My stupid neighbour

Capítulo 9

Y justo en ese momento casi todos callaron. Mis mejillas se pusieron rojas. ¿Por qué todo esto me tiene que pasar a mí? En mi defensa diré que es verdad. Él y yo dormimos juntos, literalmente.

Miré a William quién tenía el puño sobre sus labios intentando ocultar su sonrisa, parecía estar divirtiéndose. Tragué saliva, ya es hora de salir de aquí. Cuando me di la vuelta escuché la risa de Will. Me mordí el labio y negué con la cabeza.

¿Qué era lo que acababa de decir? Cuanto más pensaba en ello, más absurdo me parecía.

Mi visión estaba borrosa, me estaba mareando y trataba de encontrar a Sarah, que resultó ser casi imposible. ¿Ya se había ido? Caminé mucho tiempo por la casa hasta que decidí a salir. Ryan, William y los otros estaban aquí fuera. Justo cuando quería correr lejos de ellos me detuve.

—¿Tu y Sidney? —Oí reír a una chica.

—Oh, vamos, eso es imposible... Creo que simplemente ha hecho broma —dijo Will mientras se reía. Ellos no se dieron cuenta de que estaba en la acera.

—Una broma —murmuré aliviada, —Sí, es broma —sostuve mi mano en el pecho y corrí por el camino. Para ser honesta, me había olvidado donde estaba, pero yo sólo quería escapar. ¿Cómo podía ir mi primera fiesta aquí tan estúpidamente mal? Ha sido más bien vergonzoso que torpe.

—No quiero más —Lloraba mientras caminaba por la calle con mis pies doloridos. Y probablemente tenía un aspecto horrible. Uf, ¿por qué había tomado tanto?

—¡Ay! —mi pie derecho se torció. Con un fuerte suspiro, me dejé caer en el suelo y quité los zapatos de plataforma. Mi pie estaba rojo. Joder.

No dolía mucho, pero molestó cuando empecé a caminar lentamente. Vi un coche junto a mí. Me di cuenta de que me perseguía. Mis pasos ahora son más rápidos pero el coche se adaptó a mi ritmo. Maldita sea, me duele el pie y encima un coche me persigue. Y llevo los zapatos en mi mano. Menuda situación.

—¿Qué quieres? —grité con lágrimas en los ojos. El coche se detuvo y el conductor bajó la ventanilla.

—¿Quieres ir a dar un paseo? —preguntó el hombre alzando las cejas repetidas veces. Le sonreí y corrí hacía el vehículo.

—Capullo —grité antes de darle una bofetada fuerte en la cara. Su desconcierto me dio tiempo para correr. A pesar de que el coche era más rápido que yo, no paré y seguí corriendo con dolor en el pie. El suelo estaba caliente debajo de mis pies descalzos. Una bocina sonó varias veces.

Furiosa, me di la vuelta. —¡Déjame en paz! —grité, pero no era el coche de antes. Era de Natalie.

—¡Sidney! ¿Qué estás haciendo sola aquí? ¿Te ibas a ir a casa caminando sola? —yo solo suspiré y me limpié las lágrimas.

—Vamos sube, yo te llevo —asentí y corrí hacia su coche. Cuando abrí la puerta vi a William también.

—¿Ya os vas a casa? ¿No es muy pronto? —Will sacudió la cabeza

—No… allí todo estaba demasiado lleno, así que nos vamos a la cabaña del lago de Ryan —espera, ha dejado su casa con gente para irse a otra. Vaya—. Los demás vienen en otros dos coches.

Asentí, me senté en el coche dejé los zapatos a mis pies y me puse el cinturón de seguridad.

—¿Quieres venir? —preguntó Nat. Me encogí de hombros.

—No me importa —susurré. Tenía la voz ronca por llorar. Cuando miré por la ventana, vi mi reflejo. Dios, estoy hecha un asco. Mi aspecto es lamentable. El cabello está despeinado y el maquillaje…, bueno mejor no digo nada. Intento peinarme con las manos. Pero no sirve de nada ya que mi cara está peor.

De repente, sentí algo frío en la mejilla. ¿Una almohadilla de algodón? Miré a Will, quién se había girado hacía mí, tenía el ceño fruncido y me estaba limpiando el maquillaje de la cara lentamente. Mi corazón empezó a latir rápidamente.

—¿D-desmaquillador? —tartamudeé. Él estaba tan cerca que podía sentir su aliento. Sus pestañas son tan largas de cerca…

—Siempre lo llevo —dijo Natalie desde el asiento del conductor. Parecía estar tan concentrado. Pasó la almohadilla por mis ojos y después los labios.

—Ya es suficiente —susurré. Cogí las bolsas de algodón de su mano y él se sentó un poco más cerca de la puerta del coche. Lejos de mí. ¿Qué fue eso? ¡Él lo hizo a propósito! Estaba temblando cuando quité todos los restos del maquillaje de mi cara. Todos permanecimos en silencio... Incluso William no dijo nada.

—¿Quién va? —rompí el silencio.

—Amelia, Ryan, Mae, Jake, —hizo una pausa— Henry, Phoebe, Raúl, Sarah y nosotros.

—Ahhh —dije. A mitad de las personas no las conocía. ¿Sarah? Vaya, pues sí que hace amigos con rapidez. ¿Pero no era mi invitada, ella?




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