Nanozombis

CAPÍTULO 6: CAOS

Un tremendo chispazo que hizo que me tambaleara se produjo cuando uno de los cables impacto conta una de esas cosas metálicas. La explosión fue tan fuerte que empujo a unos cuantos de esos por los suelos. Las chispas caían a mi alrededor y no conseguía ver a mi equipo y mucho menos reunirlos. Pensé que no tenía más remedio que utilizar Eso.

Eso era un simple silbato construido por la Tecnológa y que solo lo podíamos oír exclusivamente los miembros de nuestro equipo, era como un silbato para perros, pero para nosotros. Y es que en el interior de nuestras orejas nos habíamos implantado un chip que recogía las ondas sonoras producidas por Eso y nos las trasmitía. Hice sonar a Eso un par de veces y pocos segundos después vi, entre el espeso humo, la figura de uno de los miembros de mi equipo concretamente fue la Escapista.

- Me alegro de encontrarte Capi. - Dijo alegre. - He visto a la Demoledora y a Fortachón en breve estarán aquí.

 Dicho y hecho, vi como el humo se apartaba al paso de esos dos mastodontes.

- Joder con el viajecito. - Dijo Fortachón, ha sido una jodida caída. Se me ha quebrado un poco el cristal del casco.

- Bueno ya nos hemos reunido 4 de los diez. - Comento la Demoledora. - Como les toquen un pelo a los otros vuelos por los aires a esta maldita ciudad.

- Centraos. - Ordené. - Cubridme mientras hago sonar Eso.

Inmediatamente se pusieron a mi alrededor para cubrirme mientras yo intento reunir al resto del equipo, donde estábamos era un buen lugar para reunirnos por el momento. Poco a poco fueron apareciendo el resto del equipo: Matamentes, la Tecnológa, la Piloto, El Estratega, la Dibujante y por último el Radar.

- Joder con el Radar. - Dijo Fortachón. - Para ser el que mejor se orienta del equipo has sido el último.

- Ja, ja. - Dijo el Radar con ironía. - Guárdate tus gracias dentro, que casi no lo cuento.

Ha decir verdad el Radar tenía la ropa hecha girones, pero parecía que estaba intacto. Por su parte muchas de las cosas esas habían muerto a causa de los cables, otras las habíamos abatido.

- ¿Qué hacemos Capi? - Dijo la Escapista.

- Déjame pensar. - Respondí. - Podríamos…

Un fuerte sonido proveniente de encima de nosotros hizo que me callara. El hierro que sostenía el vagón del monorraíl se estaba rompiendo y en breve este cedería y caería encima de nosotros.

- Corred en dirección contraria a los cables. - Dije. - Formación en círculo y avanzaremos girando como si fuésemos una rueda para así cubrir todos los flancos.

Dicho y hecho nos empezamos a mover con celeridad mientras derribábamos a esas cosas que se nos acercaran. Aun así, cada vez había más detrás de nosotros, aunque estas eran más lentas y metálicas que las que habíamos visto al entrar a la ciudad. Aun así, estaban acumuladas done hacia apenas unos segundos estábamos nosotros. En ese momento cedió. El vagón del tren se precipitó hacia el suelo aplastando a la mayoría de esas cosas, eso fue bueno, lo no tan bueno fue que una gran parte del tren se estaba dirigiendo a nuestras cabezas.

- ¡Romped la formación corred! - Ordené.

A nuestro alrededor empezaron a caer piezas de metal y cascotes de piedra de lo que habían sido las columnas que sostenían el monorraíl en el aire. Todo se llenó de más humo y polvo. No veía por donde andaba y había vuelto a perder de vista a mi equipo, aunque no deberían de estar muy lejos, porque entre golpe y golpe y explosión y explosión escuchaba sus jadeos.

De repente me encontré una de esas cosas delante de mí, aprovechando el impulso de mi carrera la cogí de la cabeza con las manos y salté por encima de la cosa mientras soltaba una mano cogía mi pistola y le volaba lo poco de orgánico que le quedaba en ella. Una vez mis pies tocaron el suelo ni me paré a mirar, seguí a la carrera. No paraban de caer cosas, y más de una vez pensaba que moriría aplastado, hasta que me di de bruces con un edificio. Escuche protestas de los miembros de mi equipo chocando con la misma pared. Rápidamente busqué una puerta y saqué Eso. Una vez encontré una puerta la abrí de una patada a y utilicé a Eso para reunir a mi equipo. Poco a poco aparecieron todos y entramos en la casa, para luego atrancarla con los muebles que vimos por allí. Eliminamos a un par de esas cosas que habían dentro de la casa-edificio y finalmente caímos al suelo extenuados por el esfuerzo realizado. Bueno por lo menos estábamos todos vivos.




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