Nada es lo que parece

Su nombre es ...

Estaba petrificada no podía mover ni un solo músculo de mi cuerpo, estaba tan aturdida por el impacto de la belleza de este ser, pelo color cobrizo, ondulados de una manera tan hermosa que cae sobre la parte alta de su cuello, ojos color lava ardiente, destilando una mirada de confusión, como si fuera él, el que ha visto algo extraño y no yo; tan alto que tengo que echar mi cabeza hacia atrás para poder mirarlo a los ojos, un cuerpo muy definido pero no exagerado, dedos largos como un ángel, y ahí fue cuando me dije a mi misma -Detente- se muy bien por donde van estos pensamientos y no sera nada bueno.

—¿Quien eres?— Dijo con una voz tan serena que es casi melodía para mis oídos.

—Pues eso me tendrías que decir tú.. ¿qué eres?— me mira como si mi pregunta fuera extraña.

—¿No me tienes miedo?— Me preguntó con cierta duda en su mirada hacia mi....dije que no girando mi cabeza.

Me tomó de la mano y en cuestión de segundos tenía el suelo a kilómetros de distancia de mis pies, es imposible, estoy en el aire estoy volando... y no pude evitar sonreír. En ese mismo instante sentí como caía, pues el muy estúpido me había soltado, pensé que este era mi fin, que esta era la manera en que desaparecían mis familiares que los tiraban de tan alto que explotaban al caer y los animales salvajes devoraban sus restos, y justo cuando pensaba que ya era mi final de mi corta y patética vida y había aceptado mi destino; sentí unas delicadas manos que me sostenían como si fuera una princesa, podía sentir su calor ya que iba con el torso desnudo, y su mano apretaba mi cintura de una manera muy gentil como si fuera a romperme.

No pude evitarlo era demasiado bello, tenía mis brazos rodeando su nuca y me miraba fijamente con esos ojos de lava ardiente que desde el primer momento me hipnotizaron, con delicadeza pase mi mano sobre su cara formando medio circulo lo que da inicio a una caricia, toma mi mano por la muñeca y me detiene.

—Mi nombre es Yui — fue lo que articularon sus labios al moverse mientras me seguía mirando como si yo fuera algún tipo de experimento— ¿No puedes volar? eres muy rara— Arqueo la ceja izquierda y respondo: —El raro aquí eres tú, es obvio que no eres humano.— Me soltó de golpe y puso mala cara.

—Acaso, ¿eres tu una humana?— Preguntó.

—Si— respondí sin más porque estaba comenzando a pensar que iba a matarme por el hecho de ser diferente a él.

—Mis ancestros murieron a manos de humanos... yo los odio y tú eres una de ellos así que, aléjate de mi— Su voz sonaba irritada.

—Eres tu al que hace llamar "El Brujo"?... Necesito de tu ayuda algo extraño ha pasad... —Me interrumpe y me mira como confundido por mi pregunta y por mi actitud, creo que es la primera vez que para él no lo ven como un monstruo.

—No digas nada no quiero escuchar tus razones solo aléjate de mi— dijo y se da la vuelta para echar a andar. Intente tomarlo de la mano para implorar, rogar, pero en ese intento mis pies no se comunicaron de la manera correcta y terminé cayendo al vació, sin esperanza de que él ni nadie me salvara, pero para mi sorpresa volvió a salvar mi vida una vez más.

—Tienes un aroma peculiar—musita casi inaudible.

—Yo quiero saber ¿qué eres y de dónde vienes?— Le digo mirándolo fijamente.

—Yo Soy...— escucho que me habla pero de repente para mis ojos todo se volvió negro y no escuché su respuesta.

 




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