—Annia, despierta, cariño. —La voz de Alex me levanta de mi plácido sueño.
—Estoy cansada…—digo, con pereza.
—Lo sé, pero hemos llegado.
Bajamos del auto y nos dirigimos a casa.
—¡Hey! ¡Pero miren nada más! —nos saluda mamá—¿Qué tal todo?
—De maravilla—le respondo, seguido de una sonrisa.
—¿Que tal su fin de semana? —le pregunta Alex.
—Bueno, George y yo hemos estado solos. Luke se fue a la casa de campo junto con Sophy, Sam y Lesley. Por cierto, llegan en la noche—nos explica.
—Y ¿papá? —pregunto.
—Tu padre ha ido al trabajo solo unos minutos a firmar unos informes, en cuanto venga saldremos a cenar, espero puedas prepararte algo o quizás ordenen comida…
—No te preocupes ma, ahora, si no es molestia, permite que vayamos a dormir, estamos cansados.
—Claro que sí hija—me responde.
—Pero no has almorzado—me reprocha Alex.
—Comemos luego de que despertemos porfa…—le pido.
—Ordenaremos pizza—me dice, mientras sube conmigo las escaleras.
Luego de una hora supongo, abro los ojos y mamá está en la puerta junto a papá.
—Annia, saldremos más temprano, así aprovechamos en pasear y luego iremos a cenar—expresa, con un tono de voz bajito. Alex sigue dormido.
—No hay problema, mamá. ¡Que se diviertan! —les digo.
—Lo haremos, ten cuidado, cariño—menciona papá, señalando a Alex.
—Lo tendré papá…
Mis padres se fueron e intenté recostarme nuevamente, estaba un poco cansada, bueno, en realidad tenía pereza. No sé por qué los días domingos son así y ni hablar de los lunes.
—Mmm… ven acá. —Los brazos de Alex me atrapan.
—Resultó ser que estabas más cansado que yo—me burlo.
—Solo un poco, además, tú también dormiste bastante.
—Tengo que preguntarte algo—le digo, mientras me acomodo sobre mis codos—, ¿Qué tienes pensado luego de la secundaria?
—Ir a la universidad, ser ingeniero comercial—me respondo, apartando un mechón de cabello de mi cara—, debo ponerme a cargo de la empresa de mi padre y pienso tener mi propia empresa también.
—Entiendo.
—Y ¿tú? —me pregunta.
—Bueno luego de la graduación quiero estudiar gastronomía.
Sonríe. —¡Serás la mejor!
—T
—Tú también serás el mejor, ya lo verás, además, confío en ti.
—Te amo—me responde—, ¿Qué te parece si preparamos algo? —me propone.
—¿Algo como qué?
—No lo sé… se me antoja un pastel.
—Está bien, ¡mano a la obra! —Sonrío y nos dirigimos a la cocina.
Mientras Alex me ayudaba con el chocolate, yo me encargaba de la mezcla de harina, con los huevos etc.
Alex prepara el chocolate y lo mete en el refrigerador por un momento. Me mira las manos y ve que las tengo un poco llenas de harina, me miró con cautela y sonríe.
—¿Crees que te haría algo? —le digo, sonando ofendida ante su mirada—, no voy a exponer la cocina a tremendo desastre.
En un ágil movimiento, Alex se acerca a mí y sostiene mis manos, las lleva a mi cara y sopla, haciendo que el rostro me quede color blanco. No me quedo atrás y saco el chocolate y con uno de mis dedos se lo esparzo en la cara, y así pasamos haciendo tremendo desastre en la cocina.
Cuando el pastel estuvo listo empezamos a rellenarlo y a ponerle chocolate por todas partes, se veía delicioso.
—Espera un momento—me dice y saca su celular para tomar algunas fotos, de las cuales algunas selfies fueron graciosas.
Al finalizar todo, observamos nuestra obra de arte. Alex y yo dejamos el pastel a un lado y empezamos a limpiar todo el desastre que habíamos ocasionado.
Al cabo de unos minutos ya estábamos saboreándola.