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El Desayuno y el Protocolo para Despertar a un Magnate
La bandeja de desayuno que Lee Know había colocado sobre la mesita móvil se convirtió en el nuevo centro de atención. Avenia, jugo y una pequeña porción de fruta cortada. Hyunjin miró la comida con un poco de aprensión, pero la determinación en sus ojos era clara.
"Ok, Jinnie, pequeñas cucharadas", instruyó Bangchan, tomando asiento junto a la cama con la naturalidad de quien ha hecho esto mil veces.
Mientras Bangchan ayudaba a Hyunjin, los demás mantenían una conferencia susurrada en un rincón.
"¿Qué hacemos con el Sr. Hibernación?", preguntó Han, señalando con la cabeza al Sr. Hwang, que roncaba suavemente.
"Deberíamos despertarlo. Seguro tiene mil reuniones", dijo Seungmin, el práctico.
"¿Y si se despierta de mal humor y revive al ogro capitalista?", susurró Felix, preocupado.
"Dejenlo dormir", intervino Hyunjin entre un bocado de avena, su voz un poco más fuerte. "Se ve... agotado."
Fue entonces cuando Changbin, incapaz de resistir la tentación, vio su oportunidad. Mientras todos discutían, se deslizó hacia la cabecera de la cama con la furtividad de un espía.
"Operación: Muestreo de Labios Saludables", murmuró para sí mismo, acercando su teléfono a la cara de Hyunjin. "Necesito documentar el progreso para mis archivos médicos."
¡FLASH!
La luz de la cámara iluminó la habitación por una fracción de segundo. Hyunjin, sobresaltado, atragantó con la avena. Bangchan le dio palmadas en la espalda con una mezcla de preocupación y exasperación.
"¡CHANGBIN!", rugió Lee Know, lanzándole una uva que tenía en la mano. La uva rebotó en la frente de Changbin.
"¡Era para la ciencia!", se defendió Changbin, frotándose la frente.
"Tu 'ciencia' va a terminar enviándome de vuelta a la UCI", tosió Hyunjin, entre risas y arcadas.
El alboroto fue suficiente para despertar al Sr. Hwang. Parpadeó, desorientado, mirando la escena: a su hijo riendo y tosiendo, a un chico frotándose la frente, a otro lanzando uvas y al resto discutiendo. Por un instante, pareció que su antigua severidad volvería, pero entonces su mirada se encontró con la de Hyunjin, que le sonreía con los ojos brillantes.
"Buenos días, papá", dijo Hyunjin, su voz aún temblorosa por la risa.
El Sr. Hwang se ajustó el cuello de la camisa, un gesto residual de su vida anterior. "Buenos días... ¿Está... todo bien?" Preguntó, con genuina confusión.
"¡Sí! Solo el Dr. Changbin aquí estaba realizando... estudios de campo", dijo Seungmon con sarcasmo.
Changbin, recuperándose, mostró la foto en su teléfono al Sr. Hwang. "Mire, señor. Documentación del progreso. Los labios han pasado de un tono 'triste pálido' a un 'rosado esperanzador'. Es un avance significativo."
El Sr. Hwang miró la foto, luego a la cara sonrojada de su hijo, y luego al rostro completamente serio de Changbin. Un sonido extraño escapó de sus labios. Un breve, seco, pero inconfundible... bufido de risa.
Fue tan inesperado que todos se quedaron en silencio. El Sr. Hwang se aclaró la garganta, avergonzado.
"Yo... veré si puedo conseguir un desayuno más... sustancioso", dijo, poniéndose de pie y ajustando la manta que Felix le había puesto. Al salir de la habitación, su espalda parecía un poco menos rígida.
En cuanto la puerta se cerró, Han exclamó: "¡¿Lo vieron?! ¡Casi se ríe! ¡El Sr. Hwang!"
"El poder de los labios de Hyunjin es inmenso", declaró Changbin con solemnidad. "Incluso puede ablandar corazones de piedra."
Hyunjin se recostó en las almohadas, una sonrisa tonta y feliz en su rostro. El camino por delante seguía siendo incierto, pero los días de oscuridad y dolor parecían un mal sueño lejano. Ahora, su vida estaba llena de luz, de risas tontas, de un padre que estaba aprendiendo a sonreír y de amigos que transformaban incluso los momentos más difíciles en recuerdos divertidos. Y por primera vez, supo, sin lugar a dudas, que todo iba a estar bien.
