My love is Ghost

Capitulo 13

--- Una Visita Venenosa Después de tres meses de lucha constante, Hyunjin finalmente comenzaba a saborear los frutos de su esfuerzo. Sus pasos, aunque aún titubeantes, ya no requerían el apoyo constante de dos personas. Podía caminar por el pasillo del hospital agarrado del brazo de Bangchan o de su padre, su risa, un sonido que se había vuelto familiar y preciado, resonaba con más frecuencia. El color había regresado a sus mejillas, y aunque el oxígeno seguía siendo su compañero, sus pulmones trabajaban con un 60% de su capacidad, un milagro según los doctores. Esa tarde en particular, el ambiente era especialmente ligero. Hyunjin estaba sentado en el sillón junto a la ventana, esbozando en su nuevo bloc de dibujo mientras Lee Know y Han discutían amigablemente sobre qué película ver esa noche. El Sr. Hwang observaba con una expresión tranquila, casi serena. Fue entonces cuando la puerta se abrió. No fue la enérgica entrada de una enfermera, ni la llegada bulliciosa de Felix y Changbin. Fue un deslizarse silencioso. Y allí, impecablemente vestida con un traje color crema, con una elegancia que parecía repeler el polvo y el dolor del hospital, estaba la Sra. Hwang Ye Seul. "Hyunjin-ah", dijo, su voz era dulce, pero vacía, como un caramelo de plástico. Hyunjin alzó la vista, y una sonrisa de genuina sorpresa y esperanza iluminó su rostro. Durante meses había anhelado este momento, había soñado que su madre vendría, se arrepentiría y lo abrazaría. "Mamá...", susurró, con la voz llena de emoción contenida. Pero ella no se acercó para abrazarlo. Permaneció de pie cerca de la puerta, como si temiera contaminarse. Su mirada ni siquiera se posó en los tubos de oxígeno o en la delgadez de su hijo. Recorrió la habitación con desdén, pasando por encima de los chicos y deteniéndose por un momento en su esposo. "He venido a darle una noticia, Hyunjin. Para que no te enteres por... otros medios", dijo, con una frialdad que heló el aire en la habitación. "Tu padre y yo hemos iniciado los trámites de divorcio. Es definitivo." El silencio que siguió fue más ensordecedor que cualquier grito. Hyunjin parpadeó, como si su cerebro se negara a procesar las palabras. "¿Qué...?", fue lo único que logró pronunciar. Su voz era un hilo de incredulidad. La Sra. Hwang ajustó su bolso. "Esto... todo esto...", hizo un gesto vago que abarcaba la habitación de hospital, la fragilidad de su hijo, "...fue la gota que colmó el vaso. No puedo seguir en un ambiente tan... disfuncional y lleno de drama."
El Golpe Final Fue como si le hubieran arrancado el suelo de debajo de los pies. Los tres meses de progreso, la frágil paz, la esperanza de una familia reconstruida... todo se hizo añicos en un instante. No era solo el divorcio; era la crueldad de la entrega. Era el mensaje claro de que su enfermedad, su sufrimiento, era un "drama" inconveniente del que ella quería huir. El rostro de Hyunjin perdió instantáneamente todo el color. Sus ojos, que momentos antes brillaban con la luz de la tarde, se vidriaron de horror. Una mano temblorosa se llevó al pecho, como si intentara contener el dolor que lo atravesaba. "¿Huye... de mí?", logró jadear, repitiendo la palabra que su padre una vez usó. Antes de que alguien pudiera reaccionar, responder o gritar, los ojos de Hyunjin se dieron vuelta. Su cuerpo, que con tanto esfuerzo había ganado fuerza, se desplomó como un muñeco de trapo del sillón, cayendo al suelo con un golpe sordo y terrible. El caos estalló. "¡HYUNJIN!" "¡LLAMEN A UN MÉDICO!" "¡¿QUÉ LE HIZO?!" Lee Know fue el primero en llegar a su lado, volcándolo suavemente. "¡No respira bien! ¡Jinnie!" Bangchan se abalanzó hacia la Sra. Hwang, su rostro una máscara de furia pura. "¡SALGA! ¡SALGA DE AQUÍ! ¡LO MATÓ! ¡USTED LO ESTÁ MATANDO!" La Sra. Hwang, pálida pero aún compuesta, dio un paso atrás, horrorizada no por el estado de su hijo, sino por la explosión de emociones. "Yo... solo vine a...". "¡SALGA!", rugió el Sr. Hwang, cuya transformación pareció revertirse en un instante. Su voz era un trueno de rabia y dolor. Su mirada acusadora hizo que su esposa, por primera vez, retrocediera genuinamente asustada. Sin decir otra palabra, giró sobre sus tacones y salió rápidamente del cuarto. Mientras los médicos y enfermeras entraban corriendo y rodeaban el cuerpo inconsciente de Hyunjin, los chicos se quedaron mirando, destrozados. Todo el progreso, toda la luz que habían logrado encender en los ojos de su amigo, se había apagado en un solo y cruel momento. La batalla no había terminado; un nuevo y más despiadado enemigo había entrado en escena: la indiferencia venenosa de una madre. Y esta vez, el daño parecía irreparable.

