¿Por qué no nos dijeron que el sistema de educación era tan malo en el siglo XXI?
Solo se preocupan en que los jóvenes respondan y saquen diez en las evaluaciones. No hay debates, no hay opiniones.
Nada.
Es un monólogo del profesor diciendo "Es así porque yo lo digo" "No puedes contradecirme" "Soy tu superior, obedece".
-¿Le parece aburrida mi clase señorita?-La voz de la profesora me sacó de mis pensamientos.
¿Me estaba hablando a mi?
Giré en dirección a la profesora y efectivamente me estaba mirando por arriba de sus lentes.
Oh, esta furiosa. Puedo escuchar sus latidos acelerarse.
-Señorita Pride. -Le dije mi apellido, aunque sabía que no era de su importancia. -¿A qué se refiere exactamente con aburrimiento profesora Till?
-¿A qué me refiero? ¿Por qué no me lo explica usted señorita?-Me preguntó ignorando el hecho de que mi apellido era Pride.
Oh, quiere humillarme.
-Que no me interese en absoluto su monólogo. -Le respondí sin perder la calma. -Y, profesora, le dije que mi apellido era Pride.
Me miró y frunció el ceño, estaba aún más enojada. Sus pulsos iban a velocidad flash.
-Señorita...Pride. Le informó que en mis clases no permito que mis alumnos me hablen de esa forma. -Me contestó ya perdiendo la calma.
-¿Y de qué forma le estoy hablando profesora? Yo solo estoy dando mi opinión. ¿O acaso no puedo expresarme?
-Claro que puede, pero sin faltarme el respeto.
-¿Le falté el respeto? Dígame por favor en que momento.
Y se quedó callada. Yo en ningún momento le falté el respeto a la profesora. Yo solo di mi opinión ¿Es qué eso le molesta?
-Solo...preste atención por favor.
Se dio media vuelta y siguió dando la clase.
Maldito sistema educativo.
-¡Es solo el primer día Eleanor!-Me gritó Catrina a penas salimos del salón.
Yo me limité a bufar y rodar los ojos. ¿Ella venía a regañarme?
-Solo quería darle un poco de su propia medicina. Además su abuelo no fue un hombre justo. -Le respondí y era verdad.
Su abuelo había sido parte de una cadena de prostitución al rededor del año 1600 o antes.
Malditos hombres machistas y sexistas.
-Vamos a casa. -Murmuré y me siguieron.
Mi día iba de mal en peor, ya me había peleado con dos profesores y solo tuve tres en todo el día.
-Tengo hambre. -Dijo Nicanor a penas entramos a la casa.
-¿Hambre de qué?-La pregunta de Teo hizo que todos lo miremos incrédulos.
De sangre idiota.
-¿Qué?-Preguntó ofensivo. -Yo tengo hambre de humano. Tal vez un adolescente con ojos celestes...
Mi golpe en su mandíbula lo interrumpió. -No te acercaras a Zac. Es el hijo de Odell y mi única manera de llegar a él.
Me miró sorprendido y me preguntó:-¿Por qué tanto interés en un humano Leah?
-Porque es el hijo de Odell y mi única manera de llegar a él. -Repetí y lo fulminé con la mirada. -Recuerden que esta semana vivirán a bolsa.
Me fui a mi habitación escuchando sus gruñidos, pero los ignore.
Al entrar en mi habitación estaba todo oscuro. Algo bastante raro, ya que suelo dejar la ventana abierta.
-Hola Eleanor. -Salté al ver la figura masculina frente a mi y toqué el interruptor de la luz.
Odell.
-¿Qué haces aquí?-Pregunté bruscamente tratando de apartarme de él.
Pensé en salir de la habitación o hasta golpearlo, pero algo me decía que debía quedarme ahí y escucharlo.
-Quería hablar contigo. -Su respuesta parecía sincera. -No trates de escuchar mis latidos, gracias a ti se mentir perfectamente.
-No estaba escuchando tus latidos. -Fui con la verdad, simplemente le creía por ver sus ojos.
-¿Y por qué no has salido corriendo aún?-Su pregunta me hizo pensar.
¿Por qué no salí corriendo? Porque aún lo quiero.
-Porque se que no eres capaz de hacerme daño. -No se que me hizo responder eso, pero lo tomó por sorpresa.
-Podría asesinarte aquí mismo.
-¿Por qué aún no lo has hecho?
-Porque quiero que sufras. -Esta respuesta también parecía sincera.
-Conocí a Zac. -Decir eso lo relajó de una manera inexplicable. -¿Cómo es que es tu hijo? Y además es idéntico a ti.
-Es mi hijo. -Respondió el, pero esa respuesta no me bastó. -Es mi hijo quieras o no. No creas que te contaré la verdad solo por ser tu.
-Yo creo que me dirás la verdad, porque sabes como se siente que te mientan.
Nos miramos a los ojos durante unos minutos y ninguno habló.
¿Qué secretos escondes Odell? ¿Quién es Zac?
-Algún día sabrás la verdad. Pero hoy no. -Me dijo mientras se sentaba en la cama.
-¿Vas a decirme a que viniste?-Le pregunté olvidando el momento anterior.
-Ya te dije que quiero hablar contigo.
-Pues habla.
No se porque pero sentía que era peligroso que esté aquí.
-¿Por qué?-Me preguntó y lo miré confundida. -¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste aquí como si nada?
-Yo...-No sabía que responder ante eso ¿Qué le digo? No tengo una respuesta siquiera. -No lo sé.
-Si lo sabes, pero no lo admites.
-No lo sé Odell, tenía miedo.
-¿Miedo de qué?
-¡De que te hieran!-Le grité furiosa. -¿De qué más voy a tener miedo? ¡Tenía miedo de que te maten! ¡Me estaban cazando Odell!
-¡Y te dije que podía ayudarte, que podíamos huir! ¡Podíamos tener una buena vida!-Se levantó de la cama y me estrelló contra la puerta del armario.
-No iba a estar huyendo contigo Odell. ¿Huir, ponerte en peligro? No me lo perdonaría nunca.
-¡Pero al menos viviríamos juntos!
-¡Huir no es vida! ¡Yo quiero vivir, no sobrevivir!-Ya estaba cansada de esta conversación.
-Perfecto. -Me respondió y caí en cuenta de que seguía contra la puerta del armario.
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Editado: 10.06.2021