—¿Annia? —se preguntó Luke, extrañado. Me encontró a centímetros de la boca de Ostin, de inmediato nos alejamos y miré nerviosa a mi hermano.
—Luke, ya entro—digo, si más y mi hermano vuelve a entrar a la casa.
Ostin suelta una risita.
—Lo siento...
—Tranquila, ha sido una torpeza de mi parte—me responde riendo.
—Ostin, ¿Quién te ha dado mi número?
—Bueno, se lo he pedido a una compañera de tu salón.
—¿A quién? —vuelvo a preguntar.
—Annia, todos tus compañeros de aula tienen tu número. Fue fácil regalarle una sonrisa a una chica de tu salón, que la verdad ya ni me acuerdo como se llama, creo que es Tifany... en fin, lo bueno es que me dio tu número y hoy estoy aquí, muy contento porque la hemos pasado bien.
Este chico sin duda alguna es un coqueto de primera, no me extraña que Tifany le haya dado mi número.
—Gracias por todo, que descanses. —Le sonrío.
—Espero verte mañana.
—Si, seguro. —Me despido con un beso en la mejilla.
Entro a casa, aseguro la puerta y subo hasta mi habitación en puntitas, no quería un interrogatorio de mamá a esta hora.
Prendo la luz de mi habitación y doy un brinco al ver a Luke sobre mi cama.
—¿Qué no estás grandecito como para saber que esta no es tu habitación?
—¡Annia Lorn! Cuando dije que te tomes tu tiempo, no me refería a buscar novio inmediatamente—me reprocha, enarcando una ceja y esperando una explicación de mi parte.
—No tengo novio, Ostin solo es un amigo—aclaro.
—Un amigo que casi te besa.
—Lo dices como si estuviera engañando a alguien. Te recuerdo que Alex me engañó a mí y por eso terminé con él—aclaro nuevamente.
No estaba haciendo nada malo o, ¿sí?
—No pienso que engañas a Alex, pienso que te engañas a ti misma y sí, es verdad, son amigos, pero todo en esta vida empieza con una amistad y te advierto que no es bueno correr a un nuevo romance cuando recién se sale de uno.
Sé que él solo quiere lo mejor para mí, pero todos sabemos que fue Alex quien me engañó, aunque Tamara haya dicho que fue ella quien lo besó, era un engaño.
—Luke, estaré bien, además Ostin solo es un chico que ha intentado tener mi amistad, no debes preocuparte.
—Solo quiero lo mejor para ti. —Sale de mi habitación.
Me lanzo sobre mi cama y coloco una almohada en mi cara presionándola a la vez que grito con todas mis fuerzas.
Me dirijo al baño y lleno la tina. Estando varios minutos allí, decido relajarme y dejar que todo fluya.
Una vez en mi cama, lista para dormir, reviso mis redes sociales, también unos cuantos mensajes de WhatsApp y veo que Alex está en línea.
Quien sabe con quién estaría hablando, a lo mejor con Tamara.
(…)
—Con que chocolates…—vacila Sophy, sobando su mentón con su índice.
—Sophy, ¡basta!
—Annia, déjame darte mi humilde opinión—agrega Lesley.
—¡Atención! Hablará la voz de la experiencia—menciona Sophy.
Lesley parece estar seria.
—Annia, ayer estuve conversando con Sam y también con Alex. Ambos fueron a mi casa por la noche. Sam fue para devolverme unas películas y Alex fue para preguntarme sobre ti.
Eso no me lo esperaba.
Lesley continuó. —Alex me dijo que estaba muy arrepentido de todo, que no sabía que Tamara llevaba esas intenciones y que, aunque parezca absurdo y sea la segunda vez que pasa, él solo se alejó de la misma forma que lo hizo con Rose. Amiga, no quiero justificarlo y sé que cuando Sam se besó con Lola o bueno, ella lo besó a él, yo no quise creer, pero verlo a Alex y mas que todo escucharlo es más que suficiente para saber que no miente—culmina.
La verdad no sabía que decir, estaba confundida; Rose, Tamara, ¿Quién más iba a aparecer para dañar esta relación? O bueno, la relación que tenía con Alex.