Nadie como Tu

Capítulo 9

- No te imaginas lo que me pasó ayer – me dice Beli apenas llega a mi casa.

Me había hablado desde temprano para vernos, por lo que le dije que viniera a la casa.

Así que vino de inmediato, y nos encerramos en mi cuarto para no ser interrumpidas.

- Creo que estoy enamorada – dice teatralmente, sentada frente a mí en la cama, haciendo que ponga los ojos en blanco.

- ¿Dónde he escuchado eso antes?

- Fui a dejarle unos papeles que se había olvidado a mi mamá, a su oficina, y cuando bajo del coche con todo, se me caen las llaves. Estaba haciendo malabares hasta que él se acerca y me ayuda – suspira -. Casi ni recordaba llevarle las cosas a mi mamá por estar platicando con él, hasta que me preguntó si trabajaba ahí – se ríe -. Así que le dije a qué iba y se ofreció a acompañarme.

- Muy caballeroso.

- Si. Se llama Dante, y tiene 20. Está haciendo sus prácticas en el bufete.

- Así que está estudiando derecho.

- Si. Otro abogado en la familia – sonríe.

Su padre es uno de los socios del bufete de abogados, y su madre, su asistente. Incuso su hermano, Simón, acaba de terminar la carrera. Así que un posible novio abogado no sería nada de extrañar.

- Sólo falta que entres al negocio familiar.

- No – niega con la cabeza – ya sabes que siempre llevo la contraria. Soy la oveja negra de la familia.

Beli aún no sabe qué va a estudiar, sólo está segura de que derecho no será.

- Entonces, ¿te pidió tu número, o tú a él? Cuenta, ¿qué más pasó? – tomo una almohada para abrazarla.

- Pues me pidió mi número, por supuesto – sonríe de forma presumida -, y me invitó a salir. Esta noche.

- Tú muy bien – sonrío.

- Así que estate lista a las 7.

- ¿Qué? – pregunto desconcertada.

- Vas con nosotros.

- ¡Oh! ¡De ninguna manera! – niego varias veces con la cabeza -. ¿Qué voy a hacer ahí de mal tercio? ¡Ni hablar!

- ¡Ándale! Tienes que ir.

- ¿De cuándo acá necesitas niñera?

- Desde que esa fue la condición que aceptó mi mamá para dejarme ir – suspira de frustración, mirando al techo.

- ¿Tu mamá? ¿Por qué lo haría?

- No sé. Está loca o qué sé yo. Pero estaba negada a que saliera con él. Sólo pude convencerla cuando propuse que no iría sola.

- Que raro. Jamás se había puesto así.

- Creo que es por la edad. Algo así dijo.

- Mmmh.

- Entonces, ¿vas a estar lista a las 7? – me ve con ojos suplicantes.

- De acuerdo – cedo después de unos minutos de vernos cara a cara, en silencio -. ¿De casualidad no tendrá algún amigo que me haga compañía?

- No le pregunté – dice apenada -. Ya habíamos quedado antes de que mi mamá impusiera sus condiciones.

No puedo evitar poner cara de desgana. Porque, ¿quién querría estar de estorbo en una cita?

Definitivamente Belinda me deberá una, y muy grande.

- ¿Y si le hablas a Alex? – pregunta de repente.

- ¿Alex?

- Si. Ya sabes. Ese chico lindo que, no hace mucho, hacía la tarea contigo – incluso me guiña el ojo.

Le aviento la almohada por payasa, haciendo que ambas riamos.

- No. No quiero meterme en problemas con su horda de fans.

- Pues eso antes no te importó – alza las cejas.

- Porque sólo estábamos haciendo el trabajo de química, y eso pasó hace… como dos semanas o más, desde que entregamos el trabajo.

- Pero no puedes negar que, desde entonces, se llevan mejor.

- El que me salude de vez en cuando no creo que sea lo suficiente para decir que nos “llevemos bien”.

Luego de que termináramos el trabajo que hicimos en equipo, supuse que sería el fin de la extraña convivencia que tuvimos, y volveríamos a ignorarnos como antes.

Así que fue una sorpresa que, a pesar de que no estábamos tan próximos como esos días, aún había esa sensación de armonía entre nosotros.

- Pero tienes su número – asiento -, sólo pregúntale.

- Estás loca.

- Si no, ¿para qué sirve que te lo haya dado?

- Lo hizo para que nos pusiéramos de acuerdo con el trabajo – le recalco.

- Presta acá – tiene la osadía de tomar mi celular del buró donde lo tenía, antes de que logre detenerla, y marca.

- ¡Deja eso! – susurro atemorizada, ya que lo puso en altavoz, y podía escuchar como timbraba -. ¡Cuelga!

- ¿Bueno? – contesta Alex. Incluso desde aquí puedo notar su desconcierto.

- Hola Alex. Soy Belinda – me mira al ver que me rehúso a hablar -. Estoy aquí con Kate.



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En el texto hay: traicion, amor, dudas

Editado: 07.12.2022

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