Nadie Como TÚ

Capítulo 8

Capítulo 8

 

Unos fuertes golpes en mi puerta me hacían despertarme de forma brusca, por un momento no sabia en donde estaba ni que hora ni día era, por lo cual con un poco de torpeza tomaba mi teléfono y me daba cuenta que era el mismo lunes, pero marcaba las 19:00 horas por lo cual me había dormido unas 4 horas desde que había regresado del trabajo, de pronto los golpes se volvían a escuchar y me hacían ponerme de pie para saber quien era quien tocaba insistentemente.

Al abrir mi puerta mi vista se fijaba en un pecho masculino

--Hola Cherry, ¿te interrumpo? -- al escuchar la voz de Liam mi vista dejaba de ver su pecho para subir a su cara quien me veía con una mirada un poco apenada ya que podía notar sus mejillas con un ligero sonrojo

--Hola, no interrumpes nada, pero ¿qué haces aquí? ¿Como sabes en onde vivo? – mientras le decía eso a Liam me hacia a un lado de la puerta para dejarlo pasar

--Ian me trajo, y vengo a invitarte a cenar creo que tenemos una plática pendiente—Liam al momento de responder mis preguntas entraba a mi departamento

--¿Quieres ir a cenar conmigo? –

--Claro, solo deja me pongo una sudadera, pero mientras esperas toma asiento prometo no tardarme—dicho eso caminaba a mi habitación para buscar una sudadera, ponerme unos tenis y cepillar un poco mi cabello, al terminar de hacer eso salía de mi habitación y caminaba de regreso a la pequeña sala donde veía a Liam sentado

--¿Él es tu novio? -- Liam me mostraba una foto de Adam que estaba en mi pequeña mesa  

--Si, su nombre es Adam—

--¿Y vive aquí contigo? –

--No, él está en Atlanta—Liam me veía con una ceja levantada y una ligera sonrisa en sus labios  

--¿Porque me preguntas? –

--Simple curiosidad, solo recordé que ayer comentaste que tenías novio y se me hizo raro que no estuviera contigo—Liam colocaba la foto e Adam justo donde la había tomado

--¿Ya estas listas? —

--Si claro vamos—Liam se ponía de pie para caminar hacia la puerta

--Espera, ¿tienes auto? O pedimos un taxi, porque aún no puedo manejar—al escuchar a Liam decir eso tomaba las llaves de mi auto y mi bolsa para después enseñárselas

--No hay problema vamos— dicho eso ambos salíamos del departamento y nos dirigíamos a la planta baja del edificio para ir a cenar.

Ya en el auto Liam subía de lado del pasajero

--¿Y a donde es que vamos? —le preguntaba mientras ponía el auto en marcha

--¿Qué tanto conoces de Boston? —

--En realidad no mucho, o más bien nada—al responder eso, mi cabeza giraba para fijarse en la cara de Liam quien me veía con una sonrisa enorme y podía notar que se le formaba un pequeño hoyuelo

--Bueno, pues déjame decirte que me convertiré en tu nuevo guía y are que te enamores de la ciudad y para eso empezaremos yendo a Regina Pizzería está en North End en la Little Italy, prometo que amaras la pizza—

--Pizza, eso me agrada-- 

Liam me iba indicando por donde debería ir para llegar al sitio de la pizzería

--Estaciónate en ese lugar—Liam me señalaba un pequeño lugar en medio de dos autos, cuando por fin me estacionaba Liam se quitaba su cinturón y se disponía a bajar del auto

--Tú auto sí que es pequeño—

--Claro que no es pequeño, tú eres enorme— Liam se señalaba y hacia una mueca de ofensa

--Mi 1.90 es normal para cualquier auto menos para el tuyo, aunque pensándolo bien algún día deberías prestármelo para llevar a mi amigo Jimmy, no me imagino como entraría—

--Ya para de burlarte de mí mini cooper, o él y yo te dejaremos olvidado aquí—al momento de hablar le daba un ligero golpe en la espalda

--Es broma Cherry, anda vamos a cenar—Liam se colocaba a mi espalda y tomaba mis hombros con sus manos y me guiaba hacia un local con fachada de ladrillo

 

*Liam*

 

--Bienvenidos a Regina en un momento tomo su orden—una mujer de mediana edad nos entregaba un par de menús para después retirarse  

--¿Por qué estamos sentados hasta el fondo? —Cherry me preguntaba mientras veía a nuestro alrededor y veía mesas vacías

--Porqué me gusta la privacidad, y siempre me encuentro ah aficionados intensos que me interrumpen a media comida—

--¿Qué difícil ah de ser tú? —podía notar su sonrisa y su tono de sarcasmo, yo simplemente le respondía poniendo mis ojos en blanco

--Por cierto, no sé qué brujería utilizaste en mi hombro y ya no me duele tanto puedo moverlo solo un poco más—le hacia una seña con los dedos de mi mano y podía notar como sus mejillas se sonrojaban

--No hice nada de brujería solo hice mi trabajo, y creo que yo también tengo que agradecerte por mi desayuno—cuando estaba por responderle la mesera aparecía de nuevo




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