—¿Entonces, dijo que no? —preguntó. —¿Simplemente así?
—Ya sabes cómo es MinSeok hyung… —respondió el más alto moviendo su muñeca, restándole importancia. —Si JongDae quiere algo serio con él, deberá esforzarse. —señaló. —Debiste ver su rostro cuando escucho la respuesta, ésta vez estaba convencido con que lo lograría. —rió.
—Me lo imagino y es hermoso. —se burló dejando escapar una carcajada antes de tomar los palillos, tomando un mandu y remojándolo con salsa.
BaekHyun prácticamente había amanecido con su rostro pegado al teclado del ordenador, literalmente, tenía marcado los relieves de las teclas cuando había ido al baño a remojarse la cara y no lucir como un indigente. No pudo regresar a casa para tomar un baño o tratar de relajarse, puesto que su trabajo seguía sin finalizar a las cinco de la mañana y se había obligado a continuar.
Morfeo se apoderó de él sin que tuviese la oportunidad de replicar, no obstante, agradecía tener no solo uno, sino varios cambios de ropa en una de las gavetas de su escritorio y también un cepillo de dientes; situaciones como esas se habían presentado más veces de lo que le gustaría admitir.
No supo quién había dejado el chocolate caliente sobre su escritorio la noche anterior, pero llegó a pensar que se trataba de una coincidencia que esa persona eligiera chocolate en lugar de café debido a la época. Una decisión al azar, pero muy certera.
Todo el mal humor que pudo haber tenido esa mañana de martes fue opacada por la invitación de ChanYeol para almorzar juntos. Solían hacerlo con frecuencia, no obstante, BaekHyun siempre se emocionaba con aquellos pequeños detalles que hacía el más alto inconscientemente y que lograban que su corazón se acelerara como el de una adolescente experimentando su primer amor.
ChanYeol trabajaba en el departamento audiovisual, así que muchas veces solían hacer trabajos en conjunto cuando requerían algo de diseño gráfico para spots publicitarios o ilustraciones. El más alto siempre recurría a BaekHyun, argumentando que confiaba plenamente en su criterio porque tenían mucho tiempo de conocerse.
Fueron a un lugar a solo dos cuadras de distancia del edificio de SM Advertising, a un pequeño local con un par de mesas y apenas un mesero. El ambiente era cálido y la comida deliciosa, no solía abarrotarse de comensales, solamente los necesarios para que se escuchase un pequeño murmullo en el ambiente sin llegar a ser molesto.
Siempre conversaban de todo y nada. Podían llegar a resolver todos los problemas del mundo en tan solo cuarenta y cinco minutos y un plato de bibimbap. Esa era una de las cosas favoritas de BaekHyun.
Salieron del pequeño restaurante luego de pagar y agradecer a la ahjumma por la deliciosa comida. La brisa gélida no tardó en llegar hasta BaekHyun, haciéndolo estremecer ligeramente debido al cambio drástico de temperatura, pero tratando de acoplarse de manera discreta mientras trataba de seguir el hilo de su conversación con ChanYeol.
Frotó sus manos por encima de su abrigo disimuladamente, tratando de obtener algo de calor y maldiciéndose por ser lo suficientemente torpe como para no andar con él, un par de guantes en invierno.
***
Eran las siete de la noche, nuevamente, se le había hecho tarde tratando de terminar todo su trabajo pendiente. Al menos ese día había terminado a una hora medianamente decente, permitiéndole irse a su piso y tomar la ducha que había estado deseando desde hacía horas.
Le envió un texto a ChanYeol, para verificar si seguía o no en la agencia.
La desilusión llegó tan rápido como esa respuesta afirmativa pero que impedía hacer su camino a casa junto al gigante porque éste seguía con mucho trabajo pendiente. Suspiró empezando a ordenar las cosas sobre su escritorio para no dejar tanto desastre a diferencia de algunos de sus compañeros.
Botó alguna de las bolsas de frituras que había dejado por ahí en el transcurso del día, colocó sus lápices y plumas en los depósitos correspondientes y apagó el ordenador. Abrió la última gaveta de su escritorio, dónde guardaba su billetera junto con su carné del trabajo.
Entonces encontró una pequeña bolsa de papel negro sobre sus cosas, con una pequeña nota adhesiva del mismo color que la del chocolate del día anterior.
“El invierno es demasiado agresivo en Seúl, no olvides abrigarte bien para no enfermarte. ¡Debes mantenerte sano para poder sonreír! ¡Feliz navidad, BaekHyun!”
Abrió la pequeña bolsa, cortando la tira de cinta adhesiva que la sellaba. Trató de no sorprenderse cuando sacó un par de guantes de aquella bolsa, pero le era imposible no sentir que algo dentro de él florecía.