Layla la dieron de alta después de una semana. No encontraron nada extraño en su cuerpo por lo que determinaron que podría ser una causa mental al menos la mitad de ese padecimiento.
Toru la llevo a su casa, Layla miro la casa solitaria donde había vivido después de su divorcio con Léopold, la casa a la que regresó después de la partida de Roger y ahora había otro hombre a su lado... En general pensaba que algo estaba mal con ella. Nadie podía ser tan egoísta como se estaba comportando y todavía pedir una buena vida. Muy en el fondo de su corazón sentía que reemplazaba a sus hombres con frecuencia.
— Bueno... Debo irme...si fui despedido entonces debo de vaciar la casa que rentaba como empleado — anuncio Toru.
— Puedes mudarte aquí si quieres... Tengo una gran cama...varias habitaciones… Y no tienes que preocuparte por el alquiler. — sugirió sin verlo directamente. Toru sonrió para sí y él la abrazo por la cintura. — ¿Que se supone que haces?
— Reclamo lo que es mío — contesto — también... Quiero saber, ¿qué tipo de relación tenemos?
— ¿Novios? No... Aún es pronto — contesto. — ¿concubinos? ¿Amigos con derechos?
— Ya que no decides nada... Me quedaré en un hotel — le dijo soltándola y salió sin despedirse.
Paso al menos una semana hasta que Toru acepto mudarse con ella. En la oficina los conocían como "pareja caramelo" pues nunca habían visto a la directora general siendo tan amorosa hacía alguien. Mientras ella empezaba a vivir de nuevo en su felicidad, Ava dio a luz a un niño el mismo día en que Lisha anunciaba su baja de maternidad, divorcio y regreso a Canadá.
Layla la miro sorprendida.
— Lisha... ¿De verdad te vas?
— No tengo nada que hacer aquí. Tendré al bebé allá y regresaré a mi trabajo habitual — contesto. Era una asistente muy seria pero aun así no podía ocultar el hecho de que lloro antes de verla — me alegro que por fin hayas dejado el pasado atrás.
— Lisha... Eres lo más parecido a una amiga que tengo y quiero ayudarte.
— Estoy bien así... señorita... Por favor luche por estar con ese hombre que se ve la ama mucho.
— Lisha... ¿Lo conocías de antes? — pregunto curiosa.
— No... — Sonrió — pero usted lo ama más de lo que puede expresar. No estoy ciega.
Layla se puso colorada.
Ella en realidad ya estaba adelantando las cosas pensando en casarse con Toru.
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Vivir juntos desde la perspectiva de Layla, era un odisea. Había escuchado muchas veces que cuando una pareja se muda para experimentar con los hábitos del otro puede llevar al rompimiento inmediato. Lo que le asombraba era que Toru parecía conocerla de pies a cabeza, sus gustos, la comida y bebidas que amaba mientras ella apenas iba conociéndolo.
No se dio mucho tiempo y en verano fue a su viaje a Manarola para visitar a Roger. Se sorprendió cuando Toru le dijo que no podía ir pues tenía que hacer algo. Ella supuso que se sentía incómodo como novio actual visitando al ex novio muerto pero él le dijo que no, solo quería visitar a su hijo.
Layla llegó a Manarola. Fue directo a la tumba de Roger.
— Hola Roger... Ya dos años...— se sentó frente a la lápida — ¿te digo algo hermoso? Tengo un novio y decidí seguir adelante. He leído muchos libros sobre personas que han continuado con su vida después de perder a alguien querido y yo también quiero ser así. No puedo estar triste siempre. Vendré a visitarte así que no te preocupes — sonrió — eres importante para mí y cumpliré tu último deseo de continuar con mi vida. Siento que fue asombroso conocerte... amor*
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Madrid, España.
Además de no saber dónde estaba, todo le pareció igual. Seguramente Stan le jugaba una broma, así que decidió llamarlo.
— ¿Diga? — contesto una voz adormilada
— Me dijiste que mi hijo están en Madrid pero en la dirección que me diste me dijeron que nadie con ese nombre vivía allí, ¿estás jugando conmigo?
— Ya sabes que Kakeru no quiere verte. — Contesto — a lo mejor volvió a Lisboa.
— Si le pasa algo...
— Si... Bueno... Adiós. — le dijo y colgó.
Intento recordar cada palabra que le dijo Stan. Cuando Yuzuki Hase dijo que buscaría a Kakeru en Lisboa, Stan aviso a los abuelos Nakamura y ellos se mudaron a Madrid.
Entonces, ¿porque no los encontraba?
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Manarola, Italia.
Layla regreso a la casa después de visitar a Roger, limpiaron un poco para después ir a comer a casa de Gianna y viajar de vuelta a Suecia al día siguiente. La sorpresa del día fue que había una chica y un chico sentados frente a la casa.
— Mira allí viene — les escucho decir — Layla... ¿Porque dejas a tu hijo solo en casa? ¿No sabías que nunca ha estado aquí? — señaló Gianna un poco molesta.
Editado: 23.12.2022