Nameless

CAPÍTULO I: Shocks perceptuales

«Nada puede ser terminado por completo, todo trabajo supone una construcción en abismo, en la que cada pliegue remite a otro pliegue, y desplegar las hendiduras de un texto o un recuerdo conduce al encuentro de nuevas hendiduras». 

BEATRIZ SARLO

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—Así que por fin puedes oírme. No sabes cuánto me alegro de eso; lo intenté tantas veces que ya empezaba a perder la esperanza. No, no, no te asustes: puedo sentir tu miedo, y eso podría interrumpir nuestra conexión. ¿Sabes lo frustrante que sería intentarlo otra vez? La telepatía requiere años y años de práctica, y no dejaré que todo mi esfuerzo se vaya a la basura. Debes escucharme.

Sé que has de tener tantas preguntas como estrellas hay en el cielo. Lamentablemente, mi tiempo es limitado, así que solo podré aclarar unas cuantas. Primero te explicaré el porqué de esta situación. ¿Has escuchado hablar sobre las comunicaciones telepáticas que mencioné antes? Seguro que sí, pues gracias a los cristales es que ahora hay más personas con poderes psíquicos. Yo misma soy portadora de un cristal; estos potencian la red de energías, por lo que contactar con aquel plano se vuelve mucho más fácil.

Bueno, creo que a estas alturas ya habrás podido deducir cómo nos estamos comunicando: es mera telepatía potenciada a través de un cristal que, por desgracia, tiene sus propios límites. Déjame darte un ejemplo: la razón de que no puedas responder a este largo monólogo es que eres una persona de tipo A. Las personas de tipo A son las más abundantes al interior de Azthlan, nuestra galaxia, y su mayor característica es que no poseen conexiones con la red energética que une al cosmos. Yo, en cambio, vendría siendo tipo B; es decir, alguien con afinidad a los cristales. Puesto de esa manera, ¿comprendes mejor por qué soy la única que puede hablar? Nuestras ondas cerebrales están en resonancia, pero eso no significa que haya un intercambio en la comunicación.

Con eso dicho, creo que es hora de presentarme. Me llamo Dia Mylar, portadora de un cristal rojo y algunas veces capitana de escuadrón. Como bien verás, no es un puesto fijo, ya que la Resistencia para la que trabajo se rige por otras leyes. Leyes que, cabe añadir, buscan la fuerza y unión social por sobre todas las cosas.

Seguro te estarás preguntando su nombre. Bien, déjame aclararte algo: no tiene uno. No hay necesidad, pues todos concordamos en que la mejor opción es vivir entre sombras anónimas. Sin embargo, muchos nos llaman ‘’N.N’’. Algunos nos consideran legión; otros, una leyenda urbana que no tardará en morir. Todo depende desde qué perspectiva lo veas, en realidad.

Pero, ¿por qué te cuento todo esto? Aunque no lo parezca, sí tengo una razón. Quizá no debería decirlo tan así, pero quiero persuadirte. Convencerte. Darte un motivo para que te unas a nosotros. Sé que todo esto te podrá sonar como un montón de chatarra espacial, mas créeme que, de ser un simple juego de niños, no nos estaríamos comunicando de esta manera.

He escogido una analogía en específico que podría servir: ¿has visto algún iceberg en un planeta helado? Son estructuras de hielo muy grandes, pero que ocultan una majestuosidad mucho mayor. Bajo el nivel del océano, si fueras capaz de sumergirte en sus gélidas aguas, verías una grandeza suprema que te arrebataría el aliento de un solo vistazo.

Maravilloso, ¿no? Pero aquí es cuando entra la relación entre un iceberg y la perspectiva humana. Supongamos que ya has visto la diferencia entre el témpano de hielo que sobresale en la superficie del mar y el que está sumergido, aunque ¿alguna vez te has preguntado a qué se asemeja? Yo creo que sí. Hay muchas cosas que se pueden comparar con un iceberg, empezando por el simple lema de que ‘’nada es lo que parece’’.

Lo mismo pasa con nuestra percepción. Creemos tener la verdad en nuestras manos, en lo que la vista puede abarcar. No obstante, ¿el iceberg deja de ser iceberg cuando nuestros ojos lo ignoran? Por supuesto que no. Hay muchas cosas que están ahí, aguardando a ser descubiertas. Por eso es que, a pesar de nuestra dudosa reputación, quiero que nos des una oportunidad. Tú también eres uno de nosotros.

¿Que cómo dimos con tu persona? Fácil: digamos que tengo una hermana muy inteligente. Ella rastreó tus registros de la justicia azthlana y descubrió que estás bajo el filo de la ley. Sobre tu paradero, por cierto, también tenemos una noción, y todo gracias a mí. ¿Cómo es que lo sé? Ah, por ahora no puedo decírtelo. Si te unes a nuestras filas, sin embargo, la historia cambiará, y no tendré problema en revelarte algunas confidencias.

¿Chantaje? No, no. Es mera cuestión de negocios.
 



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En el texto hay: tecnologia, guerra, religion

Editado: 03.10.2018

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