Nadie como Tu

Capítulo 4

- Bueno – respondo al teléfono después de observar que son las 12:30 de la noche, o madrugada, o lo que sea.

Había dudado en contestar por ser un número desconocido, pero una llamada a esta hora podía ser importante.

- ¿Kate? – pregunta una voz de hombre.

- ¿Quién habla? – pregunto aún adormilada. A falta de algo qué hacer, me había quedado dormida desde hace un rato.

- Soy Mario.

- ¿Qué pasó? – me recuesto sobre la almohada -. ¿Por qué hablas a estas horas?

- Es por Miguel.

- ¿Le pasó algo? – me siento, ahora completamente despierta.

- ¡No! No. Sólo está… digamos que no es él en este momento.

- ¿Cómo que no es él? ¿Qué pasa?

- Bueno… es que estamos aquí en mi casa. Hicimos una reunión, y verás. Ha estado tomando, y está un poco necio. No hace caso a ninguno de nosotros, así que pensamos que tú podrías ayudarnos con él.

- Amm… no sé…

- En serio que no sabemos cómo manejarlo. Igual sería mejor que te lo llevaras, para que así se calme.

- Ok – digo después de meditarlo un minuto -. Intentaré ir por él.

- Bien. Te espero.

- Si. Adiós.

Luego de colgar, inmediatamente le hablo a Belinda quien, a diferencia de mí, seguía en la calle, y le expliqué la situación. Ésta me prometió pasar por mí junto con su amigo, para poder recoger a Miguel.

Me vestí con unos jeans y una camiseta, me recogí el cabello en una cola de caballo, me lave la cara e hice gárgaras con un enjuague bucal, para estar lista lo antes posible. Así que apenas termino cuando mi amiga toca la puerta.

- Velo de esta forma. Al final pasará la noche contigo como debía ser – es lo primero que dice apenas le abro.

- Ja ja. Muy simpática – contesto avanzando hacia el auto que nos espera.

Ahora que tengo un poco de tiempo para reflexionar, me doy cuenta que Miguel había mentido.

Se suponía que estaba muy cansado y por eso no quiso pasar un rato más conmigo.

O tal vez sólo quería divertirse un poco con sus amigos. Lo cual no tiene nada de malo, pero para qué mentirme. No es como si le fuera a decir que no lo hiciera.

De todas formas, por lo que había dicho Mario, hoy no resolveré mi duda; tendré que esperar a mañana, cuando esté mejor.

No tardamos mucho en llegar. Los tres bajamos, ya que para eso vino el amigo de Belinda, Darío. Para servir de apoyo.

La música está tan alta que puede escucharse desde afuera, pero parece no molestar a los vecinos. Supongo que se debe a que hay una separación considerable entre casa y casa.

Ni siquiera hubo necesidad de tocar, Mario parece habernos estado esperando, ya que abrió apenas nos acercamos.

- Kate. Hola. Sabes, creo que es mejor que se vayan – dice con ceño fruncido.

- ¿Qué? – pregunto desconcertada, al mismo tiempo que Beli se queja.

- ¿Y para eso nos hiciste venir? Dijiste que Miguel estaba mal y que viniéramos a ayudar, y eso es lo que haremos.

Ella da unos pasos al frente, por lo que Mario duda pero termina cediendo el paso.

Una vez dentro, puedo ver que no es sólo una simple reunión del equipo como había dicho. O es que jamás mencionaron que había mujeres dentro de este.

Unas chicas muy amistosas por lo que alcanzo a ver.

- Kate, en verdad que creo que deberían irse… - vuelve a decir Mario detrás de nosotros.

- ¿Dónde está? – le pregunto al girarme hacia él -. Dime dónde está – le repito al ver que titubea.

Ya estoy imaginándome lo peor. Sólo quiero saber si realmente está aquí, con estas tipas, o todo es una broma de mal gusto.

Al ver que Rigo, otro de los jugadores, pasa cerca de nosotros, le toco el brazo para llamar su atención.

- ¿Sabes dónde está Miguel?

Éste me ve, luego a Mario y después vuelve a mí.

- No me voy a ir hasta que me digan dónde está – me cruzo de brazos, tratando de mostrar la seguridad que realmente no tengo.

- Arriba. Creo que a la derecha, al fondo.

- Gracias.

Comienzo a subir las escaleras cuando siento que me siguen.

- Quiero ir sola, ¿de acuerdo?

- Pero… - trata de negarse Belinda.

- Por favor.

- De acuerdo – baja un escalón -. Te esperamos abajo.

- Si – asiento -. Gracias.

Una vez dicho esto, prosigo mi camino.

Desde afuera puedo oír tanto su voz como la de otra chica. Me duele que esté haciendo esto. Prefirió venir con una tipa a estar conmigo.

Antes de acobardarme, toco la puerta.



#2339 en Joven Adulto
#12585 en Novela romántica

En el texto hay: traicion, amor, dudas

Editado: 07.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.