Buscando ser o no ser,
en el miedo, me paralicé.
Ser objeto de burla
era un gigantesco meteorito...
Con una gran estela ardiendo que
quemaba todo a su paso.
Como si el mundo que vive en cada cabeza tratara de mí.
Buscando hacer o no hacer,
en el "¿Qué opinarán?" Me estanqué.
Como si la aprobación ajena fuera mi combustible para mi vivir.
La soledad no me sentaba.
Aún así dejé ir por no decidir por mí.
Paciencia y espera son dos palabras finitas.
Buscando, me di cuenta con que no me hallé.
No era.
No hacía.
Nada me gustaba.
Ni un positivo ni negativo.
Ni cero ni cien.
Solamente era un punto vacío, invisible.
Buscando incontables veces, cargué el remordimiento,
hasta que fui una masa de ello.
Me embarré en un lodo de caras amargas, "tristes", inconformes y chantajes sutiles que, en momentos, me etiquetaban como una villana.
Por temor a decepcionar, terminé decepcionándome
Y, aún eligiendo,
me quedaba la sensación de estar fallando.