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El Pánico Paternal y el Consuelo del Hijo
El Sr. Hwang se acercó a la cama con pasos rápidos, su rostro marcado por una preocupación genuina que borraba cualquier resto de sueño. Había escuchado la conmoción y su primer instinto, sorprendentemente, fue el miedo.
"Hyunjin-ah, ¿qué sucedió? ¿Estás bien? ¿Te duele algo?", preguntó, su voz cargada de una ansiedad que le resultaba desconocida. Sin pensarlo dos veces, se inclinó y envolvió a su hijo en un abrazo protector, torpe pero lleno de intención.
Hyunjin, aunque un poco sorprendido por la reacción, se hundió en el abrazo. Una sonrisa amplia y cálida iluminó su rostro. Era la primera vez que su padre reaccionaba así, no con enfado, sino con cuidado.
"No, no, papá, tranquilo", dijo Hyunjin, su voz suave contra el hombro de su padre. "No sucede nada grave. Solo eran... unas cuantas bromas de los chicos. Nada del otro mundo."
El Gran Debate del Flash
Desde el otro lado de la cama, Han, con las manos en las caderas, continuó su acusación dramática. "¡¿Bromas?! ¡Changbin casi te da un infarto con ese flash de la cámara! ¡Parecía que te habían disparado con un rayo láser!" Señaló a Changbin con el dedo acusador. "¿Acaso no podías eliminar el flash, oh gran 'científico'?"
Changbin, lejos de sentirse acusado, adoptó una pose de erudito ofendido. "¡El flash es esencial para una documentación precisa! Sin la iluminación adecuada, no se pueden apreciar los sutiles matices del 'rosado esperanzador' en sus labios. ¡La ciencia exige sacrificios!"
"¡El único sacrificio va a ser tu cabeza si le haces daño a Jinnie!", intervino Lee Know, lanzándole otra uva, que Changbin esquivó con una agilidad sorprendente.
"¡Es para su historial médico!", insistió Changbin, escondiéndose detrás de Seungmin. "¡Cuando sea famoso, esta foto valdrá millones!"
"Lo único que vale millones es la factura del neurólogo que va a necesitar Hyunjin si sigues asustándolo así", replicó Seungmin con sequedad, apartándose para dejar a Changbin expuesto.
El Sr. Hwang Entra en el Juego
El Sr. Hwang, aún abrazando a su hijo, observaba el intercambio con una expresión que oscilaba entre la perplejidad y un creciente entendimiento. Finalmente, habló, su voz era un poco más suave que antes.
"Entonces... ¿esta... 'apreciación labial'... es una ocurrencia común?", preguntó, dirigiendo la pregunta a nadie en particular.
"¡Es una tradición sagrada!", declaró Felix, asintiendo con solemnidad.
"¡Una misión de vital importancia!", añadió Han.
Hyunjin se rió, un sonido claro y alegre que llenó la habitación. "Papá, no te preocupes. Es la manera de Changbin de decir que le importo. Es... un poco raro, pero es sincero."
El Sr. Hwang miró a su hijo, luego al grupo de chicos que, a pesar del caos, irradiaban un amor y una lealtad inquebrantables. Un peso que no sabía que cargaba se aligeró en sus hombros. Comprendió que este "caos" no era desorden; era un lenguaje de amor que él estaba empezando a descifrar.
Con un suspiro que sonaba más a rendición amorosa que a exasperación, el Sr. Hwang ajustó su postura. Miró directamente a Changbin.
"En ese caso...", dijo el Sr. Hwang, con una seriedad que por un momento hizo temer a todos que iba a ordenar un arresto, "...la próxima vez, asegúrate de que el modo 'sin flash' esté activado. No queremos... alterar la recuperación del paciente."
Un silencio de shock absoluto llenó la habitación. Luego, una sonrisa lenta se extendió por el rostro de Bangchan. Lee Know resopló, pero era un resoplado de aprobación. Changbin, con los ojos como platos, asintió con vehemencia.
"¡Sí, señor! ¡Lo tendré en cuenta para la próxima sesión fotográfica!"
Hyunjin miró a su padre, luego a sus amigos, y su corazón se sintió tan lleno que pensó que podría explotar de felicidad. Su padre no solo estaba ahí; estaba intentando. Estaba aprendiendo el idioma de su mundo, un mundo lleno de flashes absurdos, guerras de uvas y un amor tan grande que podía convertir incluso los momentos más tontos en recuerdos preciosos. Y eso, supo Hyunjin, era el mejor regalo de todos.