Napoleon Bonaparte

CAPITULO 14

Isaac salió corriendo del callejón, desapareciendo a la luz del atardecer. En unos minutos, regresó.

· ISAAC- Toma esto.

Isaac lanzó una crepa llena de fruta y azúcar a Napoleón.

· ISAAC- Te gustan las crepas. Cómetela entonces. ¿Y bien? Continúa.

· NAPOLEON- ...está bien.

A él SI le gustan las crepas. Napoleón tomó un bocado al dulce postre.

· ISAAC- Eso. Has comido algo. Ya no tienes hambre. Sigues siendo... humano.

Isaac se mordió el labio, y Napoleón vio cuán profundamente sobresalían los colmillos de Isaac.

· ISAAC- No puedo hacer lo que tú haces. Soy... soy un... ya sabes lo que soy. Lo que trato de decir es que estás bien, ¡y deberías dejar de preocuparte!

Napoleón se acercó y le dio una palmadita en la cabeza a Isaac.

· ISAAC- ¿Qué estás...? ¡Detente!

· NAPOLEON- Sé lo que estás diciendo. Gracias por la crepa, Isaac. Fue muy satisfactorio.

· ISAAC- Bueno... no veo como podría ser algo por lo que necesites darme las gracias.

· NAPOLEON- De ninguna manera. Era exactamente lo que necesitaba.

Napoleón se puso de pie. Los niños se estaban reincorporando a su escuela.

· NAPOLEON- Hemos dejado a los niños solos durante demasiado tiempo. ¡Están dispuestos a destrozar todo París si no les damos algo que hacer!

· ISAAC- ...yo también ayudaré. No es que me escuchen siquiera.

· NAPOLEON- Puede que te sorprendas. Vamos.

*

A la entrada del callejón, un lujoso carruaje estaba estacionado con dos hombres dentro. Miraban cómo Napoleón e Isaac jugaban con los niños.

· ???- ...Ese es realmente él. ¡Bonaparte!

Un hombre con uniforme rojo agarró la ventana tan fuerte que parecía que la iba a romper. El otro hombre miraba, con las manos cruzadas, como un espectador en un teatro.

· SHAKESPEARE- Ves, he dicho la verdad. Napoleón Bonaparte aún vive.

· ???- ¡Por todos los dioses! ¡¿por qué?!

El hombre de rojo se agarró la cabeza, sus dedos se clavaron en su oscuro cabello, su noble rostro se retorció de dolor.

· ???- ...¿Cómo puede estar sonriendo?

· SHAKESPEARE- En efecto. ¿Por qué?, me parece como si olvidara lo que ha hecho.

· ???- ¿Cómo podría olvidar? No es posible. ...¡Bonaparte! Lo que ha hecho, no se puede permitir olvidarlo nunca! Recordara si debo tallar su sediciosa historia en su podrido pellejo.

· SHAKESPEARE- Pero la carne que se marca se endurece cuando se cura. ¿Eso te revelará el hombre que lleva dentro, o servirá para ocultarlo aún más?

· ???- ¿Qué quieres decir, poeta?

· SHAKESPEARE- Temo que Napoleón se haya vuelto sanguinario en espíritu, por no decir en apetito. ¿Deseas verlo a él? ¿O desea ver al hombre que ha tomado su nombre?

· ???- ...¿Cómo puedo llegar a él? ¿Cómo lo despierto?

· SHAKESPEARE- ¿Te ofrezco un consejo? Tanto si encuentras mi consejo justo como si no, seguro que te ayudará. Porque incitar pasiones en los hombres es mi especialidad.

Shakespeare estudió a Napoleón como si fueran palabras en una página. Imitaba tomar una pluma en la mano y dibujar una línea a través de él. Pero nadie, ni siquiera el Bardo, sabía cómo terminaría la historia de Napoleón. Nadie sabía lo cruel que podía ser el destino... Esa noche, estaba escribiendo en mi habitación. Alguien llamó dos veces a mi puerta.

(¿Quién podría ser?)

· MC- Ya voy.

Abrí la puerta.

· NAPOLEON- Disculpa... siento... molestarte.

· MC- ¡Dios, Napoleón, pareces medio dormido! ¿Qué pasa?

· NAPOLEON- Tengo algo... que darte. Extiende tu mano.

Curiosa, hice lo que me pidió. Me puso un perro de peluche en las manos. Era pequeño y blanco, con botones que lo mantenían unido, ¡y era terriblemente lindo!

· MC- ¿Qué es esto?

· NAPOLEON- Un perrito.

· MC- ...Napoleón, eso puedo verlo.

(¡Él es imposible!)

Al menos siempre dice la verdad.

(¡Sólo tengo que preguntárselo directamente!)

· MC- ¿Me tienes otro regalo? ¿Para qué es éste? ¿Dónde lo has encontrado?

· NAPOLEON- Ahora estás pidiendo demasiado a la vez.

(¿Cómo puede ser demasiado?)

· MC- No puedo evitarlo. ¡Quiero saber qué está pensando el hombre que tengo delante!

· NAPOLEON- ...La mayoría de la gente se contenta con adivinar. Sólo que tú te esfuerzas mucho en preguntar.

· MC- Y no olvides, Napoleón, que prometiste responder a cualquier pregunta que yo tuviera.

· NAPOLEON- No deberías abusar de tu poder de esa manera. ¿Qué dirá la gente? De acuerdo. Sí, te he traído otro regalo. No, no es por nada en particular. ¿Dónde lo encontré...? Isaac y yo pasamos por una tienda al volver. Vi el perro y pensé en ti. Y ahí está.

Se dio vuelta para irse.

· MC- ¡No te vayas!

Alcancé a detenerlo.

· NAPOLEON- ¿Qué? ...¿Hay más preguntas?

· MC- Sólo una más. ¿Por qué?

· NAPOLEON- La pregunta más difícil de responder.

Lo miré a sus atentos ojos. Ojos que luchaban contra el sueño para sostener los míos.

· NAPOLEON- Supongo que... Quería verte sonreír.

...eso. Era la respuesta que mi corazón esperaba y temía. Me despeinó el cabello, bostezando mientras lo hacía.

· NAPOLEON- Ahora, bonsoir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.