Nadie te amo como yo

Capítulo 21

Después del evento regresaron a Suecia.

Layla y Toru ya estaba viviendo juntos; según Ava las cosas iban bien entre ellos. Toru ya no estaba trabajando para el grupo Evans tampoco viajando para filmar alguna película puesto que su cinetosis empeoró en el último viaje.

Toru Hase a veces la recogía del trabajo, iban a cenar, a pasear al cine y otros lugares usuales para las citas, era asombroso como Layla se mostraba más llena de vida y al mismo tiempo parecía que su romance no avanzaba.

— Ava… tu bebé es hermoso, ¿de verdad es de Fenrir? ¿Segura que no quieres alargar tu licencia?

— Segura, tengo mucho trabajo que hacer — contesto. Su bebé aún era muy pequeño pero Fenrir también lo cuidaba — señorita... Ahora se encuentra en un momento interesante de su carrera pero ¿porque está de mal humor?

Layla no sabía que responder, ese romance era como un sueño pero en la intimidad... Era el problema pues no habían hecho nada y Toru solo la besaba de vez en cuando pero sentí que no podía exponer eses problema sin escucharse mal.

— No hay nada — sonrió

— Entonces ¿están planeando la boda?

Layla rio pero no contesto.

Toru ya había conocido a su padre pero ella aún no se había reunido con los padres de su novio.

Cuando se acercara el verano estaría cumpliendo 32 años y por fin sentía que la vida se le iba de las manos. Esa tarde que Toru la recogió, iban conduciendo cuando le dijo que debí ir a Japón a resolver algunos negocios.

— Quiero ir —

— ¿Qué? — Dijo extrañado. — ¿estás segura? ¿No tienes trabajo pendiente?

— Aunque lo tuviera aun iría contigo — respondió.

Llegaron a casa y cenaron, Toru le propuso ver una serie y Layla esperaba que algo sucediera. Su cuerpo no estaba tan mal o eso creyó, su cara aún era hermosa o eso pensó pero Toru no precia sentir nada cerca de ella lo cual lo hizo entristecerse.

Fueron a dormir, ella lo abrazo con demasiada fuerza pero él no hizo ningún movimiento que le rompía el corazón, ¿estaban destinados a terminar?

Una semana más tarde, abordaron el avión. Ella estuvo reflexionando sobre el hecho de aún no tener relaciones sexuales después de varios meses juntos. Lo incitaba discretamente y a veces era descarada pero no reaccionaba de ninguna manera, no cedía... ¿Qué tal si pensaba que la iba a lastimar? O quizás nunca la considero mujer y su noviazgo solo era para engañar al público. Lo mira esperando encontrar una respuesta pero Toru no tenían ningún tipo de expresión.

No era del todo cierto.

Toru estaba conteniéndose, no era de palo pero recordaba las noches de intimidad donde no sabía si ella disfrutaba y lloraba cuando tenían sexo. Tuvo que preguntarle al médico un poco más del asunto diciéndole que después de un tratamiento no quirúrgico se desarrolló con normalidad pero la intensidad y fuerza del acto aún podían lastimarla o causarle ligeras molestias.

Sentía culpa de haberla hecho llorar.

Optó por no forzar las cosas aunque sabía que caería tentado hacía ella.

El doctor Morgan le recordó que no había posibilidad de que quedara embarazada de manera natural pero eso no significaba tratarla como cajón que no cierra.

— Papá...  — los interrumpió Kakeru cuando llegaron al aeropuerto de Japón — quiero ir a Italia.

Layla y Toru lo miraron desconcertados.

— ¿Porque? —Pregunto su padre —  no conoces a nadie allí.

— Tengo una amiga... ¿Puedo visitarla? Solo préstame dinero para el boleto... Lo devolveré cuando comience a trabajar.

Toru lo miro... Su hijo era un poco extraño. En cambio, Layla le dio una tarjeta de crédito.

— Toma, mejor que nos avises donde estás a que te escapes.

— Gracias mamá — dijo abrazándola. Layla sintió una calidez en su pecho, esa frase jamás en la vida creyó que iba a escucharla. — Adiós papá.

Toru lo vio irse con su maleta. — Layla... No lo consientes demasiado — o sea mi vida ni pediste mi opinión.

— Toru... Él eventualmente se convertirá en mi hijo legal, ¿cuál es el problema que vaya a visitar a su novia? — mientras no cause problemas.

— ¿Que has dicho? — Pregunto desconcertado — ¿qué novia?

— Toru... ¿Cuándo nos casaremos? ¿O soy yo la que va demasiado rápido?

— Primero... Atenderé unos negocios legales y después... Regresaremos a Suecia — le dijo con calma pero no dio ningún respuesta a la pregunta. No es como si no lo quisiera pero pensarlo demasiado era bastante aburrido.

El viaje fue largo y aburrido hacía el hotel. A su llegada se encontraron con Peter Morán, el dueño del lugar, quien los saludo con su alegría de siempre y les dio la habitación solo reservada para ellos lo que extraño mucho a Layla puesto que jamás había hecho un reservación en ese lugar.

— Necesito ir a reunirme con mis abogados — anuncio después de darse una ducha — ¿quieres ir o dormirás?

— Dormiré un poco — contesto — sabes... Vi unos anillos hermosos en una joyería.




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