Nadie te amo como yo

Capítulo 22

A media mañana el timbre sonaba como loco. Layla se levantó un poco aturdida, miro la cama vacía y su ropa por el suelo. Se sorprendió un poco pero no era la gran cosa... ¿Verdad?

Bueno, no lo era hasta que se levantó y  dio un pasó hacía la puerta cayéndose al instante. Uso excesivo de energía y piernas de gelatina; algo que creyó que era un mito. No sabía si lo bestia fue ella o él se convirtió en la bestia.

— ¿Qué haces allí? — Dijo levantándola — Layla puedes dormir un poco más, debes estar agotada.

— Toru... No te vi en la cama... ¿Dónde estabas?

— Haciendo el almuerzo. — Contesto mientras la ayudaba a llegar a la cama — ¿estás bien? Creo que te excediste anoche.

— Claro que no...— Contesto sin mirarlo pero aún tenía ese recuerdo vivido de lo que hicieron la noche anterior — mejor dime, ¿quién tocaba el timbre? ¿Qué hiciste en los días que estábamos separados? — pregunto de repente.

— Ava te trajo unos documentos para que los firmes después de leerlos. Y bueno... —  suspiro — pues estaba en Japón pensando cómo decirte todo. Regrese el mismo día en que Ava me llamo y me quedé en un hotel reflexionando sobre nosotros.

Layla ya había meditado que quería, como estaban juntos, estaba segura que aceptaría.

— Toru... Tengamos un bebé — pidió

— ¿Qué? — Reaccionó exagerado — ¿no te estás adelantando y por mucho?

— No... Casémonos... Tengamos un bebé... La incertidumbre por nuestro futuro me está matando... Por favor cásate conmigo. — se sentía desesperada pero de verdad necesitaba saber si su relación estaba yendo hacía algún lado o solo quedaría como un romance fugaz que estaba destinado a terminar.

— Pero si nos casamos viene el paquete completo. Un hijo de casi 18 años, una suegra mala cara y unos cuñados extraños. Además como mucho y gasto mucho dinero — explico claramente.

— No te preocupes, puedo con eso — sonrió la saber que no recibió ninguna respuesta negativa — Toru, ¿quieres casarte conmigo? — pregunto una vez más.

— Claro que sí — acepto de inmediato.

 

Después de esa propuesta, Toru preparo una propuesta más con un hermoso anillo. Toru ya tenía una idea más o menos desarrollada pero esa propuesta sería con un romántico desayuno, el anillo no podía estar más tiempo sin dueña. Layla presumía su romance a quien estuviera cerca hasta que Ava le dijo que era muy obvia con su nueva relación y los empleados estaban incómodos pero al mismo tiempo, estaban felices pues pensaban que no podría superar la ausencia de su antiguo novio. Su cambio de ánimo fue notorio para ellos.

Cuando sus padres se enteraron, tuvieron una charla privada con Toru Hase recordándole NO lastimar a la pequeña de la casa. Recalcaron que aún no olvidaban lo sucedido en el pasado pero no querían ser odiados por Layla y sus sorpresivas decisiones así que lo estaban advirtiendo con mucha antelación. Las advertencias fueron subiendo de tono cuando se encontró con los gemelos Ángel y Alberto quienes junto a Darren le describieron los terribles y crueles castigos que sufriría si hacía llorar a su hermana mayor. Ellos sabían lo que ocurrió ese verano y el año posterior así que querían apostar que Layla sería feliz con él a pesar de su triste pasado compartido.

Layla, de buena fe, quiso encontrarse con la señora Hase quien educadamente rechazo su invitación al encuentro en diversas ocasiones argumentando mucho trabajo o solo posponiendo la fecha de encuentro sin motivo en particular. Fue Taro quien actuó como el mayor de la familia aceptando su próxima unión, estaba maravillado con Toru quien escogió una buena compañera. No se reunieron personalmente puesto que temían que se encontrará con Violeta y se pelearán, su pasado aún era algo que no podían borrar.

El verano estaba terminándose cuando llegó Kakeru junto a Gianna, quien quería visitar ese país. La presento como su novia haciendo que Toru quisiera interrogarlo arduamente, estaba perdiéndose muchos años para compartir con su hijo y aún faltaban más. Sin embargo, decidió por su cuenta no abrumarlo y escucharlo cuando quisiera contarle algo de su vida algo que Kakeru, por supuesto, acepto.

A medio otoño, consultaron con el doctor Morgan sobre tener un bebé. Él explico el procedimiento que se llevaría a cabo y algunas de las consecuencias que podrían presentarse, no falta decir que ellos quisieron probarlo de inmediato. Toru también hizo una investigación por su cuenta y estar preparado para lo que fuera a suceder. El exceso de información solo lo hizo tener más dudas pero confiaba en su esposa y su médico de toda la vida.

Layla estaba nerviosa. Toru no era la excepción pero el proceso no fue tan tardado ni espeluznante como creyeron incluso la cita que debían tener un mes más tarde les pareció bastante práctica, ella tenía viajes de negocios así que la retraso lo más que pudo, los hizo ansiar buenas noticias.

Ese mes sería muy largo, Nari propuso planear ambas bodas juntas. Darren insistía en un boda doble y en su visita familiar lo único que pensaba era que su hermana merecía el mejor evento del mundo. Hablaban de que Ciel debería hacer sus vestidos y trajes, de quién conseguirían el vino, los mejores chefs para la comida, los mejores decoradores y organizadores que Layla no veía ni principio ni fin a la discusión entre Darren y Nari pero ambos parecían divertirse.




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