Nadie como tú

Capitulo 17

He pensado una infinidad de veces en como acercarme de manera adecuada a Candice, pensé que tal vez debería ir lento, no quiero que se sienta presionada por mí, pero acercarse a ella es muy difícil.

En la escuela ella por lo regular siempre esta con su grupo de amigas, son muy pocas las ocasiones en que la veo sola, comencé a sentarme detrás de ella, pensé que tal vez así podríamos conversar ocasionalmente, pero, resulta que no es así, ella no se gira ni de chiste, la única ventaja de estar en ese lugar, es que puedo oler su perfume y cuando lleva el cabello suelto este cae de momentos sobre mi escritorio.

– Alan ¿Qué sabes del asunto de Miguel con Candice? – estábamos en el receso calentando con un balón de futbol

– Por fin se dio por vencido, le dije que no tenía caso seguirse humillando así, es obvio que a ella ya no le interesa, no sé porque se complica la vida, tan divertido que es estar libre ¿no lo crees?

– Sí, claro… supongo que en algún punto todos caemos en el amor.

– Pues espero no caer pronto – me miró con los ojos entrecerrados y dijo – no me digas que… ¿te gusta alguien?

– No estoy seguro – admití

– ¿Qué? ¿es en serio? ¿Quién es?

– Primero dime…  Cuando alguien te gusta… Ya sabes, cuando crees estar “enamorado” – como me cuesta decir esa palabra – ¿Cómo diferencias si realmente sientes algo o no? ¿cómo sabes si no es solo que te gusta físicamente? – ambos nos habíamos detenido y hablábamos cerca, cuidando lo que decíamos

– Mmm, difícil pregunta… creo que… a ver… Si mariana saliera con otro ¿te molestaría?

– No – me burlé, ella podía hacer lo que quisiera, no éramos nada más que amigos con beneficios.

– Si esta chica de la que crees estar enamorado, saliera con otro ¿te molestaría?

– Por supuesto que me molestaría – Soporté que saliera con el imbécil de Miguel, pensé

– ¡uyy! Señal de alerta amigo, bien va otra, esta es crucial así que piénsalo bien, ¿Cuánto tiempo crees que soportarías una plática con Mariana?

– No lo sé, tal vez unos diez o quince minutos ¿eso que tiene que ver?

– Tranquilo, tranquilo, ahora piensa ¿cuánto tiempo soportarías una plática con esta chica?

– He tardado bastante tiempo charlando con ella, de hecho, ahora que lo mencionas, el tiempo pasa muy rápido mientras charlamos.

Puso su mano en mi hombro, me dio unas palmaditas, frunció la boca y dijo – Ya te jodiste

– ¿Eh? – enarqué una ceja

– Lo que oíste, ya te jodiste, esta chica te gusta románticamente… Ahora dime ¿Quién es?

– Prefiero no decírtelo de momento

– Oh, vamos, no seas así, te di mi opinión experta y ¿me dejas con la duda?

– Te prometo que te voy a decir, solo déjame… asimilarlo, te juro que ni yo lo puedo creer.

Hoy tendríamos un torneo de futbol, va a ser divertido, formamos equipos por grupo y nos iremos enfrentando aleatoriamente hasta quedar solo dos finalistas, nos acomodamos en la zona cercana a los juegos, estaba sentado buscándola entre la multitud, toda la escuela estaba metida en el auditorio así que se me estaba dificultando encontrarla. Unos minutos después, tras haber recorrido con la mirada todas las gradas como 5 veces, la vi, estaba en la parte superior con sus amigas, ella veía lo que ocurría con el partido, comencé a recordar el olor de su perfume y suspiré; me encantaba su mirada profunda, el color de sus ojos, su cabello y por toda la puta suerte del mundo, me encantaban sus labios.

Los partidos transcurrieron y cuando fue mi turno de jugar, me sentí nervioso, sabía que ella estaría viéndome, durante el partido, gire hacia ella y para mi fortuna, nuestras miradas se encontraron, no pude evitar sonreír, pero ahí estaba otra vez ese gesto duro, en cuanto nos vimos ella volteo a otro lado, me evitaba y no sabía por qué.

El encuentro terminó afortunadamente con nuestra victoria, no quería perder frente a Miguel, con cualquiera no habría problema, pero él no, con él no voy a perder nunca.

– Jugaste bien a pesar de que estabas muy despistado observando las gradas – Miguel había venido a darme la mano para felicitarme por nuestra victoria

– Afortunadamente puedo hacer varias cosas al mismo tiempo – le sonreí

– ¿A quién veías? – en su rostro se dibujó una sonrisa, pero su voz denotaba molestia

– ¿En serio necesitas que te lo diga? – incliné la cabeza

– Aléjate de ella – mantuvo ese gesto sonriente

– ¿Por qué lo haría? Hasta donde sé, ella no sale con nadie – Por un momento la sonrisa desapareció e inmediatamente después volvió

– Ella no es para ti, no es como las mujeres que sueles tener a tu lado

– Lo sé, por eso me gusta

No espere a que dijera algo más y me fui de allí, es obvio que aun siente cosas por Candice, no lo culpo, ella es increíble, pero tuvo su oportunidad y la desaprovechó, ahora es mi turno.

En el transcurso de la semana intenté no acercarme mucho, creo que necesita espacio y sobre todo en la escuela, es un mar de chismes y habladurías y eso me devuelve a la pregunta del millon ¿Qué hago para acercarme?




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