Nadie Cómo Tú ♡

Capítulo 3 ♡

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«―Todas y cada una de esas virtudes es capaz de enamorar a cualquiera…»
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La alarma hizo que todo rastro de sueño desaparezca de mi cuerpo. Como de costumbre me levante sobresaltada y soñolienta, frote mi cara y quede mirando al vacío un momento.

Hoy van a pasar muchas cosas de una manera rápida, y si tengo algo de tiempo voy a ir con Dean a tomar algo o lo que quiera el, y preguntarle por el arrebato de ayer. ¿Por qué se comportó asi? ¿Cuál es el motivo? Le concederé el beneficio de la duda, o algo por el estilo.

Debe de alegrarse por mi ascenso, cualquiera en su sano juicio lo haría, bueno, cualquier buen amigo se alegraría por eso, es un avance para mi carrera profesional. Quiero tener mi propia empresa, ese es el sueño de siempre y de lo que más recuerdo, con el chico misterioso. El que no me deja ver su cara, y siempre me deja con más.Es como algo incontenible, como si tuviese que ser asi.

Y me desconcierta.

Según lo que dice mi psicólogo, eso es normal en mí, pues mi mente va despertando poco a poco y va quitando esa amnesia que no me permite recordar nada. Lo bueno de todo esto es que ya no voy a más sesiones, puesto ya recordé “lo más importante” y lo demás va viniendo poco a poco. Para explicarlo con manzanas es algo asi como la película animada «INTENSAMENTE» de los pensamientos principales.

Y me desperezo cuando recuerdo mi ascenso.

¡Mierda!

Tengo que llegar antes que lo hace Josh para repasar su horario, y todavía no me he parado que es lo más estúpido de todos.

Párate, me ordeno. En vano, tengo mucha flojera para caminar de aquí hasta el baño, dormir una hora más me vuelve más perezosa. Pero no, hay que trabajar.

El deber llama.

A regañadientes me dirijo hasta el baño, ¿Por qué me siento tan cansada? ¿Cómo si no hubiera dormido mucho? cuando me siento asi es porque soñé varios momento antes de que ocurriera el accidente, pero mi mente se mantuvo en blanco. Pero me siento cansada, o es algo emocional por el hecho de ser secretaria. Erika me dijo que era bueno para quien le apasiona, y yo necesito mucho conocimiento si quiero abrir una empresa. Y comenzar desde abajo es lo mejor.

Veinte minutos más tarde ya estoy lista, colocándome un roce de mi perfume. Bajo las escaleras con el sonido de mis tacones en el piso de madera acompañándome. Toda mi familia está ahí, y, de manera sorprendente, Bruce se encuentra callado. Jugueteando con la comida y la mirada perdida.

Muy poco de él.

—Hija…— me sorprende mi madre— es tarde, ¿Qué haces todavía por acá?

Lo pregunta porque muy pocas veces los acompaño en el desayuno, yo en el pasado me iba temprano, cuando Ezequiel me venía a buscar, pero ayer antes de dormir le mande un mensaje que no lo hiciera; y le pedí el favor a Erika.

—Este… hoy empieza mi nuevo trabajo— le recuerdo.

Alza las cejas y luego se le ilumina la cara.

—Oh… en ese caso siéntate que ahorita te sirvo— dice, para mi pesar.

—No, creo que ya me…

—Nada— me riñe—, usted come aquí hoy.

Si ya me lo dice asi, ¿para qué refutar? Me siento un poco incomoda y también es extraño, no tanto por lo de Bruce (aunque sí) sino por mi papá,  está en el mismo estado que mi hermano, con la mirada perdida y entreteniéndose con la comida. Además no sé qué le ven de entretenido.

Mi madre suelta una risita luego de ponerme un plato en la mesa. Los panqueques con miel llegan a mis fosas nasales enviando todo tipo de sensaciones, mi estómago ruge y detesto eso; odio esa presión, odio tener hambre. Por eso como siempre como antes de que me de hambre, para evitar esto.

Parece ser que ve mi estado porque los mira intercaladamente con puro amor en ellos, también los miré, los dos con su codo apoyado en la mesa y las palmas de sus manos en la mejilla, ladeando la cabeza para apoyarse mejor. Es digna de foto, y tenerla de recuerdo. Apuesto a todo que Bruce va hacer igual que a mi padre en los gestos y físicamente a mi madre, y hay que decir que es hermosa. No me sorprende porque mi padre está enamorado de ella.

—Son asi por las mañanas—comenta mi mamá—.  Parecen unos zombies y maldicen a todos, pero después se les pasa  y vuelven hacer las personas más carismáticas que existen.

Sonrió.

—Creo que no conocía esa faceta de ellos.

Se sienta a mi lado para comer ella también.

—Te ibas muy temprano. Apenas podía despedirte.

—Ahora me vas a ver todos los días—le digo, probando un bocado de los panqueques. Mm, esta delicioso, mi gusto enseguida capta el dulce de la miel—. Está delicioso—La felicito.

—Unas de mis especialidades—alardea—. ¡Ah! Que tonta soy, ¿de qué te ascendieron?

Me atraganto con el pedazo de panquequé pero me recupero enseguida. No sé si es buena idea decirle a mi madre que soy la nueva secretaria del jefe, sé que no va a pensar nada malo de mí, pero si pudiera sospechar algo que no es, porque eso es lo que van a murmurar todos: tengo algo con el Gerente General.  Van a pensar lo peor de mí, eso es seguro, peo no me importa. Me siento orgullosa de mi misma, de que me haya elegido a mí para ser su secretaria habiendo muchas personas  con más especialidad que yo.

—Este… em. Soy su nueva secretaria.

Silencio.

Quedó en un silencio tenso, sus ojos inexpresivos  y su mano echa puño. No me había dado cuenta de que mi padre ya se había despertado de su embelesamiento y su boca formó una línea recta y estática, hasta mi hermano jadeó por la sorpresa.

¿Qué está pasando aquí?

—Oh…—Fue lo que salió de su boca.

Iba a preguntar  su extraño comportamiento cuando mi teléfono vibró, no hacía falta saber  quién llamaba y me levante de la silla. Los contemple en silencio antes de despedirme y salir rápido de esa tensión.  Últimamente ha estado todo muy irritado, como si nos estuvieran avisando que va a ocurrir la tragedia.




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