Naciste para mí

Capítulo 17

Despierto y mis ojos se chocan con paredes blancas y el rostro de mis padres frente a mí.

—Hija, lamento tanto todo esto. Si tan solo yo hubiese ido al...

La interrumpo. —Mamá no digas eso, nadie tiene la culpa. —Intento calmarla.

—Cariño, créeme que ese infeliz pagará por todo esto, ya las autoridades se encargaron de detenerlo.

—Papá, yo lo maté. —La última vez que vi al infeliz de Luis, estaba en la cama, con la cabeza cubierta de sangre.

—No cariño, no lo mataste. Ese imbécil ya está en la cárcel.

Miro hacia el mueble que tiene la habitación en donde se encuentra sentado mi hermano.

Papá y mamá nos dejan a solas.

—Annia, no sabes cuánto lo lamento—suelta por lo bajo, como culpándose así mismo.

—Luke, ya estoy aquí…—Intento sonreír.

—Es que... —no puede decir más y me abraza. Sus lágrimas humedecen mi hombro, trago fuerte y lo abrazo también.

No puedo llorar, he quedado seca luego de derramar tantas lágrimas.

—Luke, por favor no quiero preguntas, no quiero recordar nada de esto.

—Tranquila, no haré ni una sola pregunta. —Se sienta a mi lado. —Sabes, Alex ha estado muy preocupado por ti. Créeme Annia, debes hablar con él.

—No, no lo haré, la relación de Alex conmigo está terminada. No podré seguir con él sabiendo lo que pasó.

—Annia, tú no has tenido la culpa…

—Eso no importa. Luke—digo con firmeza—, si sigo con Alex solo lo lastimaré y no es eso lo que quiero.

—Él te ama.

—Y yo a él, pero dime, ¿Qué pasará cuando Alex quiera besarme o quiera acariciarme? ¡No puedo Luke! Me desgraciaron la vida y no tengo la seguridad ni la confianza de estar con él—argumento.

—Annia, no tienes que salir de aquí e ir con Alex a tener sexo, eso no es una relación, no confundas las cosas.

—No entiendes, no puedo mirar a Alex, prometí amarlo siempre ¿Y qué es lo que he hecho? Estar con otro hombre.

—Annia, deja de decir eso...

—Es la verdad—respondo.

Luke me mira con tristeza, no puede asimilar todo lo que yo he dicho. —Otra cosa, no quiero ver a nadie—agrego.

—¿Qué? Annia, todos hemos estado preocupados por ti. Sophy no ha parado de llorar con todo esto.

—Pues diles que estoy bien. Luke, si quieres ayudarme por favor no permitas que nadie me visite.

—Hermana, no seas egoísta, por favor.

—Si me quieres lo harás, si no, tú también puedes dejar de hablarme.

—¡Soy tu hermano! ¿Cómo quieres que me ponga? Debo estar para ti siempre. —Se pasa la mano por su cabello y me mira con los ojos llenos de dolor. —Está bien, nadie te visitará—suelta en seco.

—Te lo agradezco—le respondo. Me da un beso en la frente y sale de la habitación.

El alta me la han dado hoy mismo, luego de terminar el suero por la deshidratación que tenía, me hicieron unos cuántos exámenes más y me dejaron ir.

En casa mis padres y Luke actúan como si todo está bien, sé que no desean actuar así, pero lo hacen para sacarme de mi depresión y animarme a vivir de nuevo. Sí, a vivir, porque realmente me estoy muriendo.

Pasan los días y dormir se ha convertido en un reto, tengo pesadillas, recuerdo a ese infeliz tocándome y haciéndome daño. En el colegio Sophy y Lesley intentan hablarme, pero siempre las trato mal y termino diciéndoles que me dejen en paz.

Sé que estoy siendo egoísta, pero no quiero arrastrar a nadie más hacia esto.

También terminé mi relación con Alex, él está devastado con todo esto, y la verdad me duele verlo así, pero más me duele saber que sufre por mi culpa.

Mi psicólogo me dice terapia tras terapia que tengo un gran avance, que poco a poco voy a sanar esa herida, esa llaga tan dolorosa que llevo impregnada en mí.

No sé como puede ver ese “gran avance”, yo me siento igual.

Pero al cabo de tres meses y medio decido arreglarme un poco y salir a caminar. Sola, como lo he hecho todo este tiempo.




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