Mis padres y Luke ríen al escuchar lo divertido que la pasé y más aún cuando vieron las fotos que nos tomamos y las caras que hacíamos.
—Me alegro tanto que tú y Alex estén bien—me dice mamá, mientras toma mi mano.
—Gracias mamá, también estoy feliz por eso.
—Hija, lo mejor será que descanses, mañana deben ir al colegio, así que a dormir—agrega mi padre.
Luke sube detrás de mí y antes de ir a mi habitación, entro a la suya y me acuesto en la cómoda cama de mi hermano.
—Parece que sufres de amnesia, tu cuarto es más allá.
—Ya lo sé, solo quería decirte que estoy muy contenta de que las cosas estén surgiendo de mejor manera. —Acomodo la almohada.
—Tienes razón, hoy podemos decir que toda esa tormenta ha pasado. —Se sienta a mi lado. —Dime, ¿Qué tal con Alex?
Sé a lo que se refiere y empiezo a contarle todo.
—Me he sentido muy segura con Alex. Él ha sido muy comprensivo conmigo y bueno... —me sonrojo—, nuevamente sé lo que es estar con la persona que amo.
Luke me mira con sus ojos llenos de dicha y tranquilidad.
—Me alegro mucho hermanita, que bueno que esos fantasmas hayan desaparecido y que tu felicidad haya sido la recompensa de todo esto. —Luke me abraza muy fuerte y respondo a ese abrazo.
Una vez en mi cama, tomo el móvil y empiezo a subir a mis redes sociales un par de fotos. Luego de unos minutos recibo un mensaje.
—«Parece que alguien tuvo un hermoso fin de semana». —Es Sophy.
—«Más que hermoso, fue único. Siempre eres la primera en revisar mis fotos xD».
—«Digamos que te tengo en la mira Annia Lorn, nos vemos mañana, muero de sueño».
Sonrío al recordar lo ocurrida que es mi mejor amiga. Soy muy afortunada de tenerla.
(...)
—Hey, ¿Qué ocurre? ¿Por qué esas caras? —le pregunto a Sophy y a Lesley, tienen cara de estar embarazadas o algo así.
Lesley mira a Sophy y luego ambas me miran.
—¿Qué ocurre? Chicas me asustan...
—Annia, nos hemos enterado de que Luis ha intentado escapar de la cárcel—suelta Sophy.
Por un momento siento mucho temor y lucho con mis ganas para no dejarme llevar por ese sentimiento.
—Ven, vamos al patio del colegio—me propone Lesley.
Caminamos hacia el patio y nos sentamos en unas bancas, donde claramente se puede apreciar a los chicos practicando deporte.
Miro a Sophy y a Lesley.
—No quiero imaginar lo que podría pasar si ese tipo logra escaparse. —Observo mis muñecas y recuerdo las esposas. —Chicas, sabemos muy bien que Luis tiene el dinero y todas las posibilidades de hacer lo que se le antoje, no me sorprendería que pueda manipular a alguien más para hacerme daño...
—Annia, no digas eso. Luis intentó escaparse, pero no lo logró, estarás bien amiga, cálmate—me dice Lesley, pero no puedo, siento mucho miedo.
Intento tranquilizarme un poco, respirar y pensar que todo está bien. Mi mirada se posa en un hombre que lleva varios minutos observándonos, está con el uniforme de limpieza y recoge unas hojas secas del césped. Jamás lo he visto, tal vez es nuevo. Nos mira y nos da una pequeña sonrisa.
Lesley lo mira y le sonríe también, se ve amable.
—Vamos al baño. —Sophy se levanta. —Annia, tienes que refrescar esa cara con un poco de agua.
Cuando nos levantamos de las bancas con dirección al baño escucho mi nombre.
—¡Annia Lorn! —gritan a mis espaldas.
Giro y veo entonces al hombre que anteriormente estaba recogiendo las hojas, esta vez su mirada es oscura y tiene una sonrisa perversa dibujada en el rostro. Mis ojos recorren sus manos. Tiene un arma y está apuntándome. Los gritos de Sophy y de Lesley llaman la atención de todos.
—¿Qué pasa? ¿No eres ruda ahora? —me pregunta.
Esa voz, esa voz la he escuchado antes. Sí, es aquel tipo del secuestro, aquel que quería tocarme en el auto.
Lo miro atónita, incapaz de moverme por temor de que algo malo ocurra.
—¡Annia! —grita Luke, mientras varios estudiantes lo detienen para que no corra hacia mí.