Nanozombis

CAPÍTULO 13: SEGUIMOS

Y así ha sido como he llegado a esta situación, aquí en este cubil de seguridad dentro de unas apestosas alcantarillas y agotado física y mentalmente. La verdad es que no sé cuánto tiempo más podré resistir la presión de ella en mi mente. Noto como poco a poco, pero inexorablemente, se está abriendo paso en mi cerebro conquistándolo.

Así que he decidido que ya he descansado suficiente. Me levanto a duras penas del duro y frio suelo y me dispongo a abandonar aquella sala. Doy unos cuantos saltos y hago unos cuantos estiramientos para calentar motores antes de seguir adelante. Recojo el equipo y, después de comprobar las cámaras de seguridad de la estancia en la cual me encuentro, me dispongo a salir con mucha precaución. Mi objetivo es volver a salir a la superficie y llegar al edificio central de la ciudad para luego acceder al laboratorio situado debajo de la ciudad, cuyo único acceso, según Abril, está allí.

La puerta emite un apenas audible chirrido mientras la abro y rápidamente ilumino a derecha, a izquierda y hacia delante. Es peligroso iluminar, pero más peligroso es ir a oscuras, tanta tecnología y no tenemos un maldito casco con visión infrarroja, ya se hubieran podido estirar un poco más los del gobierno…

Ando poco a poco por las alcantarillas, intentando hacer el menor ruido posible, aunque la luz me delate, el sonido podría atraer a más de esos Nanozombis como los llamamos. La zona huele a mierda pura, como desearía tener ahora mismo mi casco en condiciones óptimas, no me preocupa la infección, puesto que ya estoy infectado, sino más bien anhelo el filtro de aire, que al menos no dejaría que percibiere este horrendo olor.

De repente una maldita rata metálica me salta a la cara des del suelo, consigo atraparla en el aire y le arranco la cabeza con mis dientes metálicos. Al menos la infección me ha dado unas habilidades y “complementos corporales” útiles.

Escupo la cabeza cortada, la cual se desvanece en el aire y prosigo como si nada hubiera ocurrido. Estoy muy cabreado con ella y pienso desconectarla, aunque sea lo último que haga. Es gracioso porque eso es, con una alta probabilidad, exactamente lo último que haga. Pero nadie que toque a mi familia se va de rositas. Pienso destruir hasta el último dato de su conciencia, no quedará nada de ella.

Me hundo unos centímetros en el agua después de dar un traspiés. Al menos no he caído de espaldas todo entero, aun así, estoy literalmente con mierda hasta la cintura. El olor y el asco es total y no consigo evitar l vomito. Salgo de la fétida agua lo más rápido que puedo para encontrarme de cara con un par de cucarachas nanozombificadas.

- Esto es de risa. - Murmuro entre dientes mientras recojo la escopeta del suelo, que me había caído a causa del traspiés y vacío los cargadores encima de ellas.

Después de que desaparezcan las Nanocucarachas y de que por todo el túnel resuenen los disparos efectuados, me apoyo en la pared para recuperar el aliento. En ese momento escucho un clic, producido por mi mano al pulsar un botón que había en la pared. Después escucho detrás de mí, una especie de ruido metálico y empiezo a notar como algún tipo de líquido, probablemente aguas residuales, empieza a correr por debajo de mis pies. De improvisto y de manera impetuosa el asqueroso liquido me arrastra, haciéndome caer otra vez al canal. La corriente aumenta de intensidad y yo intento cogerme de algo, cualquier soporte, mientras siento como el resbaladizo suelo del fondo del canal se desliza entre mis botas y poco a poco la corriente me aleja del lugar donde hacia escasos segundos me encontraba.

Pataleo con furia y revolviendo mi cuerpo con los ojos escociéndome y logrando respirar de vez en cuando al conseguir sacar la cabeza de debajo del agua. Avanzaba por el medio de un conducto negro como la garganta de un monstruo dispuesto a devorarme. Finalmente decido que es mejor no luchar contra la corriente y dejarme llevar por la fétida agua.

De súbito me encuentro ciego y sordo por culpa del torrente, deslizando por la entraña de una ciudad muerta, tengo la sensación de que viajo por el esófago de una horripilante criatura gigantesca camino a su estómago, sitió donde se me devorará por completo, sin control de mi vida.

Minutos después, que me han parecido horas, la corriente deja de ser tan fuerte y consigo recobrar el control de mi cuerpo. Me pongo en pie, en medio de la oscuridad y escupiendo agua residual, de gusto más bien horrible. La corriente de mis pies aun tira, pero con una fuerza tan débil que la mía propia es mayor, además en ese sitió tengo el agua por los tobillos.

Enciendo la linterna que tengo de reserva, la otra la he perdido a causa del torrente e ilumino a mi alrededor. Al parecer he atravesado algún tipo de tubo de drenaje y ahora me encuentro en una sala bastante grande, por la cual el agua desaparece absorbida por un agujero situado a unos cuantos metros de donde yo estoy. El canal es bastante amplio como para que la presión del agua haya disminuido, si no hubiese sido así me habría tragado eso agujero y a saber que habría sido de mí.




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