Al llegar al aeropuerto, dejo atrás a Karen quien se encarga de estacionar mientras que yo corro hacia las salas de espera.
Ahí me acerco al mostrador, sin importar si había fila o no, pero desesperada como estoy no me importa, y le pregunto a la señorita por el vuelo que Karen me dio.
Ésta, se da cuenta de mi angustia y me sonríe con comprensión, diciéndome que está a punto de despegar, así que de nuevo me apuro hacia la fila de abordaje, pasando rápidamente seguridad, y llegando a donde está la fila.
Pero no logro verlo.
El avión despega, y yo no he podido hacer nada para evitarlo.
No es hasta que siento que alguien se acerca por mi espalda, que giro, y lo encuentro a él.
Feliz, lo abrazo y le digo que siento no haberle creído.
Sí. Eso debió haber pasado.
Al menos es así en las películas que Belinda me obliga ver con ella.
En la realidad.
Cuando vas al mostrador, por más desesperada que estés, si te cuelas, la gente no deja de molestarte, hasta que les aclaras que sólo necesitas información.
Claro que algunos siguen molestos, a pesar de ello.
Luego en seguridad, no te dejan pasar por más explicaciones que des.
Y cuando estoy a punto de colarme, sin importar las consecuencias, el avión ya ha despegado.
Por ello, aquí estoy, enojada conmigo misma por no haberlo oído antes, y con Belinda por todas las estúpidas películas que se equivocaron.
No es hasta que siento que alguien está a mis espaldas, que empiezo a rectificar.
Después de todo, sí pasa en la realidad.
Me giro de inmediato, esperando abrazarlo y decirle que lo siento. El problema es que no es Alex quien me mira, sino la persona que menos deseo volver a ver en mi vida.
Maggie.
- Llegas tarde – anuncia la babosa como si no lo supiera, con una sonrisa enorme, feliz de que no lo lograra.
Ni siquiera me detengo a pensar porque está aquí, ni cómo se enteró que Alex se iba.
Sólo reacciono.
Así que un minuto está parada frente a mí, y al siguiente está sobre su trasero con la mano sobre el lado izquierdo de su cara, después de haber recibido un puñetazo de mi parte.
Un oficial se me acerca, y me aleja de ahí.
Pero no me importa, después de todo, me siento un poco mejor ahora.
- Lo siento – me dice Karen apenas salgo de la oficina en la que me tenía el oficial del aeropuerto.
Yo sólo me encojo de hombros.
La sensación que sentí después del golpe que le di a Maggie ya se había pasado, regresándome a la desazón de no haber llegado a tiempo.
El oficial sólo me amonestó y llamó a mis padres, los cuales se habían quedado un poco atrás mientras me despido de Karen.
- Le mandé mensajes, pero no los verá hasta que aterricen.
- Sí, por favor. Yo igual lo haré, pero no sé si los llegue a leer.
- Vas a ver que esto se arreglará pronto – me da una sonrisa de ánimo, pero no siento que funcione.
- Y tú hazme el favor de no cometer el mismo error, y escucha a Miguel, ¿quieres?
- Bien – responde no muy feliz, pero sé que eso cambiará cuando hablen.
- Gracias. Gracias por hacer que escuchara.
La abrazo antes de regresar donde me esperan mis papás, y nos vamos de ahí.
Espero que regreses pronto.