Nadie te amo como yo

Capítulo 4

A media semana de eso, Layla continúo con la búsqueda de ese café. Si tuviera la oportunidad de mudarse, quería escoger este país que la había maravillado con su historia. Algunas veces llevaba a Kakeru, otras veces Toru la acompañaba pero nunca se sentía sola.

Una mañana, el ama de llaves comento ligeramente que la señorita huésped se había quejado de dolor, aunque no específico donde, Toru lo tomo con interés. No lo estaba planeando pero si llegaba sería muy emocionante. Por su parte Layla, no entendía como ese sujeto tenía tanta energía como para hacerlo cada noche algo que disfrutaba sin reconocerlo. Ella no podía comprender lo que el sentía hacia ella, no podía relacionar las ideas de que quizás él estaba aventurándose a algo que no podría suceder y aun así estaba pasando. Lo miraba y quería decirle todo pero en sus años de vida había aprendido a no confiar en nadie pues todos estaban dispuestos a traicionar en algún momento.

Una noche, Layla recibió una llamada del hospital. Su prima tuvo que ser internada de urgencias y necesitaban que un familiar estuviera con ella. Sin explicación y tontamente salió corriendo a tomar un taxi dejando a Kakeru con el ama de llaves. Con solo suerte pudo darle indicaciones al taxista y cuando llegó, el manager estaba esperándola en la entrada.

— ¿Que sucede? — pregunto agitada.

— Verás... — molesto porque no saludo — Violeta... se quejó de dolor abdominal pero los primeros estudios mostraron que estaba embarazada.

Layla dejo de caminar. ¿Embarazada? ¿De quién? ¿Aún salía con Walter? El manager la tomo del brazo y siguió caminando a la habitación.

— Quiero que la convenzas de someterse al procedimiento, el bebé... viene mal... incluso si nace no hay manera de que pueda llevar una vida tranquila. Según me explicaron tiene malformaciones en el corazón, dicen que nacerá de milagro pero no vivirá mucho tiempo.

— Pero ¿ya se lo dijiste a ella? —

— Si pero no me escucha. — dijo desesperado. Llegaron a la cama donde ella reposaba. Violeta miraba el techo. — Violeta... Layla está aquí...

— ¿Y qué? Si la trajiste para convencerme de algo entonces ella ya puede irse porque no cambiaré de opinión. — contesto sin mirarlos

Layla se quedó mirándola. Aunque no estaba de frente, pudo notar que había llorado y mucho.

— ¿Quién es el padre? ¿Es Walter? — quiso saber.

Violeta se mordió los labios y asintió.

— ¿Estás segura?

— Si... por los meses... sé que es el pero ya no estamos juntos...siempre quiso que fueras tu quién estuviera a su lado — señaló con rencor.

— Este no es momento para que digas semejantes tonterías — la regaño — Violeta... por favor, considera tu salud... aún eres joven así que si lo decides en el futuro puedes embarazarte de nuevo.

— No quiero que me lo diga un hombre como tú — dijo encolerizada — tu jamás sabrás lo que es tener un hijo, jamás podrás tener hijos... eres similar a un hombre, Layla... no hables de lo que no sabes. No saques conclusiones al azar solo para hacerme sentir mejor.

Layla no dijo nada. No se enojaría aunque quisiera romperle la cabeza en ese momento. Hablo un poco pero Violeta se negó a escuchar. Hacia la tarde, decidió llamar a Walter, escucho a su prima llorar aunque no estaban en buenos términos, si sus familiares se enteraban que se encontraron y no hizo nada para ayudarla, la lastimaría más, estaba segura.

El teléfono sonó tres veces antes de que alguien contestara.

— Hola — respondió una mujer.

— Pásame a Walter — pidió como si fuera algo común

— Ohhh ¿eres Violeta? — Dijo y escucho susurros — debes serlo si te guarda como mi amor.

Layla no hizo ningún comentario hasta que una voz de hombre se escuchó por el auricular.

— ¡Ese milagro que llamaste! ¿Necesitas algo?

— Violeta está embarazada — dijo sin rodeos — me explicación que la formación del bebé mostró una anomalía cardíaca que pondría en riesgo ambas vidas, en realidad ese feto está muriendo lentamente...

— Entiendo, hablaré con ella — y colgó.

La noche fue larga. Los gritos de Violeta despertaron a todo el piso, Layla sabía que aguantaba el dolor y las lágrimas que caían de su rostro eran verdaderas sin embargo al final accedió al aborto al mismo tiempo que terminaba su relación con Walter. Layla no durmió hasta que todo termino. Violeta no estaba para nada agradecida ni cuando el médico menciono que podría intentarlo de nuevo. Cuando iba saliendo de la habitación, un hombre se acercó al lugar corriendo derribándola en el camino. Se levantó sin disculparse y entro a la habitación de su prima.

No vio su cara pero su voz se le hizo familiar. Mientras caminaba a la salida, sonó su celular. Ella olvidó decirle a Toru que salió.

— Hola — dijo con voz dulce — ¿sucede algo?

— Si, si ibas a salir me hubieras avisado, tantas llamadas y apenas contestaste... estaba preocupado — le dijo — ¿dónde estás? ¿Voy a recogerte?

— Estoy en el hospital universitario.

— ¿Estás enferma? — pregunto preocupado




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