Nana7su Tomo I - Karada: El mundo de los humanos

Capítulo II: Una conversación incómoda

Desperté aproximadamente a las 11 AM, no entendía donde me encontraba pero luego recordé. Me puse de pie y abrí las cortinas, era un día hermoso, el paisaje comparado con el de ayer era fascinante.

No tengo la menor idea de cómo supo Cheng que me encontraba despierto, pero justo en ese instante entró en mi habitación.

-Señor- dijo muy respetuosamente -El amo lo necesita en el estudio de inmediato-

Me pasó un vacío cuando dijo que el señor Takashi me necesitaba, respiré profundo y dije:

-Dile al señor Takashi que voy enseguida-

Cheng se inclinó y se fue. Mi mente se quedó divagando un rato hasta que desperté por completo y me organicé lo más rápido posible para no hacerme esperar.

Abrí la puerta del estudio, él se encontraba sentado en el sillón leyendo un libro, cuando escuchó que entré lo bajó y me miró escalofriantemente.

-Eres rápido, Katsuki, necesito hablar contigo, siéntate aquí- dijo.

Me señaló una silla al lado suyo, me enderecé y tambaleando me senté. Él cerró el libro y comenzó a mirarme fijamente, me congelé, su mirada me intimidaba por completo, ¿qué rayos quería saber?, ¿por qué me miraba así?, ¡no quería estar ahí!... finalmente respiró profundo y habló:

-Bueno, supongo que tú estabas en una escuela, ¿verdad? -

Me sorprendí con aquella pregunta, pero la respondí al instante con un simple:

-Sí-

Él sonrió como de costumbre y lo escuché de nuevo:

-De acuerdo, te inscribí en un instituto, dentro de dos días entrarás de vacaciones, espero que te gusten las clases- paró, tomó aire, se recostó en su sillón y continuó -Katsuki háblame de ti, quiero que seamos amigos-

Eso era lo que temía, yo no quería ser amigo de él, ¿por qué no me dejaba solo?, no respondí nada, un silencio incómodo inundó la habitación.

-Bueno Katsuki...- escuché de nuevo su voz -...entonces ¿qué quieres saber de mí? -

Yo tenía miles de preguntas, pero no me atrevía a hablarle. En ese momento Cheng interrumpió:

-Mis señores el almuerzo está servido, ¿desean bajar? -

El señor Takashi lo miró primero a él y luego a mí, después de algunos segundos me di cuenta que los dos esperaban mi respuesta, yo no tenía hambre pero dije:

-Bajemos-

Lo que sea para salir de ahí.

Bajamos en silencio, nos sentamos en los mismos puestos de ayer. Deseaba con todo mi ser que no me preguntara nada más, pero él insistió de nuevo:

- Katsuki ¿qué te gusta hacer? -

Me estremecí, pero después supe que no era una pregunta tan difícil, entonces contesté tartamudeando:

-Dibujar-

Otra vez me sonrió y dijo:

- ¿En serio? qué bueno, me encantaría ver cómo dibujas-

En realidad a mí sí me encantaba dibujar, pero hace mucho tiempo no lo hacía porque no tenía cómo hacerlo, además me faltaba inspiración. Dibujar para mí lo era todo... pensándolo bien, aún lo es todo, es mi forma de escape a otro mundo, a mi mundo, donde nadie me puede hacer daño, donde todos están felices y no hay asesinos que te arrebatan a tus seres queridos... nunca le mostraría mis dibujos a nadie, son míos, mi imaginación, mis pensamientos, nadie tenía por qué saberlos... anhelo dibujar. La última cosa que haría sería mostrarle mis dibujos al señor Takashi, le mostraría mi debilidad.

El silencio inundó de nuevo la habitación, trataba de terminar rápido la comida para poder escapar, pero escuché de nuevo su voz.

-Katsuki, ¿te gustaría acompañarme a dar un paseo por el jardín? -

Esa pregunta no me gustaba, no respondí.

-Así podremos hablar y tomar aire fresco- insistió.

No tuve más remedio que decirle que sí.

Cuando nos encontrábamos afuera podía apreciar la fachada de la mansión ahora con más claridad y sin esas nubes negras que estropeaban toda la mística del lugar, era espectacular, el paisaje era de película, pero no de terror sino de fantasía, parecía un castillo, un castillo en la ciudad. El jardín era envidiable, era grande y lleno de flores, comenzaba a relajarme, todo iba bien hasta que él preguntó:

- ¿Te gustan los libros? -

-Sí- le contesté.

- ¡Qué bien! - dijo emocionado - ¿Ya has ojeado el que te di? -

Sólo me quedaba decirle la verdad.

-No, lo siento-

Bueno, en realidad no lo sentía, pero tenía que suavizar mi respuesta. Él paró y dijo:

- Léelo es muy bueno- comenzó a caminar de nuevo y siguió -Cuéntame ¿tienes una visión?, ¿qué te gustaría ser cuando seas mayor? -

No me gustaba este interrogatorio, no me gustaba hablar con él, además no tenía una respuesta para su pregunta, si ni siquiera tenía la menor idea de que estaba haciendo en este lugar, ¿cómo iba a saber qué iba a hacer en un futuro?



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En el texto hay: peleas asesinos, aventura y amor, mistero

Editado: 17.03.2019

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