--- Un Paso Atrás en el Abismo El pitido agudo y constante del monitor cardíaco fue un eco fantasmal de la pesadilla que todos creían superada. La habitación, que minutos antes estaba llena de luz y risas tímidas, se transformó de nuevo en una celda de crisis médica. Hyunjin yacía en el suelo, pálido como la muerte, mientras los médicos trabajaban a su alrededor con urgencia contenida. "Presión arterial en caída", anunció una voz tensa. "SpO2 bajando al 80%...75%... ¡Necesitamos oxígeno a alto flujo, ahora!" "Preparen la UCI,regreso inmediato." Las palabras técnicas caían como martillazos sobre los presentes. El Sr. Hwang, con el rostro descompuesto, miraba la escena con una mezcla de incredulidad y una culpa tan profunda que parecía querer devorarlo vivo. ¿Cómo pude dejarla entrar? ¿Cómo pude pensar que...? Bangchan tenía los puños apretados con tanta fuerza que las uñas se clavaban en sus palmas. La rabia hervía en sus venas, una rabia dirigida no solo a la mujer que había huido, sino también hacia sí mismo por no haberla echado a patadas al primer segundo. Lee Know, de rodillas junto a donde había caído Hyunjin antes de que los médicos lo apartaran, no podía apartar la mirada del punto vacío en el suelo. "Le dije... le dije que luchara", murmuró para sí mismo, su voz un quebrado susurro de desesperación. "Y ella... con una sola frase..." Felix lloraba en silencio, abrazándose a sí mismo, mientras Han maldecía entre dientes, pateando suavemente la pared en un acto de impotencia. El Traslado y la Ira Justicada Cuando los médicos trasladaron el cuerpo inerte de Hyunjin con urgencia hacia la UCI, la frágil compostura del Sr. Hwang se quebró. Siguió a la camilla unos pasos antes de detenerse, su cuerpo temblaba de pies a cabeza. Se giró hacia el grupo, sus ojos inyectados en sangre. "Esto... esto es mi culpa", declaró, su voz era un rugido ronco de agonía. "Yo... yo le abrí la puerta a la persona que lo ha destruido una y otra vez." "No, señor", intervino Seungmin, su voz temblorosa pero clara, intentando ser la voz de la razón en medio del huracán. "La culpa es solo de ella. Usted... usted estaba intentando. Usted se quedó." "¡¿De qué sirve intentar si al final permito que le claven el cuchillo?!", gritó el Sr. Hwang, llevándose las manos a la cabeza. "¡Lo vi sonreír! ¡Por primera vez en años, lo vi esperanzado y yo... yo dejé que ella viniera y lo...!" No pudo terminar. La imagen de Hyunjin desmayándose, el sonido de su cuerpo golpeando el suelo, lo atormentaba. Bangchan se acercó y puso una mano firme en el hombro del hombre, obligándolo a mirarlo. "Escúcheme",dijo Bangchan, con una intensidad que cortaba la respiración. "Ahora no es el momento de la culpa. Es el momento de la rabia. Guárdela. Guárdela toda. Porque Hyunjin va a necesitar que estemos furiosos para luchar por él otra vez. Él va a necesitar que nuestro enojo sea más fuerte que el dolor que ella causó." Las palabras de Bangchan actuaron como un baño de agua fría. El Sr. Hwang lo miró, y en los ojos del joven vio no solo dolor, sino una determinación feroz. Asintió lentamente, tragando el nudo de emociones. Tenía razón. El duelo y la autof lagelación podían esperar. La Vigilia en la Sombra De vuelta en el frío pasillo frente a la UCI, el ambiente era sombrío. La esperanza que habían construido con tanto esfuerzo parecía un castillo de naipes derribado por un solo soplido de viento venenoso. "¿Creen que... que esta vez será peor?", preguntó I.N. en un susurro, rompiendo el silencio. "Su corazón... estaba más débil", dijo Seungmin, con amarga honestidad. "Y este golpe... fue directo al alma." "Pero él es más fuerte ahora", insistió Felix, secándose las lágrimas con determinación. "Más fuerte que antes. Lo hemos visto. Sabe que lo amamos. Eso tiene que contar para algo." "Cuenta para todo", afirmó Lee Know, levantando la mirada. Su expresión ya no era de desesperación, sino de una fría resolución. "Pero también significa que cuando despierte... el dolor será más consciente. Sabrá exactamente lo que su madre es capaz de hacer." Miraban a través del vidrio, hacia donde su amigo luchaba otra vez por su vida. La batalla no solo era médica esta vez; era una batalla por no rendirse ante la crueldad más insidiosa: la de quien debería amar incondicionalmente y elige, en cambio, abandonar. Y todos sabían, con un frío en el corazón, que esta sería la peor lucha a la que Hyunjin se habría enfrentado.



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En el texto hay: romance, amor perdido, sanacion

Editado: 10.10.2025

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