Nadie necesita saber

Falsas amistades

El viernes la madre de Theo accedió en llevar a los dos a casa de Heimdall para entregarles los apuntes de las materias. Durante el transcurso del viaje, aquella mujer le echaba un vistazo por el retrovisor a Niels y lo hacía frecuentemente. Hasta el más despistado podía sentir sus ojos de pistola y como la paciencia del adolescente transferido no era mucha, se atrevió a hablarle.

—¿Qué es lo que quiere preguntarme?

—¿Te juntas con los vagos de la escuela?

—Los amigos de Millo son mis amigos. No creo que ellos sean unos vagos.

Pudo haber sido corta esa conversación, más no fue la única. Dos o cinco minutos después, la madre de Emil volvió a dirigirle la palabra.

—¿Y a qué escuela ibas antes?

—White Daffodil

La madre de Emil estaba sorprendida y perpleja. Agrandó sus ojos y abrió la boca. Aunque no dijo nada en ese preciso momento, su expresión parecía decir “¡¿White Daffodil?!”. Tragó saliva y llevó un mechón de su cabello detrás de la oreja. Estuvo a punto de chocar.

—¡Mamá! ¿Qué fue eso?

—No fue nada, Emil. Más vale que tuvieran el cinturón puesto.

Otra vez se produjo ese silencio incómodo. Las dudas y ataques no tardaron en llegar a la cabeza de la señora Lindgreen y preguntas como “¿Y cómo es que terminó en Green Tree?” y “¿Por qué se salió de una escuela tan buena?”, la abrumaron por completo.

—Niels, ¿por qué dejaste White Daffodil? —preguntó la señora.

Niels limpió el sudor de sus palmas restregándolas en su pantalón, relamió sus labios y limpió su saliva son su dedo. Luego inhaló profundo.

—Problemas personales.

—No tenías buenas calificaciones.

—No. Fue por problemas personales.

—Esa escuela no es tan costosa como Green Tree. ¿Qué fue?

—Mamá, por favor…

La madre de Emil rodó los ojos y pocos minutos después se estacionó frente a la casa de los Dahl. Se despidió dándole la bendición a su hijo como solía hacerlo al dejarlo frente a la escuela y los dejó ir después de insistirle tantas veces con que los recogería, y que ellos se negaran. Niels le prometió que lo acompañaría a casa y solo aceptó cuando Einar salió a recibirlos, y le prometió a la mujer que él los llevaría.

Una vez dentro de la vivienda, se quejaron un poco de la impertinencia de la señora Lindgreen, incluso su hijo fue el primero en hacerlo.

Poco después de que le entregaron a Einar los cuadernos de Niels, todos se vieron a las caras y sintieron un pequeño vacío. La pregunta “¿hicimos toda una escena solo para que esto durara menos de dos minutos?” circuló por la mente del par de adolescentes y Einar notó la decepción en sus caras, a lo cual soltó una risita.

—¿Por qué no se quedan un rato? Loki ya está mejor, así que no creo que pueda contagiarlos. Sirve que ven qué van a hacer mañana con el proyecto.

—Sobre eso… —respondió Emil— Nos pusimos de acuerdo en el salón y vamos a ir mañana a casa de los hermanos a armar la maqueta. ¿Crees que Loki pueda ir o nos llevamos su material?

—Supongo que puede ir. Insisto, vayan a verlo y fíjense si puede o no ir.

Los chicos le agradecieron a Einar antes de subir las escaleras y tocaron la puerta con una formalidad igual a la que usarían al tocar la puerta del baño de un familiar al que solo vez en navidad. Dejaron pasar menos de diez segundos y abrieron la puerta, así encontrando a Heimdall sentado en la cama y viéndolos; una pequeña sonrisa se formó en sus labios y también nació en los de sus amigos.

—Te estarás preguntando “¿Y los demás?”, pero no están. Solo venimos Emil y yo a entregarte los apuntes y tal vez digas “Pero existe la cámara e internet para ello”, sin embargo, creo que es mejor entregarte los cuadernos en persona. ¿No, Emil?

—Por supuesto. Nos preocupaba tu salud. ¿Te encuentras bien?

Heimdall asintió con la cabeza. Sus mejillas se pintaron de un disimulado color rojo, que fácilmente podía ser confundido con su resfriado y pasar por alto.

—Mañana vamos a casa de Sofonías y Simeón a hacer el proyecto, a medio día. ¿Crees que puedas venir o todavía te sientes muy mal?

Antes de poder dar una respuesta concreta, se detuvo a pensar por un momento. No se sentía del todo bien por el resfriado, aunque tampoco era como si no pudiera levantarse de la cama. Sí decía que no podría ir, además de evitar contagios, también aplazaría su acercamiento a Niels y con ello, su confesión. Sí decía que sí, entonces saldrían contagiados ¿y qué tal si se enfermaba Niels? Sería fatal, tan fatal que le traería ventaja; podría hacer lo mismo por él y más, como cuidarlo por la falta de compañía en su hogar. Viendo estas dos posibilidades, asintió con la cabeza. Iría.

La visita habría sido de lo más corta posible si tan solo Emil no se hubiera ofrecido para explicarle algunos temas que al principio a él se le hicieron complicados de comprender cuando los profesores los explicaron. Heimdall escuchaba con completa atención y asentía con la cabeza en señal de que entendía las cosas. Después de eso, Einar los entretuvo media hora más trayéndoles galletas en un plato hondo y después estuvieron la otra mitad de la hora entretenidos con la vida de Niels. El tema que salió fue el de su antigua escuela y justamente Emil lo sacó. Se disculpó antes de que su novio pudiera explicar su transferencia a la escuela Green Tree.



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En el texto hay: boyxboy, academia, amorimposibe

Editado: 26.10.2021

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