-Si, que necesita, señorita -dijo el chico.
-Yo, yo, qui... quiero.... -dijo ella señalando el papel en el suelo completamente arruinado por la huella de su zapato.
-Ha!, esto es de usted.
-Si, si, lo es -Melody tartamudeaba.
-Lo siento mucho, no lo sabía -dijo cortesmente el "idiota".
Recogió sigilosamente el documento, se levantó, se despidió apenada y continuó su camino. Cuando de pronto vio el ómnibus que la llevaría a su destino. Se monto rápidamente y se quedó de pie porque no habían asientos disponibles. El ómnibus comenzó ha andar, cuando bruscamente se detuvo al escuchar una voz gritando: alto, alto! Todos los pasajeros, incluyendo a Melody, dirigieron sus miradas a la persona que subía.
-Oh, no, no puede ser -murmuró Melody girando la cabeza hacia el lado contrario donde estaba nada más y nada menos que el que ella llamaba "el idiota", para que el no viera su rostro.
El muchacho logró sentarse y la chica poniendo la mano en su rostro se sentó justo detrás de él. Y como a veces Dios escribe con líneas torcidas, junto a Melody se sentó una persona mayor, en el instante en que esa persona se sentaría en ese puesto, se le callo el pañuelo y Melody se agacho para recogercelo, en ese mismo momento "el idiota" le dijo a una persona:
-Venga, yo le sostendre esto.
-Gracias, eres muy cortes -contestó.
Al Melody levantar la mirada "el idiota" sostenía un botiquín rosado. Pensó: que es eso? Lo que ella no sabia era que ya lo descubriría. El ómnibus se detuvo bruscamente, el botiquín se callo y el contenido de este se rego por todo el lugar.
-Lo siento -decía "el idiota".
Melody se quedó atónita, no sabía que decir, en todo caso no podia decir nada o si no "el idiota" veria su cara y ella no quería eso. Asi que solo espero que se detuviera el ómnibus para bajarse. Salio tan rápido que ni siquiera se veia entre la gente.
Hola, por favor voten y comenten la historia y quería decirles que publicare como 2 caps al día, asi que ya saben, tendran mucho que leer.