Uno de los crush que tuvo Zanh fue un chico argentino que conoció en un viaje por parte del trabajo de su padre cuando tenía apenas nueve años de edad. Era simplemente arte en toda su expresión, según la castaña, logró convivir con él por un poco más de un mes, cuando por fin reunió el coraje para declararle sus sentimientos este simplemente le dijo "No te quiero"
La vida de un adolescente no es nada sencilla debido a los cambios de hormonas que uno experimenta o según esa era la excusa que Zanh le daba a sus padres cuando cometía cosas indebidas. Ella era la menor de la familia, asistía a la preparatoria y tenía una vida común como cualquier persona de 15 años, no había nada interesante que pudiera decir.
Si bien, no solía ser la más habladora entre sus cuatro amigos pero tampoco era una aguafiestas. Le gustaba ser alegre con personas que conocía pero fuera de ello podía parecer alguien muy cohibido. Para Zanh en amor no era algo que estuviera de su parte, era algo que quería alejar de su vida, inclusive comenzaba a autollamarse una persona asexual pero claramente eso no era así debido a que había muchas personas que llamaban su atención pero las múltiples decepciones amorosas la hicieron limitarse a eso, a solo observar.
Su primera novia había sido una chica de su curso de tercer grado, había aceptado ser su novia debido a que ella la defendió de unos brabucones, era una niña con un poco de peso de más, siendo así la gordita del salón. A Zanh poco le importaba eso porque era una buena chica, sin embargo no le gustaba y aquello le torturaba, al final terminó con ella haciéndola llorar y ganando que le lanzará un plato de sopa en falda.
Desde ahí prometió no volver a salir con una chica, simplemente no se sentía cómoda gustando de chicas en general. Fue así que descubrió sus verdaderos gustos, cuando tuvo su primer crush en un niño argentino, lo había conocido en un campamento por parte del trabajo de su padre, habían viajado hasta Argentina para pasar las vacaciones de verano y todo había sido genial a excepción que la azabache no conocía el habla del idioma. Cuando tuvo que decir adiós le pidió su número telefónico para seguir en contacto pero antes de ello decidió confesar lo que sentía. Había estado practicando esas palabras, las dijo a la perfección y se sintió bien hasta que él contrario le dijo "No te quiero".
Esa era Zanh, aquella azabache que ya no quería esperar nada de nadie, no creía en el destino o en el verdadero amor y nada iba hacerla cambiar de opinión.
-Zanh, ¿Vas a ir a la fiesta que organizó Jems?- Un azabache cuestionaba desinteresadamente mientras observaba su móvil.
-¿Debería ir?- Musitó y perdió su mirada en una pequeña patata con ketchup que tenía en sus manos-.
-Vamos a ir todos, creo que deberías ir.
-No lo sé, puede que vaya- La castaña metió aquella patata en su boca y su amigo la miró por un momento, sabía que aquella respuesta era un "No" asegurado.
-Esta bien -Ignoró aquello y regresó su vista al móvil.
Era verdad que Zanh era la que menos asistía a fiestas de su grupo de amigos porque no le interesaban demasiado, pero eso no quería decir que no asistiera a ellas, simplemente no era muy tolerante con el alcohol.
Una vez vómito en el auto de su amigo Fernando y este no le hablo por una semana debido a la molestia que había causado, volvieron a hacer las pases cuando se ofreció a pagar el lavado del auto y la comida. En otra ocasión casi se desnuda frente a todos en una fiesta organizada por los del último año, todo concluyó cuando su hermano llegó y se la llevó muy enojado. Y así fueron mucho más desastres cuando decidió ya no beber en las fiestas pero eso implicaba estar aburrido y mejor decidía estar en su casa.
-¿Cómo que no vas a ir a la fiesta de Jemshy? -Fue lo primero que escucho al contestar el teléfono.
-Si, hola ¿Cómo estás Fernando? ¿Yo? Estoy bien -Respondió con ironía- Nunca dije que no iba a ir.
-Pero Rich me dijo que no ibas a ir.
-Ugh, Rich -Gruñó- Le dije que iba a pensarlo pero no creo que vaya, sabes que el alcohol y yo no somos amigos -Rió-.
-Al parecer no eres amigo de nada Zanh -Chasqueó- pero insisto en que deberías ir.
-¿Quieres que vomite de nuevo en tu auto?
-Bueno, ahora puedes vomitar en el auto de Caro.
-Pequeño bribón -Siseó- No voy a ir.
-Zanh, si no vas en verdad olvídate que tienes amigos, así que pasó por ti el viernes por la tarde- Dicho esto colgó la llamada.
Un largo suspiro se hizo presente y colocó su móvil en el escritorio mientras regresaba su vista a su laptop. Se encontraba haciendo la tarea de biología pero ya estaba arto de los cromosomas y todo lo que terminara con omas. Decidió tomar un pequeño descanso y abrió sus redes sociales en su teléfono móvil, nada interesante, se encontraba en ellas hasta que fue a Instagram lo que captó su atención, había bastante contenido, desde recetas de cocina hasta videos de perritos.
Dio click en seguir una cuenta de cocina y abajo de esta le desplazo una lista de personas que podría seguir. Entre ellas una cuenta que llamó su atención, una cuenta llamada "txkxz" pues estaba repleta de imágenes vintage a la par de aestethic y tumblr, pero sin duda lo que se robó toda la atención fue el dueño de la cuenta, un chico de tez pálida y una mirada completamente sería. Estúpidamente estaba sonriendo a la pantalla de su móvil y sin darse cuenta ya estaba tomando screnshoot de todas las imágenes que me gustaron de aquella cuenta, incluyendo imágenes del pálido.
-A que eres guapo -Gritó internamente al observar la última foto que había guardado-.
El viernes había llegado y con ello la desición de ir a aquella fiesta o que sus amigos sé enojaran con ella. Buscó ropa apropiada para la ocasión, Zanh era conocido por su gran sentido de moda y bien lo sabía, su autoestima estaba por los cielos pero aún así había cierto egocentrismo que hacía a todos huir de ella.