Napoleon Bonaparte

CAPITULO 1

· MC- ¿Escuché bien? ¿Vampiros?

· SEBASTIAN- Sí. Exactamente.

El tiempo se detuvo. Mi corazón casi se negó a latir. Entonces vi lo impasible que parecía Sebastian y me reí con alivio.

· MC- ¡Sebastián, realmente me engañaste! Estabas tan serio que casi te creo.

· SEBASTIAN- De hecho...

· MC- Aprecio que intentes animarme. Me ayudó.

Había un reloj antiguo colgado en la pared. Lo miré. ¿Era realmente tan tarde?

(Estoy manteniendo despierto a Sebastian, cuando estoy segura de que tiene prisa por terminar su trabajo.)

· MC- Creo que ahora podré dormir. Gracias. ¡Y gracias también por el agua! Buenas noches, Sebastian.

· SEBASTIAN- ...Buenas noches.

Le devolví mi taza a Sebastian y me fui de la cocina. La luz de la luna entraba a raudales por los pasillos como cintas fantasmagóricas. Era hermoso pero desconcertante aquí en medio de la noche. Estoy atrapada en la Francia de fin de siglo, sin poder volver por lo menos durante otro mes.

(Esa parte parece cierta. ¿Pero la mansión está llena de los hombres más grandes de la historia? Incluso si pudieran haber viajado en el tiempo, ¿por qué dejarían ellos sus propios tiempos? ¿Por qué quedarse aquí cuando tienen vidas que vivir?)

¿No deberían estar tan ansiosos por regresar como yo? No tenía sentido. A menos que creyera la broma de Sebastian de que todos eran vampiros... ¡lo cual era absurdo!

· MC- Averiguaré mañana la verdad a través del Conde.

Por ahora, necesitaba volver a mi habitación y con suerte volver a dormir. Fue entonces cuando lo vi, parado en el límite de la luz y la sombra, con la apariencia de personificar ambas. Mi salvador estaba de espaldas a la pared, con los brazos cruzados, pero no de forma serena.

(¿Quién dijo que era?)

.....

· NAPOLEON- Napoleon. Napoleon Bonaparte... Soy un soldado.

.....

Los ojos de Napoleón estaban fijos en la ventana como si fueran los barrotes de una vieja jaula familiar.

· MC- ¿Monsieur Bonaparte?

Sus ojos de esmeralda dejaron la luna creciente suspendida lejos de su alcance y me miraron. De repente me invadió una sensación.

(Me siento... mareada...)

Mi visión se redujo a pequeñas grietas.

.....

· ??- Lo quiero todo. Tu cuerpo, tu corazón... y tu destino.

.....

(No otro... sueño consciente...)

Era mi sueño de vampiros. Vino de nuevo a mi mente, junto con todas las sensaciones que había experimentado. Respiré con calma, sólo para darme cuenta de que Napoleón se había alejado de la pared.

· NAPOLEON- ¿Estás bien?

· MC- Sí, creo que sí.

· NAPOLEON- No deberías andar por ahí. He oído que te quedarás aquí hasta que se abra la puerta.

(El Conde les dijo, como dijo que lo haría.)

Confirmé lo que Napoleón había oído.

· NAPOLEON- Entonces querrás quedarte en tu habitación por la noche. Especialmente si vas a estar sola.

· MC- ¿Por qué? ¿Hay algo aquí de lo que deba preocuparme?

· NAPOLEON- ... No me corresponde a mí decírtelo. Sólo sigue el consejo.

Había una fineza en su respuesta. Cualquier trato tácito que hayamos tenido antes, cambio mi acuerdo de quedarme aquí.

(¿Oh? Así que ahora ¿no te corresponde a ti decírmelo?)

· MC- Muy bien, entonces. Bonsoir, Monsieur.

· NAPOLEON- ...Bonne nuit.

Con nuestras buenas noches intercambiadas, volví a mi habitación y cerré la puerta. Una vez más, me metí en la cama y me encontré envuelta por suaves sábanas.

(Napoleón ha estado cerca durante mis dos sueños conscientes. ¿Dónde estaba él mientras yo tenía esa pesadilla? ...Él no pudo ser la causa de ellas. Eso es imposible. Es pura coincidencia.)

Estuve sola con mis pensamientos por mucho tiempo antes de que me quedara dormida. Esta vez, afortunadamente, no hubo más sueños... no habría podido saber en ese momento lo importante que sería esa noche para mí. No sólo todo lo que me habían dicho era verdad, sino que fue la noche en la que lo conocí... Al hombre del que me enamoraría, y que cambiaría mi vida para siempre.

***

· ???- Bonjour, MC.

(Oh, buenos días... quiero decir, ¿quién...?)

Una voz suave y firme me llamó, sacándome de mi sueño.

· CONDE DE SAINT-GERMAIN- Ah. Por fin te has despertado.

· MC- ...¡¿Conde?! Estaba segura de que había cerrado la puerta con llave. ¿Por-qué-y-cómo-es que estás en mi habitación?

· CONDE DE SAINT-GERMAIN- Estoy aquí para ser el primero en ofrecerte un tour por París.

· MC- No sabía que era un puesto solicitado.

· CONDE DE SAINT-GERMAIN- Puede que te sorprendas. Sin embargo, me siento responsable, ya que sólo te he mostrado la ciudad a través de la lente de un telescopio. Deberías verla con tus propios ojos.

· MC- Estoy de acuerdo. Es una buena idea.

El Conde de Saint-Germain parecía encantado de que yo estuviera de acuerdo. Sonrió con esa gracia intemporal suya, tan bella como un retrato.

· CONDE DE SAINT-GERMAIN- Maravilloso. Hagamos un recorrido por la Francia del siglo XIX, ¿sí?

Ni un momento después de arreglarme, el Conde me hizo subir a su carruaje. Tomó un cuarto de hora para llegar a la ciudad...

(¡Tenía razón! ¡Es un panorama completamente diferente cuando estás en la calle!)

Los vestigios del pasado que podías encontrar en Montemarte o en le Marais no se podían comparar. Los edificios antiguos aún estaban aquí, pero, ¡eran nuevos! Este era el mundo que las postales y los folletos sólo trataban de capturar.




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