Nadie como tú

Capitulo 7

Nunca he sido malo en la escuela, pero soy bastante perezoso y yo sabía sacarle provecho a todo. Tenía quien me pasara la tarea y también quien la hiciera por mí, no era difícil, una sonrisa y ¡Listo!

Mi grupo de amigos se hizo grande, había un grupo específico al que rápidamente me introduje, había de diferentes grados y se movían en un círculo similar al de mi antigua escuela, alcohol, sexo… y drogas. No me consideraba fan de las drogas, por lo regular solo tomaba, pero de vez en cuando si consumía un poco, solo para estar en la misma sintonía que los demás.

Cada fin de semana nos reuníamos en casa de Alan, y cada fin de semana tenia a una chica diferente, me gusta la variedad, pero Mariana está cada vez más insistente en tener una relación conmigo.

– Ven, conmigo – Me tomo de la mano y me levanté algo mareado, había tomado bastante, pero lograba mantenerme en pie.

Me llevó a una habitación y me tumbo en la cama mientras se subía encima de mí, comenzó a tocarme el pecho y poco a poco fue más abajo, la detuve.

– Si sigues así, vas a tener que desnudarte.

– Desnúdame tu – Susurró en mis labios

– Quiero verte hacerlo – No dije más, ella comenzó a sacar su ropa hasta quedar completamente desnuda frente a mí.

Me levanté como pude de la cama y saqué un preservativo de mi bolsillo, me quité la ropa también y me lo coloqué … si esto es lo que quiere, yo puedo dárselo.

– Ven aquí – La tomé por la cintura y la llevé a la cama.

Me acomodé entre sus piernas y le di lo que tanto había deseado, ella llevaba insinuándose mucho tiempo, pero al ver que yo no daba un paso, ella lo tomó. ¡Bien! ¡siempre son así! Pero en estos casos, en mí no hay una pizca de afecto, yo no siento nada por ella, me agrada, pero es todo.

Cuando terminé de satisfacerme, salí de ella y me quedé acostado tratando de recuperar el aliento, ella por su parte se acomodó en mi pecho. ¿Saben que detesto? Qué las mujeres atesoran su primera vez y eso conduce a que se creen ideas bastante locas en la cabeza, ya estaba imaginándome lo que venía, porque lo sentí, Mariana era virgen.

Ahora pensará que tenemos una relación.

– Te quiero – Dijo ella y una sonrisa se dibujó en mi cara… ¡Lo sabía! Aquí vamos… – ¿Me escuchaste?

– Si – Guardé silencio

– ¿Y?

– ¿Y qué?

– Pues acabamos de hacer el amor y te dije que te quiero – No pude evitar reír – ¿De qué te ríes? – Ok, su tono fue molesto.

– Tu y yo, no acabamos de hacer el amor, lo que acaba de pasar es que tuvimos sexo, nada más. – Se levantó un poco para verme.

– ¿Sexo y nada más? ¿Es en serio?

– Si, es en serio, mira podemos seguir pasándola bien, para que complicarnos poniéndole título a esto, ¿No te parece bien? – Dudo unos momentos, y aquí era donde tres cosas pasaban, o me daban tremenda cachetada o se echaban a llorar o en el mejor escenario aceptaban mi propuesta.

Se acostó de nuevo sobre mi pecho y unos minutos después se levantó, se vistió y salió de la habitación. Bueno… Por lo menos no me dio la cachetada.

Al regresar a casa, papá aun no llegaba y que bueno, porqué me hubiera sermoneado monumentalmente por llegar alcoholizado. Me tiré en la cama tal cual estaba, mi grado de borracho era tanto que la cama se movía, así que rodé por la cama y me tiré en el suelo.

El lunes, llegué a la escuela y como siempre, lo primero que mis ojos buscaban era a ella, Candice. Sentía una fuerte atracción hacia ella, pero simplemente no sabía cómo acercarme, con ella mis encantos no funcionaban, al contrario, parecían molestarla.

El miércoles, nuevamente llegué a mi escritorio, me recargué y la veía hablando con sus amigas, ella siempre se veía tan fresca, tan seria, y sus ojos… Me encanta su mirada. Mis pensamientos se vieron interrumpidos, cuando Gustavo se acercó a ella, le dijo algo y después salieron del salón, sus amigas inmediatamente intercambiaron miradas emocionadas y yo… Yo me enderecé en el escritorio para poder verlos bien, estaban recargados sobre el barandal hablando y de pronto, la vi, nunca la había visto riendo de esa manera, ni siquiera con sus amigas, echaba su cabeza hacia atrás por lo divertida que estaba, una sensación de incomodidad me invadió ¿Desde cuanto son tan cercanos?

Las primeras clases estuvieron sonriéndose, y lo soporté, al salir al receso, el muy desgraciado le pidió que lo esperara ¡¿Para qué demonios quería que lo esperara?! Bajé de muy mal humor y en la cafetería me reuní con mi grupo de amigos, entre ellos estaba Miguel, no lo consideraba amigo, pero si conocido y sabía muy bien sus intenciones hacia Candice, a él le gustaba, y mucho, pero ella no parecía estar interesada en él. Vi como su rostro cambió cuando la vio acercarse a la cafetería acompañada de Gustavo, si, era muy molesto verla tan sonriente con él.

Con el pasar de los días esos dos seguían hablando, parecían llevarse bien, aunque no sé cómo podrían ser tan cercanos, pudiera que, por medio de las redes sociales, pero ella no tiene ni siquiera celular, menos redes sociales, lo sé, porque la busqué y no la encontré. Y mi situación con Mariana siguió igual, a veces me hablaba, a veces no. Pero a mí me daba igual.




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