba consciente y más calmado. "Esto no puede volver a pasar. A partir de ahora, guardia rotativa. Nunca, nunca lo dejamos solo. Ni para ir al baño." "Yo tomo el primer turno de la noche", se ofreció Lee Know de inmediato, sin dar lugar a discusión. Su mirada se encontró con la de Hyunjin, y fue una promesa silenciosa. No te dejaré caer otra vez. "Yo el de la madrugada", añadió Bangchan. "Y nosotros nos turnaremos durante el día", dijo Han. "Haremos un horario. Esto es como... como proteger un tesoro nacional de máxima fragilidad." Hyunjin intentó protestar, "No... no tienen que...", pero un solo gesto de Bangchan, una mirada firme y llena de cariño, lo silenció. "Sí, tenemos que hacerlo", dijo Bangchan con suavidad pero firmeza. "Porque te amamos, idiota. Y no vamos a permitir que ese maldito... ese señor... o tu propia mente, te convenzan de que no mereces que te cuidemos." Hyunjin cerró los ojos, sintiendo el peso de Kkami acurrucado a su lado y la presencia sólida de sus amigos alrededor. Por primera vez en semanas, el nudo de ansiedad y culpa en su pecho no se sentía tan apretado. El camino hacia la sanación seguía siendo una montaña escarpada, pero ya no estaba escalándola solo. Tenía una manada a su lado, y ahora, también un pequeño y valiente soldado de cuatro patas que le recordaba que, a veces, las batallas más importantes se ganan con lametones y presencia silenciosa.



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En el texto hay: romance, amor perdido, sanacion

Editado: 10.10.2025

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