Nadie te amo como yo

Capítulo 9

El segundo año después de separarnos dice él

 

— ¿Como que está en coma? ¡Haga algo! — pidió desesperado Taro al médico que estuvo intentando salvarla la última hora.

— Hicimos lo que pudimos, no sabemos si ella consumió esos medicamentos por su cuenta o fue obligada, estar en coma no significa que haya muerto, puede despertar en pocos días o años.

— Sabe... lo que sea. — ni siquiera intento decir algo. Miraba a Violeta preocupado, que sucedió que la orillo a hacer tal cosa. Salió de la habitación y encontró a dos hombres que sin duda trabajaban para su madre. — ¿Que sucede? ¡¿Qué hacen?!

— La señora Hase nos ordenó vigilar a esta mujer. — dijo uno

— Violeta... no puede moverse y ni siquiera está despierta. ¿Porque les ordeno algo así?

— Solo seguimos órdenes — contesto uno de ellos haciendo que Taro fuera de inmediato a la habitación de su madre donde el secretario daba un informe detallado sobre Violeta. No estaba furioso pero si necesitaba saber porque vigilar a una mujer que no podía defenderse.

— Ah, al fin llegas — dijo levantándose después de verlo cruzar la puerta — retírate — ordeno a su secretario

El hombre salió murmurando un breve " Lo siento"

— Madre, ¿porque están vigilando a Violeta?

— ¿No deberías saberlo ya? — Señaló — esa mujer es una mentirosa, resulta que su padre no es ningún empresario influyente y esa inversión no existe... nos mintió a todos, tu incluido.

— Madre...

— Taro... ¿acaso crees que no sabía que te veías con ella? ¿Acaso crees que Kin'u no lo sabía? — Comento — despierta — dijo dándole un golpe en la cabeza. — Esa mujer solo quería estatus y por sus mentiras lo perdimos todo...

— Madre... de verdad no era el caso... ella estaba dispuesta a invertir su propio capital por nosotros... la estás juzgando duramente — intento defender a esa chica inconsciente.

— Si de mi cuenta fuera... ella ya estaría muerta... — contesto con voz envenenada

— Pero ¡¿qué dices?! — Dijo alterado — ¡no puedes dejar que la avaricia te ciegue!

— ¿Avaricia? — Rio — ¿cuál avaricia? Hemos perdido nuestro trabajo de toda la vida, sin ese trabajo no habrías podido ni comer, ni estudiar mucho menos llamar la atención de una mujer del calibre de Kin'u... no digas que es avaricia si nunca has trabajado para obtener algo.... ahora vete — ordeno.

Taro salió sin decir nada.

Intento hablar con su hermano pero el manager era quien respondía el teléfono personal de Toru siempre diciendo que estaba ocupado. Bajo al estacionamiento, debía pensar claramente en su siguiente movimiento, necesitaba un trabajo para darle de comer a su hija y el prestigio de la familia Hase bajo casi al infierno y ya no tenían dinero, la casa principal fue embargada y todas sus posesiones serían subastadas para pagar las deudas.

Si pudiera convencer a Toru de que les preste unos cuantos miles, la historia sería distinta.

En otro lugar, en el set de grabación. Toru ponía a prueba su equipo de sonido, hace mucho que no sacaba ningún single y quizás ya había perdido su toque. Había contactado con su abogado unas horas atrás para ir ante un juez y forzar el divorcio pero se enteró que Violeta estaba en el hospital, en coma para ser precisos por lo que en vista de su humanidad podrían no aprobar el divorcio bajo el pretexto de dejar al cónyuge en un estado débil o evadir la responsabilidad y pues, como figura pública, eso no era conveniente.

Toru no replicó. Seguramente su madre se haría cargo de cualquier manera pero odiaba pedirle favores y técnicamente fue echado de la familia así que debía actuar por su cuenta.

En la noche cuando iba de camino a casa, recibió una llamada de su hijo, diciéndole que lo visitaría en vacaciones. Toru sonrió tristemente. Quería que Kakeru tuviera una familia completa pero el mismo hizo que su propia familia se fragmentara. No lo entendía y no podía explicarlo, solo sabía que su hijo estaba sufriendo por ese asunto, Kakeru se había encariñado con Layla.

Stan iba pensativo en el auto. Hace unos días, en una revista de chismes que leyó en línea, se encontró con la nota de que Layla Evans y su prometido Leopold Brown contraerían nupcias en una ceremonia privada. Apenas lo leyó y pidió a los investigadores de Toru no informarle nada además de bloquear esa información para que no esté al alcance de su amigo. Ya sabía que lo que hacía estaba mal pero Toru se lo busco. No lo justificaba pero como se le pudo ocurrir dañar a una persona como ella.

— Sabes... — hablo Toru a Stan — Layla amaba comer panqueques.

— ¿Qué? ¿Porque hablas de Layla? — pregunto después de un rato.

— No lo sé... me gustaría creer que en uno de mis descuidos, pude embarazarla y ahora ella vive con nuestro hijo... quiero creer que cuando me reúna con ella me dará un buen golpe y me dirá: te tardaste estúpido, mira nuestro niño ha crecido... ¿estoy mal?

— Bastante... al menos sabes ¿si ella pensaba lo mismo que tú? Aún después del matrimonio, ¿hablaron de sus planes?

Toru no dijo nada y miro su celular.




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