Nadie te amo como yo

Capítulo 13

¿Apenas es el cuarto año? se pregunta él y piensa “siento que fue una eternidad desde que te marchaste”

 

Escucho la información del agente investigador, pensó cientos de veces que ella existía, sabía que existía porque la toco, la beso, paseo muchas veces a su lado pero al mismo tiempo quería creer que fue solo un sueño, pues, de esa manera no dolería. Un día despertaría deseando soñar el mismo sueño que duró casi un minuto eterno aunque sabía que no podría continuar, su cabeza imaginaria nuevos escenarios dónde no existiría ninguna otra mujer que lo hiciera temblar de emoción.

Días más tarde, le pidió a Stan que contratará a psiquiatra para una evaluación, quizás tenía alucinaciones por su exceso de trabajo o la mala relación que tenía con su hijo que ya le estaba afectando al pensar demasiado en las cosas. En la primera revisión, no notaron nada extraño.  No confiando en el resultado pidió una segunda opinión.... incluso Taro y Stan lo encontraban extraño aún después de leer el diagnóstico donde Toru estaba sano mentalmente.

La única recomendación dada fue descansar puesto que su agenda tenía muchos trabajos de modelaje pendientes. Kelly quería hacerse notar como una buena mujer y buena esposa pero Toru la ignoraba. Si Layla nunca existió, entonces había muchas probabilidades de que estar cerca de Kelly también fuera un sueño. Detuvo todas sus actividades y fue a descansar a su casa. Echo a Kelly sin que ella pudiera quejarse de ese maltrato y simplemente se quedaba en su cama mirando televisión, leyendo libros o escribiendo; de momento no quería a nadie cerca que le dijera que hacer.

La situación no empeoró según él. Stan lo visitaba a diario hasta que menciono sutilmente que Violeta saldría de prisión, como si fuera un tema sin importancia. Toru no puso mucha atención, miraba el techo preguntándose si realmente amo a alguien con locura que lo hizo desaparecer o preguntarse si era demasiado bueno para ser verdad.

Poco a poco el pensamiento vacío y el sentimiento de ausencia fueron disminuyendo. Stan y Peter se alegraba cuando escuchaban que Toru salía a pasear o caminar por los alrededores, que llamaba a su hijo o incluso retomo su compromiso con Kelly aún contra su voluntad. La señora Yuzuki Hase, los invitaba a cenar con frecuencia presumiendo que ni estando vieja podían detenerla en el mundo de negocios.

Fue precisamente en una cena, que el secretario de la señora Hase menciono que Violeta salió de prisión hace pocos días, él creyó que solo era un chisme sin sentido de Stan para que le pusiera atención a todas las cosas que salían de su boca, y lo peor de todo fue que Taro dejo la comida y salió volando a buscarla.

— Toru, ¿cuándo te casarás con esta mujer? Su padre me llamo pidiéndome que eligiera una fecha adecuada. — comento

— Aún no... Cuando ella termine la universidad. Así que no esperes nietos aún, no comas ansias...

Quizás avanzar a su modo no era tan malo; la mitad de los matrimonios eran sin amor y lo restante se dividía entre amor y necesidad.

Hacia la segunda mitad del año, Toru retomo sus actividades una vez más. Se sorprendió al saber que filmara una serie sueca como antagonista por lo que debía mudarse al menos cuatro meses y aprender sueco para que su acento se escuche lo más nativo posible, algo que debía lograrse con medio año de estudio mínimo así que comenzó de inmediato. Cuando Stan vio la propuesta quiso rechazarla pero Toru insistió en hacer ese trabajo en el extranjero. Nunca había visitado esos lugares y sentía curiosidad por saber cómo era, quizás un nuevo ambiente lo haría sentir mejor.

El viaje fue largo. Toru se despidió fríamente de Kelly y de Taro, incluso sin preguntarle si encontró a Violeta o no. Stan y él abordaron el avión como si nada; al momento de aterrizar sentía que se estaba recuperando su paz interior al mismo tiempo que estaba mareado, una asombrosa contradicción en su estado de salud.

— ¿Estás bien? — pregunto Stan como en cualquier viaje pensando una vez más que Layla no estaría para salvarlo — ¿Toru?

— Estoy bien — contesto sin mirarlo — solo trae un auto y listo.

Se quedó sentado con el equipaje media hora hasta que llegó Stan con un chico del equipo de producción que debía recogerlos. El vuelo llegó antes así que no fue notificado hasta que aterrizó. Toru no le importó y subieron a la camioneta. No sabía si fue casualidad o un castigo cuando a su email llegó un mensaje de su investigador privado de que el señor Evans tenía una oficina pequeña donde la directora general era su hija mayor.

— ¡Detente! — ordeno al asustado conductor que freno repentinamente, Toru miro la dirección y la busco en internet... estaba cerca y salió corriendo.

— ¿Que le sucede? — Pregunto el conductor — esto no es su país... me estacionare más adelante, no pienso pagar ninguna multa por la imprudencia de unos extranjeros, ni aunque me despidan por tratarlos mal.

— De acuerdo — dijo Stan saliendo detrás de Toru. No sabía que ese chico aún corría tan rápido como en secundaria. No fue difícil llegar era un edificio de tres pisos, de color negro... entro y había una recepcionista que trabajaba mucho.

— Hola... busco a Layla Evans — le dijo sin saber si hablo japonés o inglés pero la mujer lo miro desconcertado. Toru estaba agitado. — dije, ¡hablé a Layla Evans! ¡Dígale que Toru Hase la busca! ¡Vamos!




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