Nadie te amo como yo

Capítulo 15

La noticia de que Violeta salió de prisión apareció unos tres meses más tarde. Había muchas opiniones encontradas acerca del tema, muchas personas creían que ella como escoria de la sociedad debía vivir en las sombras o que le dieran pena de muerte pues era probable que volviera a las andadas.

Violeta Evans comenzó a trabajar en la sastrería de su tío como limpiadora lo cual le molestó bastante creyendo que estaba por encima de ese trabajo vulgar. Poco a poco sus humos fueron bajando cuando recibió su primer sueldo. Ciel les aviso a sus hermanos que Violeta estaba con él pero no en calidad de sobrina sino empleada recalcando que si había una sola persona que la reconociera por sus escándalos, la abandonaría sin miramientos.

Cuando sus ahorros fueron más altos, decidió ir a una revisión médica. Estaba muy delgada y necesitaba una evaluación. Contra todo, le dijeron que tenía anemia y le recetaron algunos medicamentos y alimentos necesarios. Mientras caminaba de regresó a la sastrería paso por una peluquería que frecuentaba cuando viajaba a ese lugar. La única mujer que podría reconocerla no estaba pero la persona que la atendió le hizo un buen trabajo arreglando su cabello.

Al regresar a su lugar de trabajo, se encontró cara a cara con su tío Jacob. Bajo la mirada pero el hombre solo lo ignoro. No sabía de qué hablaron pero hasta ese momento el pensamiento volvió a aparecer en su cabeza, desde el primer día en que la vio, creyó que Remi era hija de Jacob o en su defecto Layla era hija de Ciel.

Atraída por su propia avaricia decidió investigarlo.

Más tarde en la cena, Ciel jugaba con Remi para que comiera sus vegetales cuando el tomboy se acercó a ellos. Violeta odiaba a ese humano que no podía definir si era hombre o mujer, simplemente lo encontraba raro.

— Oye tío... Remi... y Layla nacieron de la misma persona... ¿no?

— Así es, ¿porque?

— Entonces ¿tú tiras a ambos bandos? — Le dijo — según recuerdo tenías un esposo y ahora esto — señaló a la otra persona

— Es boca niña — la regaño — eso no te interesa.

— Tío... ¿Layla es tu hija? — pregunto directamente haciendo que la mirará desconcertado

— No lo es... es hija de Jacob. — le dijo sin dudar.

Violeta al ver qué no diría nada más, decidió no volver a preguntar.

Paso una semana mirando a Remi. Le recordaba tanto a Layla que sentía esa vaga familiaridad.

— Oye niña... ¿y tú mamá? — pregunto. De hecho era la primera vez que le hablaba.

— Arriba con los bebés — dijo.

Violeta se desconcertó — ¿Cuáles bebés?

— Papá le dijo a Remi que ahora será hermana mayor y debía cuidar de los bebes junto a mamá.

— ¡Esa no es tu madre! ¡Esos no son tus hermanos! ¡Dos hombres no pueden tener hijos! — dijo muy molesta haciendo una mueca que asusto a Remi y salió corriendo.

Ciel escuchando todo; cansado de su actitud, solo esperaba de algo para echarla; tomo del cabello a su sobrina y la lanzó para afuera del local — Te lo dije, vino una clienta molesta porque albergamos criminales. Si alguien te reconocía, ¡te vas!

— ¡Tío es injusto! ¡Toda la culpa es de Layla! — reclamo

— ¡VIOLETA! — Levantó la voz aún más fuerte que ella — ¿EN ESTOS MESES QUE ESTUVISTE AQUÍ LAYLA NI ME HA VISITADO Y AUN DICES QUE ES SU CULPA? ¡VETE!

Violeta cayó al suelo. Minutos después, Ciel saco su ropa y una bolsa pequeña con sus ahorros. Si se iba en taxi al hotel tendría lo suficiente para dos noches y ya. Desanimada pero sin ganas de reclamar, espero un taxi.

— ¿Violeta? — dijo un voz que conocía demasiado bien. No lo quiso mirar pero podía sentir como se hacía un nudo en la garganta. — Mírame, muñeca.

Ella se cubrió la cara. El chico la abrazo con cariño.

— Te dije que cuando salieras de prisión me buscaras... deja de ser tan orgullosa y depende un poco de mi...—

— Ja... no lo haré — contesto empujándolo — hazme un favor y quizás seguiré contigo.

— ¿Qué es? — pregunto. Sabía que al final cedería, su cara se lo decía.

— Quiero que compruebes la compatibilidad de Layla con Ciel Evans y Jacob Evans.

— Pan comido — dijo para después besarla — pero antes vamos al hotel, no quería ver lo que hizo tu tío pero.... bueno, no pude evitarlo.

— ¿Lo viste? — Se sorprendió y enojo — ¿cómo me encontraste?

— ¿La fuerza del destino? Del amor o un buen equipo de detectives.

En cuestión de días, Violeta está recuperando su peso adecuado y tenía en sus manos las pruebas de ADN. Taro le dijo que en realidad no fue difícil para sus trabajadores. Layla y Jacob eran padre e hija así mismo con Ciel y Remi quienes también eran padre e hija. Incluso encontraron que Layla y Remi no tenían parentesco materno.

— ¿Te dijeron porque? — pregunto mirando a Taro.

— Por supuesto. El señor Jacob y su esposa recurrieron a la fecundación invitro para que naciera Layla como bien ya sabías. Años después Ciel y su esposo recurrieron a alquilar un vientre pero ese año se separaron y la mujer a la que contrataron no sabía que sucedía pues notificaron la cancelación cuando ella ya tenía dos meses de gestación. Quizás la mayor sorpresa de esto es que esa tomboy que tanto odias dono sus óvulos y usaron el esperma de Ciel para terminar el procedimiento.




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