· NAPOLEON- Te ves pálida. ¿Quieres...?
Vi su mano acercarse; me estremecí.
· MC- ¡No...!
La palabra se me escapó. La mano de Napoleón se quedó suspendida en el aire.Busqué algo, cualquier otra cosa que decirle. Pero no pude encontrar nada.
(¿Por qué todo tuvo que salir así?)
Miré mis manos temblorosas.
· NAPOLEON- ...Está bien...Volvamos...
Me despeinó el cabello y se dio la vuelta.
· MC- Napoleón, escucha...
· NAPOLEON- Deberías volver con Theo.
Lo miré fijamente.
· NAPOLEON- ¿Por qué esa cara? Theo tiene el carruaje. No querrás enfermarte, ¿verdad?
En cuanto dijo las palabras que una vez le hicieron reír tanto, supe que le dolía. Le había hecho daño.
(...¿Qué nos hemos hecho el uno al otro?)
Yo también estaba sufriendo. Egoístamente, deseaba volver a la cocina, riéndonos y hablando como antes.
· THEODORUS- MC, date prisa. No voy a esperarte.
· MC- ...ya voy.
· THEODORUS- ¿Isaac? ¿Quieres que te lleve? Es tarde.
· JEAN- ...ve con ellos, Isaac.
· ISAAC- Supongo que viajaré contigo, Theo.
· THEODORUS- Entonces vámonos.
Dejamos atrás la silenciosa iglesia, mi corazón seguía siendo una maraña de emociones.
*
...Napoleón y Jean fueron los primeros en volver a la mansión.
· NAPOLEON- ...Gracias, chica.
Napoleón cepilló a su yegua, pasando sus dedos por su melena.
· NAPOLEON- Y gracias por venir, Jean.
· JEAN- No ha sido nada.
Jean estudió la cara de Napoleón un momento.
· JEAN- ...Pero, ¿y tú? ¿Y tu problema?
· NAPOLEON- ¿Qué problema?
· JEAN- Tienes el molesto hábito de fingir que no sabes de lo que la gente habla. Quiero decir MC.
La expresión de Napoleón cambió ligeramente al mencionar su nombre. Pero no sonrió.
· JEAN- Creo que la asustaste. Ella no entiende lo que hiciste.
· NAPOLEON- ¿Debería haber hecho algo diferente?
· JEAN- Ambos sabemos que uno no debe amenazar con matar a menos que esté dispuesto a matar o morir. Pero en un conflicto así, siempre hay una baja segura... una pequeña parte de tu alma... Al tomar una vida, todos los que están involucrados mueren. Querías que ese chico lo entendiera, para que no se manchara las manos y el corazón.
· NAPOLEON- Sí. Quería que lo supiera. Pero, Jean, no es la única razón de que haya hecho lo que hice allí.
· JEAN- ¿No?
Napoleón frunció el ceño.
· NAPOLEON- ...quería matarlo. Iba a hacerlo.
Jean miró hacia otro lado.
· NAPOLEON- No estaba mintiendo ni exagerando. Y sigo siendo, innegablemente, el mismo hombre que estaba en esa iglesia... Así que tiene todo el derecho de tenerme miedo.
Caminando hacia la entrada del establo, Jean miró al cielo. La luna estaba semi-llena. O, tal vez, ocluida.
· NAPOLEON- Morir y volver a la vida no cambia nuestro pasado, o quiénes éramos. Sé que has tenido que hacer cosas que hubieras preferido no hacer.
Jean pensó en tener que enviar a los hombres a la batalla, a la muerte. ¿A eso se refería Napoleón? O...
· JEAN- ...¿estás seguro de que esto no es algo más personal?
La luz de la luna iluminó las tranquilas sombras de la noche, aunque ninguna luz logró desterrarlas.
***
No pude dormir esa noche, y me desperté a la mañana siguiente con un dolor de cabeza punzante. Agarré una escoba y barrí el balcón, con la esperanza de que el aire fresco me ayudara con la cabeza.
(...no he visto a Napoleón en todo el día.)
Isaac se había encargado de despertarlo esta mañana. Probablemente esté bien. De todas formas no sé qué le diría ahora mismo. Mis dedos se apretaron alrededor del mango de la escoba. Justo entonces, oí pasos que se acercaban.
· SEBASTIAN- Ahí está... la mayor tonta de toda Francia.
· MC- ...Los historiadores no deberían exagerar, Sebastian.
Sebastián se acercó a mí... ¡Para dame el mayor golpe en la frente con su dedo de mi vida! Me froté mi frente adolorida.
· MC- ¡Eso dolió! ¡Dijiste que no lo harías tan fuerte!
· SEBASTIAN- Quise hacerlo. Y luego le vi aquí abatida y me puso tan molesto que no pude detenerme.
· MC- ¿Por qué estás enfadado?
· SEBASTIAN- Primero, ha interrumpido el horario de trabajo. Segundo, hay once personas aquí y no intentó hablar con ninguna.
Sebastian se señalo a sí mismo y se puso de pie, aparentemente esperando. Cediendo, decidí contarle lo de anoche...
· SEBASTIAN- ...ya veo. Retrasó el hablar con Napoleón de inmediato. Y ahora, cada minuto, se hace más difícil.
· MC- Bueno, sí. Pensaba en él como en un hombre que había conocido, como cualquier otro. Disfrutaba de todas las pequeñas cosas que aprendí de él.
(Sus hábitos de sueño. Su risa contagiosa. Su buena cocina. Sus besos. Me gustaba ese Napoleón.)
· MC- Y luego...
.....
· NAPOLEON- La sangre de un siglo corre por mis manos. He matado campesinos, soldados y príncipes. Todos murieron por mi voluntad. Soy la Pesadilla de Europa, y no tengo problemas en matarte. ¿Qué es uno más para el gran número de mis muertos? Todo lo que espero es el mando del chico cuyo padre asesinaste.
.....
...entendí lo que estaba haciendo allí, ya sabes. Quería mostrarle a Gav los horrores de quitar una vida.