Nadie como Tu

Capítulo 30

- ¿Adivina a quién me acabo de topar? – dice Beli apenas contesto el celular.

- ¿A quién? – ni siquiera pongo mucha atención ya que estoy viendo lo que voy a prepararme para comer.

- A Alex.

Me detengo.

- Escuchaste bien Kate. A Alex – me confirma sabiendo que lo necesitaba.

Aunque había dicho que sólo se iría por seis meses, no lo hizo. Ya estamos a mitad del segundo semestre de la universidad.

Como estaba parada frente al refrigerador, me voy hacia la barra y tomo asiento en una de las tres sillas que tiene, sabiendo que lo necesitaba.

- Estaba haciendo algunas compras con Ricardo cuando lo vimos.

- ¿Qu-Qué te dijo?

- Pues sólo nos saludamos, y nos dijimos lo normal, de cuánto tiempo sin vernos, de que debíamos juntarnos alguna vez. Y le mencioné acerca de la fiesta que haremos… por tu cumple.

- Ah – estoy algo decepcionada porque no haya preguntado por mí -. Ok.

- ¿Por qué no vas a visitarlo?

- ¿Para qué?

- Para que hables con él y por fin aclaren las cosas.

- Beli, no tiene caso – suspiro -. Te lo dije. A él ya no le intereso.

- Entonces sólo ve a saludarlo.

- Estoy ocupada. De hecho, tengo que colgar, o si no se me quemará la comida – miento apresuradamente sin darle oportunidad a que hable de nuevo -. Nos vemos luego. Bye – cuelgo.

Dejo el teléfono en la barra, aún sin reponerme del todo.

Como había dicho Karen, le envió mensajes contándole lo que había pasado. Yo le envié mensajes contándoselo también, pero o no los leyó o no le importó.

Y en las ocasiones en que hablaba con su prima, cuando ella mencionaba mi nombre, al principio sólo colgaba, después fue cambiar de tema, hasta que un día se limitó a decirle que no le interesaba, que era tema pasado.

Después de eso, le pedí que no volviera a insistir. Era inútil. Ya no le interesaba.

Todos han seguido con sus vidas. Karen, quien ha resultado ser una gran amiga, siguió mi consejo y escuchó a Miguel, lo que los llevó a estar juntos desde entonces. Belinda, quien no duraba en sus relaciones, ya tenía un año con Ricardo. Y la mayoría de todos nosotros asistimos a la misma universidad, a pesar de las diferentes carreras que escogimos, consecuencia de vivir en una ciudad chica.

Todos han avanzado, excepto yo. A pesar de que asisto a clases, y salgo con ellos, me siento estancada.

Quisiera poder superarlo como lo ha hecho él.

 

Salgo de la dirección de la universidad con los folletos que ofrece de la carrera de arquitectura.

Karen, quien está en su segundo semestre, me ha dado buenos comentarios sobre ella.

Se suponía que debí estar aquí antes de que comenzara el curso, pero me la había pasado tan bien con todas las despreocupaciones; saliendo a eventos y fiestas que me invitaban mis primos, y luego yo era el que los invitaba, que no tenía deseos de regresar aún.

Incluso se me pasó por la cabeza el cursar la carrera allá. Pero sabía que tenía que regresar.

Cuando veo que más adelante se encuentra Belinda con su novio Ricardo, me detengo.

No quiero topármelos de nuevo por ahora.

Ya había sido suficiente con lo de ayer.

No es que me desagradaran, sino que sabía que luego de preguntarme lo que había hecho, vendrían los comentarios de lo que ellos habían hecho. Y, en serio, no quiero saber lo feliz que es Kate con el imbécil.

En un arranque, algo infantil, la había bloqueado y luego eliminado su número, aunque algunas veces me he arrepentido.

Y cada vez que Karen decía su nombre o el del imbécil, sólo colgaba o cambiaba la conversación.

No sé porque quería hablar de ella cuando apenas si se conocen. Por lo que sólo puedo imaginar que sería para quejarse de lo estúpida que había sido por regresar con su antiguo novio, del cual ella siempre ha estado enamorada.

No quiero más drama.

Y menos involucrarme en el que tienen ellos.

No es hasta que se lo dejé claro, que desistió.

Así que cambio de dirección, a pesar que eso sería más tardado.

Apenas doy unos pasos cuando topo con la chica que he estado evitando.

- ¿Alex? ¿Qué haces aquí? – intenta sonreír, pero se le ve nerviosa.

- Vine a inscribirme, para el siguiente semestre – también le sonrío, o eso espero.

Nos quedamos callados por un momento, y ahora descubro que tengo una vena masoquista, ya que por más que me duela, continúo parado frente a ella.

- Karen me dijo que regresaste ayer.

- Si.

- Creí que sólo te ibas por seis meses.



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En el texto hay: traicion, amor, dudas

Editado: 07.12.2022

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