—¡Sonia esto es inaceptable! —me reprocha mi madre, mientras intenta procesar todo el desastre que hice en el instituto. Enzo por su parte, me mira con angustia al imaginar que por mi culpa es posible que nos castiguen a ambos.
—Mamá espera, yo tengo algo de culpa también en todo esto—interviene mi hermano y yo intento reclamarle con la mirada el hecho de que se culpe de algo que no tiene nada que ver.
—¿Qué? —pregunta frustrada—, Enzo no intentes cubrir a tu hermana, te conozco.
—Mamá, es en serio. —Enzo se pasa una mano por su cabello. Eso solo lo hace cuando está nervioso. —Salgo con Sofía, ahora ella es mi novia y en el salón de Sonia hay una chica a la que siempre le he gustado, bueno en su momento ella también me gustó. —Enzo sonríe y mamá lo mira confundida. —El caso es que esa chica ha tenido intensiones de golpear a Sofía, pero Sonia la defendió. Mamá, sabes muy bien que Sonia tendría motivos fuertes para reaccionar así y Sofía es su mejor amiga. —Las palabras de Enzo son mentiras y verdades a la vez. Es cierto que discutí, pero no con Tifany, sino con Lola.
A pesar de todo miro agradecida a mi hermano. Mamá me observa con una expresión más calmada luego de la explicación de Enzo, aunque no del todo convencida.
—Mamá... mañana debes ir al instituto a justificar mi comportamiento—le digo y aprieto los labios con fuerza deseando no ponerle la cereza al pastel.
—Tu inaceptable comportamiento—enfatiza, luego de un largo suspiro, en el que estoy segura se convence de no matarnos a ambos.
Papá no ha dicho ni una sola palabra, pues cuando mi madre se enoja, nadie en casa se inmuta por hablar.
—Iré yo—dice papá, mientras me mira de una forma cómplice.
—¡Jorge! —Mamá lo mira fijo.
—Tranquila mujer, mañana iré yo, fin de la discusión—culmina.
¡Es mi héroe!
Luego de la incómoda confesión frente a mis padres, entro a la habitación de Enzo y enseguida clava sus ojos en los míos.
—Gracias... mamá estaba echa una fiera y yo no sabía cómo...
—Tranquila, tranquila, ya sabré cobrarme el favorcillo.
—No me salgas tan caro, que tampoco ha sido el mega favor del año, también te digo.
—Mamá no ha levantado cargos en tu contra gracias a mi excusa; de no ser por mí ambos nos quedamos sin salir el fin de semana.
Bufo al escucharlo decir eso pero es verdad, así que me toca respirar hondo y deberle un favor.
Terminado el conflicto del día y cerrando negociación de favores con mi hermano, me dirijo a mi habitación para hacer lo que me sale a la perfección, mirar vidas ajenas en Pinterest hasta quedarme dormida. Una vez que giro el pestillo, observo mi cama repleta de flores y bombones, en el centro de ella hay una tarjeta color rosa pálido, la cual tomo con delicadeza y la leo.
"Soy el chico más afortunado del planeta por tenerte a mi lado, te quiero mucho mi pequeña boxeadora".
Esa última frase me hace reír. Pruebo uno de los chocolates y están deliciosos. Definitivamente Alex es un chico hermoso. Ha entrado por mi ventana y ha armado todo esto. Me pregunto al mismo tiempo si no teme ser descubierto por mis padres.
—«Gracias, de verdad muchas gracias. Te quiero tanto» —le escribo como pie de foto junto a la selfie que acabo de sacarme.
—«¿Te ha gustado?» —me responde enseguida, seguramente esperando impacientemente mi reacción.
—«Me ha encantado».
—«Bueno, en vista que no te veré dos enormes y largos días, pensé en subirte el ánimo».
—«Y lo has logrado, Pdta. Estoy sonriendo como una boba».
—«Jaja yo también sonrió al saber que te ha encantado».
Mamá no me dejará salir estos dos días por lo sucedido en el colegio, por ende, no veré a Alex. Pero nunca mencionó nada del fin de semana así que por ese lado, supongo que puedo hacer planes.
Vuelvo a escribirle.
—«Novio sumamente atento y encantador, dormiré. He tenido un día muy largo».
—«Novia sencillamente hermosa, que descanses. Te quiero».
Y de repente una llamada de Sofia interrumpe el mensaje.
—Hola—me dice riendo, como si todo el desastre de hoy fuese motivo de risa.
—¿Acaso no te han castigado? —respondo intrigada. Es que tiene mucha suerte...
—Sí, pero eso no impide que llame a mi mejor amiga—ríe—. Sonia, quería preguntarte qué haremos en estos dos días de vacaciones que tenemos. —Francamente Sofía se gana el Oscar del cinismo.
—Sofía, no son vacaciones, estamos suspendidas.
—Da igual, yo lo he tomado como vacaciones, bastante estrés manejo en el insti.
—No cambias Sofía Núñez.
—A propósito, Lesly me ha llamado—me dice.
—¿Y qué pasó?
—Bueno, está arrepentida por ese mal rato que le hizo pasar a Miguel y reconoce que Lola ha sido la culpable de todo.
—Se lo advertí, le dije que era un mal plan—reprocho de inmediato.
—Si Sonia, se lo advertimos—me dice la muy descarada.
—Sofía, tú también estabas de acuerdo con que Lesly le haga eso a Miguel.
—Es cierto, pero como no me gusta lidiar con el karma, me hago a la idea que también se lo advertí—resopla—pobre de Miguel...
—Te pasas en serio. —No puedo evitar reír.
—Bueno esa era la idea, llamar a mi mejor amiga y subirle el ánimo.
—Pues creo que alguien ya se te adelantó—le digo, mientras tomo otro chocolate de mi cama.
—¡Maldito Alex!
—Me ha dejado la cama llena de flores y chocolates, cuando subí y entré, me encontré con tan hermosa sorpresa.
—Qué lindo amiga, pero ¿Cómo es que ha entrado a tu habitación?
—Pues siempre se me olvida cerrar la ventana y entró por allí.
—Mmm ten cuidado amiga, no sea que una madrugada Alex entre por tu ventana y termine entre tus sábanas. —Ella ríe a carcajadas.
—No lo creo—sonrío nerviosa— me iré a dormir, gracias por llamarme. Créeme, me levantaste el ánimo.
—¡Oh si, como no!
—Es cierto—digo, mientras saboreo el dulce.
—Que descanses, guapa.