Nadie como tú

Capitulo 26

Toda la semana fue estresante, primero porque los entrenamientos para la competencia de baile habían comenzado, segundo, toda la semana estuve recordándole a Alejandro que no podía ponerse a pelear con Miguel, él iba a la escuela por Alicia, así que diario los dos se miraban con ganas de matarse.

Alejandro esperaba por mi hasta que los ensayos terminaban, y de ahí me llevaba directo a casa, a veces pasábamos por un helado, y disfrutábamos de conversar en el lugar. El viernes como era habitual, íbamos en el coche y al bajarnos al lugar, estaba Alicia y Miguel, Alejandro bufó divertido y yo le hice señas de que no dijera nada. Tal cual entramos al lugar, salimos de ahí, no sé cómo demonios tuvimos la mala suerte de coincidir.

El fin de semana, salí con Alejandro al cine, me causaba mucha vergüenza que mi madre saliera a advertirle a Alejandro que me trajera a casa temprano y que cuidara de mí, él siempre la dejaba tranquila bromeando con ella.

Así paso todo un mes, Miguel no había intentado acercarse a mi otra vez, pero Alicia, ella está actuando extraño, a veces la encontraba mirándome, pero era una mirada perdida, algunas veces se la pasaba preguntando qué haríamos en las tardes o que música escuchábamos, esto no seria nada extraño, si no fuese por el hecho de que lo que le decía, al siguiente día lo hacía, si le comentaba de alguna canción, esa misma tarde, ya estaba publicando en todos lados que era su canción favorita, el colmo era que estaba tratando de imitar mi forma de vestir, de hablar e incluso la manera de moverme al hablar y hacer gestos.

–Creo que Alicia por fin se volvió loca – dijo Mabel mientras estábamos sentadas en la clase de deportes, viendo a los demás jugar.

– ¿Por qué? –Pregunté mientras la observaba jugando

– ¿No es obvio? trata de ser como tú, mírala, mismos tenis, mismos zapatos. – efectivamente Alicia había comprado el mismo modelo de mis zapatos.

– Tal vez solo está cambiando de gustos

– Si, esta cambiando sus gustos por los tuyos – Me reí – la pobre ya no sabe que hacer para que Miguel la tome en serio, su ultimo recurso es tratar de parecerse a ti.

–Pobre, debe estarse arrepintiendo de esa decisión.

– Es bueno cambiar, y tener un estándar de lo que quieres ser, pero no puedes copiar a las personas, por mucho que se esfuerce nunca va a ser tú, tú eres única e irrepetible.

– Gracias, y opino lo mismo, eres única e irremplazable.

El día de la competencia llegó, Alejandro estaba pensando en ir conmigo, tenía planeado irse detrás del autobús y hospedarse en el mismo hotel que nosotros, pero le insistí en que no lo hiciera, me daría mucha vergüenza que los demás nos vieran, pensarán que no podemos estar separados, lo cual es hasta cierto punto cierto, pero quería que tuviéramos espacio.

Era un viaje de ida y vuelta, nos vamos el viernes por la tarde, la competencia es el sábado durante el día, en la tarde noche una fiesta para cerrar el evento y el domingo ya estábamos de regreso, seguro que podíamos soportar dos días sin vernos físicamente.

– ¿Me enviaras mensajes cuando llegues? – Preguntó mientras me daba una barra de chocolate

– Claro, y tal vez podríamos hacer videollamada ¿Qué te parece?

– Perfecto – Me abrazó y me dio un beso en la mejilla, es que mi mamá estaba presente y le pedí que evitara besarme en los labios frente a ella, no sé por qué, pero aun sentía vergüenza extrema con esas demostraciones afectivas públicas.

– Adiós, ma – me acerqué y la abracé

– Cuídate, hija.

Asentí y antes de subir al autobús regresé a verlos a los dos una última vez y me despedí con la mano. Una vez dentro, por supuesto que me senté junto a Mabel, habíamos hecho nuestra selección de aperitivos para el viaje, bolsas de frituras, chocolates, y bebidas, Mabel había descubierto una bebida que parecía refresco, pero tenía alcohol, su sabor era agradable así que rápidamente nos hicimos fanáticas de la bebida. El trayecto fue muy bueno, los compañeros cantaban, bailaban y bromeábamos acerca de pasos y rutinas, el ambiente era muy agradable entre nosotros.

Cuando nos instalamos en el hotel, nos acomodaron en parejas, obviamente estaba con Mabel en una habitación, cuando ella se metió a bañar aproveche para llamar a Alejandro.

– Hola, ya estamos en la habitación.

– ¿Que bien, y que tal estuvo el camino?

– Todo bien, solo estoy algo cansada de venir sentada ¿Qué haces?

– Viendo una película, es de zombis. – Me reí, sabía que esas películas me causaban gracia, no sé por qué, pero me parecían ridículas.

– ¿Ya salió la parte en donde se comen a alguien?, es la mejor parte – reí a carcajadas.

– Aun no, te prometo que la veremos juntos cuando regreses, quiero verte reír así tal cual como te estoy escuchando.

–De acuerdo, te llamo mañana.

– Esta bien, descansa que mañana tienes que ganar.

– Gracias.

Estaba sonriendo como nunca, honestamente este tiempo a su lado ha sido lo mejor que me ha pasado hasta ahora.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.