Nacida De Las Cenizas

CAPITULO IV

Fantasmas del pasado


__ Que ocurre Emilly?
Su voz invadió mi aura y me hizo sentir calma. Era suave como el terciopelo.
__ Nada. Solo estoy...-Hice una pausa tomando aire.- ...confundida.
__ Que te confunde? -Preguntó.-
__ Todo.
__ ¿Piensas que pudiste hacer algo?
__ Yo sabía lo que pasaría. Podía sentirlo. Lo vi.
__ No podías cambiarlo, debía ser así.
__ ¿Cómo lo sabes? -Pregunté.-
¿Quién era él? 
__ Porque también lo vi.
Concluyó el chico de ojos grises para luego alejarse y dejarme sin aliento.

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Me desperté.
Habían pasado unas cuantas horas de aquel incidente.
Will me había traído a casa, antes de brindar declaraciones a la policía, quienes llegaron incluso antes que la ambulancia.
Yo seguía sin poder hablar, sentía que mi cuerpo se movía solo, en respuesta de la incapacidad que tenía para poder gobernarlo.
Mamá se enteró de lo que ocurrió cuando la policía nos escoltó hasta casa, y con voz tranquila me dijo que tomara una ducha y me recostara. La conocía demasiado para saber que obviamente solo guardaba compostura.
En cambio, William no sabia que decirme, y me veía con aquella cara. Esa misma cara que pone la gente cuando creen que te estas rompiendo y no saben que más hacer. Quería decirle que estaba bien, pero no sabía si lo estaba realmente.
Ese sueño.


¿Por qué había soñado con Jay otra vez? y como era posible que se sintiera tan real. 

Desde hace días que veía cosas extrañas que en realidad no estaban allí. Como la Tacoma roja que días después arrollaría al mismo hombre que vi dentro del jeep. No dejaba de pensar en aquello que intentaba decirme. Sabía que no era mi culpa, pero de algún modo me sentía culpable. No tenía forma algúna de unir las piezas, pero todo estaba allí. Yo sabía lo que pasaría de cierto modo, solo no supe verlo a tiempo...

‘’No. Tu eres Louren Wytte.’’
‘’Louren y-yo...’’

Pese al mal trago del momento, y lo traumatizante, aquellas palabras se me quedaron grabadas en la cabeza. Era imposible pasar por alto todo aquello. 
El hombre misterioso segundos antes del accidente había pronunciado el nombre ‘’Louren Wytte ". Y aunque habían muchas piezas que aún no encajaban, quizá eso significaba algo. 


Tomé mi laptop la cual reposaba a los pies de la cama, allí había quedado desde el incidente de ayer. Oprimí el boton de encendido pero, no recibí respuesta. 
Así que busqué el cargador y lo conecte antes de volver a presionar el botón de off/on.

Nada.
__ Mierda! -Maldije en susurros.-
Mordí mi labio inferior con rabia, un mal hábito que había adoptado, en una forma por reprimir algunos sentimientos que no controlaba del todo bien.
Seguramente el apagón tuvo algo que ver con el actual rechazo de indicaciones.

Me puse de pié y tomé mi bolso. Iría al lugar más cercano con acceso a internet y un computador. La biblioteca.
__ ¿A donde crees que vas? -Mi madre me veía extrañada y preocupada a la vez.- 
__ Tranquila, solo iré a la biblioteca.
__ ¿Por qué no descansas un poco? Hablé al colegio y me dijeron que podías tomarte el día de hoy.
__ Necesito hacer tarea. Mi vida no fue la que terminó!. -Noté la rabia en mi voz, y la furia acumulada en mis puños. Entonces volví a morder mi labio y luego de un leve suspiro dije.- Al profesor de biología no le van a importar las excusas.
__ Esta bien. Solo déjame llevarte. -Sonrió algo forzada.- 
No hice nada por detenerla. Quizá se sentiría menos agobiada si le permitía al menos verme llegar segura.
El Honda Civic gris piedra de mamá aún llevaba la mini figura de Mo Vaughn colgando del espejo.
Una de las pocas cosas que insistí a mamá para que no donara, en su arrebato por desaparecer las cosas de papá de su vista.
Al contrario de eso, había pasado un tiempo en aislamiento dentro del garaje de la casa, junto a las cajas de herramientas y las decoraciones de navidad. 
Hasta que un día solo lo volvió a colgar.
La biblioteca publica de Boston era de mis favoritas. Y quedaba a tan solo siete minutos de una de las mejores cafeterías que conocía. Por lo general, concentraba una gran cantidad de personas, no solo lectores, sino turistas y estudiantes de arte en general, por sus increíbles cuadros y estructura.
Aunque caminando quizá me hubiera tomado más de una hora, que mamá me llevara hizo que se redujera el tiempo a la mitad.

Una vez aparcada, me despidió con la mirada, y me adentré rápidamente hasta el cuarto de máquinas, donde busqué un sitio un tanto apartado del resto.
Comencé a teclear el nombre de Louren Wytte en una pestaña de incógnito, solo tenía una entrada.
De hecho el mismo google me corregía las palabras, esperando que me haya equivocado al escribir. Abrí el primer y único link. Dirigiéndome a un extraño blog. 
En él se distinguía copiosamente la frase:


"Que descanses en paz Louren".


Una gran foto de la chica, que tendría unos dos años más que yo, estaba justo al medio, sonreía.
Debajo de la foto, un pequeño mensaje casi imperceptible:


Te amare por siempre, espera por mi del otro lado.
-Ansel 


Mi pecho dolía, las lágrimas brotaban de mis ojos sin sentido alguno. ¿Por qué lloraba?
Ansel. 
Que así no se llamaba...
__ Emilly? -Sentí una voz y salté del sobresalto.-
__ Will. ¿Que haces aquí?
__ Tu sabes, deberes! Supongo que tu también? -Preguntó y miró la pestaña en el monitor, la que con rapidez me encargué de cerrar. 

Solo bastó con entrecerrar los ojos para que confesara.

__ De acuerdo, tu madre me dijo que estarías aquí. Esta preocupada, ¿Puedes culparla?




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