Hay sentimientos. Sentimientos que no puedo describir. Cualquier intento de definir éste sería un fracaso. Esa sensación de hormigueo está por todo mi cuerpo. El calor me rodea. Las corrientes de aire apartan mi pelo de la cara.
William puso su mano alrededor de mi cintura al llegar al otro extremo de la pasarela. Mi boca formó una sonrisa antes de dar la vuelta de nuevo y volver.
Tan pronto como volvimos a la zona de detrás del escenario, William se separó de mí.
—¡Lo hiciste muy bien! —Mae gritó con entusiasmo—. ¿Te gustó mi plan? Sin Will, no habría sido posible. Por cierto, ¿dónde está? —Miré a mí alrededor.
—No tengo ni idea… Estaba aquí hace un rato —le dije con sorpresa, aun buscándolo con mi mirada.
—Bueno, no importa... ¿Eso era todo el plan? —Pregunté. Mae asintió alegremente.
—Pero Natalie y Phoebe lo sabían —Negué con la cabeza.
—¿Qué hubiera pasado si me hubiera caído o si hubiera destruido todo? —Nat se rio y Mae se unió.
—Pero dije que no. ¿Es que no quedó claro? —Dije, y sus risas pararon.
—Espero que os haya gustado —gritó Phoebe mientras regresaba de la pista y venía hacia nosotros.
La primera cosa que hizo fue quitarse los zapatos. —Son horribles, Mae. ¿Cómo puedes hacerme llevar esto? —se quejó.
—Lo siento —se disculpó Mae.
A diferencia de otros, yo ya estaba en mi ropa normal, así que volví a sentarme en la silla, y esperé a qué el desfile acabara.
Cuando el desfile acabó, todos salimos a la pasarela. Nos situamos detrás de Mae mientras ella daba su “discurso”. Y después de lo que parecieron cinco horas, se había acabado. ¡Por fin! Tomé mi bolso del lugar donde había estado sentada y fui a la otra sala para despedirme.
—¿Te vas ya? Queríamos celebrar un poquito —Phoebe hizo un puchero.
Asentí y miré hacia abajo. —Es que estoy un poco cansada, lo siento —dije después de bostezar—. Nat, ¿Cómo se llaga a casa? —pregunté con una sonrisa. Yo no lo sabía, porque ella me había traído aquí.
—Tienes que esperar a que nos vaya…
—Puedo llevarla yo —interrumpe Will de repente—. De todos modos, yo también me voy —agregó. Nat le dio una patada en el pie y lo miró. Me reí en voz baja.
—Gracias por todo, William —dije mientras caminábamos hacia la salida.
—¿En serio, por qué? —preguntó inmediatamente. Abrí los ojos y moví la cabeza rápidamente.
—No… Lo digo por llevarme —contesté en pánico.
—Bueno, en cualquier caso, voy que tenerlo en cuenta… y así aprovecharé en alguna ocasión.
Un suspiro salió de mi boca, me senté en su coche y abroché el cinturón de seguridad.
—Está bien.
Cuando llegamos delante de mi casa, me despedí de William con un simple adiós, y entré en casa.
—¿Cómo fue? —preguntó mi padre cuando me dejé caer en el sofá al lado de mi madre.
—Muy divertido —respondí desanimada. Mi madre hizo una mueca y se me quedó mirando.
—Oh, querida necesitas una ducha, venga ve —dijo ella, sacudiendo la cabeza. Rodé los ojos y me levanté de nuevo.
—Una muy agradable bienvenida —me quejé ofendida antes de tomar mis cosas y luego desaparecí en el cuarto de baño. El agua caliente me relajó por completo.
Después de una relajante y larga ducha, me puse inmediatamente el pijama y me acurruqué bajo la manta. Mañana era domingo, así que podré dormir tranquilamente.
Bueno, eso era lo que yo pensaba, hasta que en la mañana escuché la voz de mi madre, gritando que despertara.
—¿Qué? —grité molesta después de haber abierto los ojos.
Lo primero que vi fue un Ryan que estaba de pie en la puerta y mi madre a su lado, quien me quería matar con su mirada buena.
—Un amigo está en la puerta —dijo y luego desapareció en la cocina.
—Oh, hola… Ryan —tartamudeé torpemente. Si hubiera sabido que él estaba esperando aquí, no habría gritado de esta manera y habría bajado—. ¿Qué te trae por aquí? —le pregunté con una sonrisa tranquilizadora.
—Nada… yo estaba en la por aquí y quería preguntarte si deseabas ver la ciudad... conmigo —dijo.
—Pero si Will vive aquí al lado —digo, seguro que está tramando algo.
—Bueno, y así podrías ayudarme con el regalo de cumpleaños de mi hermana... No sé qué elegir —dijo confuso.
Esta respuesta no explica mi pregunta, pero bueno. —Espera un momento entonces, me voy a preparar —salí de la cama y cogí ropa del armario y entré en el baño. Después de unos minutos, ya estaba vestida y saliendo por la puerta seguida de Ryan.