"Nada es de color de rosa"

03 ¡No entiendo nada!

Pasa la mismísima rutina de todas las mañanas hasta llegar totalmente a la escuela. Mi lugar favorito.

Veía victoriosa a la escuela que se encontraba enfrente mío. 
“Hoy si que sería mi día” -me dije mentalmente. Avance emocionada de lo que sucedería en unos cuantos minutos, llegando al salón con unos cuantos saltitos mientras caminaba hacia mi asiento.

Todos estaban en silencio haciendo que captará la atención de los demás.

Me senté y empecé a sacar mis útiles lentamente obviamente sintiendo las miradas de los chicos. Al terminar suspiré así alzando mi vista hasta ver atravesar en la puerta al chico que en un día anterior le hacían bullying.

— ¡Hey, por aquí!.— le grité hasta captar su atención hacia mí.

— ¡Miren! Hasta que por fin se encuentra el “Oing oing”

Los niños empezaron a encaminarse hacía el chico, por lo cual no tarde en fruncir el ceño.

— ¿Si te hemos dicho lo bien que te vistes?.— los chicos empezaron a tocar sus prendas. El chico era de demasiadas marcas originales tanto costosas.

Al momento que los chicos revisaban las prendas del chico éste se tensó y se estremecía al mismo tiempo, ante el tacto de los chicos mientras que Henry solo observaba.

“Por más que actúen amigables con el chico tengo un mal presentimiento”
Me levante y lo jale poniéndolo detrás mío.

— ¿Podrían detenerse? Lo están incomodan...

— ¿Es cierto?.— Henry dijo de repente, cruzado de ambos brazos se dirigía hacia el chico mientras sonreía de lado... sin embargo sus ojos lo miraban de una manera amenazante.

— ¡Deja de involucrarte en problemas que no son tuyos... E-Es MOLESTO!.—se puso adelante mío, gritándome para después irse pero sin mucho antes empujar mi hombro con el suyo e ir directamente hacia su asiento.

— ¡Espera oing oing!.— todos los chicos fueron detrás de él mientras que Henry y yo nos observábamos con profundidad.

Sonríe de lado algo victorioso para después darme la espalda.

— Bien chicos vayan tomando asiento. Niñas dejen encima del escritorio mis cosas y en unos minutos les pondré sus puntos extras.— Mi amiga y otra chica asintieron dejando sus cosas mientras ambas reían y se sentaban en la misma mesa.

Miré el asiento de a lado y solo puse mi mochila. Mi amiga solía sentarse siempre a mi lado.

— Supongo que hoy no será.— sonreí forzosamente.

Las horas pasaban horriblemente lentas. ¿Será que me habré equivocado de día? ¡¿Porqué no me está gustando esté día?!

— ¡¡Ahh!!.— dejé caer mi cabeza en la mesa.

No entiendo, que hice mal.

¡El chico no me agradeció!. Eish eso es lo de menos, no entiendo porque me dijo eso, yo solo le quise ayudar ¿acaso eso fue demasia...

— Señorita que tanto piensa que ni siquiera está haciendo nada.

— ¿Eh?.— No logré escuchar nada excepto la última palabra que dijo. La maestra exhaló y solo se mantuvo calmada.

— Consígueme los apuntes y mañana se lo recibo. — Asentí y la maestra se retiró.

— Qué extraño.—  Nuevamente dejé caer mi cabeza recibiendo un fuerte golpe. — ¡Auuuuch!.— empecé a sobar el golpe mientras hacía un puchero.

¿Qué me sucede? ¿Porqué estoy en la luna? ¿Porque estoy actuando así?

— ¡Aish!.— golpeé mi mano con la mesa haciendo el doble del dolor recibido.— ¡Agghh!.— empecé hacer berrinche dando unos golpecitos con mis pies hacia el suelo de igual manera con mis manos hacia la mesa.
_______

— ¿Ella no es así?.— decía su mejor amiga.

— Al parecer siempre lo fue solo que finalmente acaba de dejar lo que en verdad es.— comenta la chica.

— No es cierto, la conozco.

— Mirá...— le da un leve empujón a su brazo para que la amiga observará a Henry y a su amigo presenciando la desesperes de la chica.

•••

— ¡Está dando resultados!.— comentó asombrado el amigo de piel morena.

— Y decías que eran payasadas las que hacía.— Henry se reacomodo de su asiento y sonrió de lado admirando a la chica que se sentía perder en sus pensamientos.

_________
— Karen...— movía su brazo.— Karen, ya es receso... ¡KAREN!
 

— Mhm!.— levantó rápidamente mi cara.— ¿Qué?.— decía con los ojos entrecerrados de lo adormilada que me encontraba.

— Pff jajaja, tu cara es todo un desastre.

— Si lo sé.— reí cabizbaja.— ¿Sucedió algo?

— Si y muchas mientras dormías.— río mientras hacía aún lado mi mochila y se sentaba a mi lado.— Pronto acabará el receso así que te compre algo, come.

— Hay gracias, aunque cuanto...— empecé a sacar mi dinero.— Cost...— Cerró mi mano extendida de dinero.

— Tómalo como regalo.

— ¿P-Porque?

— Le digo a esta Dianely. — Ok. Ignoró mi pregunta aunque... “¿Espera Dianely?” me pregunte mentalmente mientras mi amiga seguía continuando.— Que me iré temporalmente, seguiré... pero estaré estudiando en casa.

— ¿Porqué? Si acá eres feliz ¡Y-y!

“Pero ¿en casa?” — se dijo mentalmente su mejor amiga.

—  Por eso... A lo mejor todavía no lo entiendas, ¡ay niñita te echaré de menos!. — me abraza fuertemente. Aunque... No entiendo en la parte de ¿Entender? Supuestamente que es lo que trata de decirme.

— Bien chicos vuelvan a sus lugares correspondientes.— la profesora entra con una bebida de bajas calorías.

— ¿Si entendió lo que le dijiste?.— le pregunto la tal Dianely pero mi amiga negó.— Ella que va entender.— después de haber susurrado lo último esa chica abraza a mi amiga.

— No entiendo... ¿Qué se supone que debería “entender”?

— Pssst... Pssst.— balbuceaban detrás mío.

No tenía las ganas de nada. Era mejor ahorrarme mis palabras por personas inútiles.

— Ahora vengo.— Aclaró la profesora antes de salir.

— Ya le lancé 20 papelitos y no hace nada.— Henry agarra las bolitas de papel y se le acerca con unos popotes.

— Hey!.— se mete papelitos en su boca colocando el popote en sus labios para después escupir la bolita en su cabeza.— ¿Acaso ya te rendiste?.



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En el texto hay: bullying, amor, romance juvenil.

Editado: 02.07.2020

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