Napoleon Bonaparte

CAPITULO 15

· MC- ¡Detente!

· NAPOLEON- ...MC... yo necesito...necesito...!

Se quedó inmóvil a mitad de la frase.

· MC- ¡Napoleón!

Grité su nombre. De repente, se estremeció. Sus ojos parecieron despejarse. Se levantó de la cama y me dio la espalda. Me enderecé la camisa desaliñada.

· MC- ¿Qué fue eso recién?

No dijo nada.

· MC- Háblame, Napoleón.

Respiró con dificultad, como si quisiera hablar, pero sus palabras se apagaron en su garganta. La respuesta que finalmente me dio fue tan dolorosa que me afectó mucho.

· NAPOLEON- Parecías tan seria cuando entraste. Sólo estaba... burlándome de ti, para que te relajaras.

(¿Esa es tu explicación? No me lo creo.)

La sonrisa de Napoleón. Sus ojos. Todo en él estaba ausente, de alguna manera. Me di cuenta de por qué sonaba tan apagado; era la forma en que un mal mentiroso sonaba cuando decía una mentira.

*

Napoleón salió de su habitación no mucho después de MC. Se encontraba en el comedor; tenía antojo de algo de comer. La jarra de Rogue reposaba en una bandeja cerca de la mesa. Napoleón la agarró sin pensar, tomándola con manos temblorosas. El líquido espeso bañó las paredes del recipiente, dejando una capa de rubí opaco. Tiró del tapón de cristal, se relamió los labios y sintió los nuevos colmillos que sobresalían. Horrorizado, intentó bajar la jarra, pero al igual que el canto de una sirena, su mente y su cuerpo se debilitaron.

· NAPOLEON- ...no quiero...

· JEAN- ¿Quién está ahí?

Jean entró en el comedor. Cuando vio a Napoleón, su mano dejó el mango de su espada.

· NAPOLEON- ...Ugh...

· JEAN- ¿Napoleón?

Corrió junto al otro hombre, frunciendo el ceño cuando notó el dolor de Napoleón.

· JEAN- ¿Tienes sed de Rouge? Bébalo. Te ayudará.

Jean llevó la bebida a los labios de Napoleón.

· NAPOLEON- ¡No! ¡Detente!

Napoleón apartó la jarra de las manos de Jean, enviándola al suelo. El recipiente golpeó la alfombra y permaneció de costado. Un constante chorro de sangre se derramó, acumulandose en el suelo. El aroma cálido e insoportablemente dulce llenó la habitación. Napoleón estaba enfermo de hambre.

· NAPOLEON- ¡No soy un VAMPIRO!

· JEAN- Napoleón, tú...

· NAPOLEON- ¡Soy un humano! Soy... humano. Soy... todavía humano... como ella. Por favor... déjame seguir siendo humano... hasta el día en que tenga que dejarla ir...

Su voz se desvaneció en un susurro. A sus pies... ojos brillantes de esmeralda y colmillos blancos se reflejaron en el charco de sangre del suelo.

*

Al día siguiente, Vincent y yo salimos a la ciudad en busca de inspiración artística. El cielo estaba despejado, las calles iluminadas con luz natural- yo era la única nube sombría.

(¿Qué estaba haciendo Napoleón anoche? No creo que sólo se estuviera burlando de mí.)

Sus bromas tenían un buen significado y siempre iban seguidas de su risa contagiosa.

(¿Pero eso? Era como si hubiera perdido el control. Tal como lo hizo Jean cuando...)

· VINCENT- ¿MC?

La suave voz de Vincent me llamó al presente.

(Puedo pensar en ello más tarde.)

· MC- Lo siento, Vincent.

· VINCENT- ¿Por qué lo sientes?

· MC- Por haberme quedado a la deriva hace un momento.

· VINCENT- No te disculpes por eso. Yo me quedo a la deriva todo el tiempo. Me imagino a mí mismo en los campos, entre las flores, mirando por las ventanas... De hecho, por eso estamos aquí. Para dejar que nuestras mentes deambulen.

La sonrisa de Vincent era irresistible.

(Es tan dulce.)

· MC- Tienes razón. Gracias.

(Necesito disfrutar del momento. Habrá mucho tiempo para reflexionar más tarde.)

Cuando regresemos a la mansión, buscaré a Napoleón. Hablaré con él con mi mente renovada. Justo entonces... alguien me agarró.

· VINCENT- ¡¿MC?!

Me arrojaron sobre un caballo antes de que pudiera reaccionar. Eso me quitó el aliento. Al menos intenté ver quién me había agarrado. Pero no pude ver ningún detalle de su cara. Una capucha oscura, y la luz detrás de su cabeza, conspiraron para ensombrecer sus rasgos.

· MC- ¡Bájame!

· HOMBRE ENCAPUCHADO- Si no cierras la boca educadamente y me acompañas, milady, te mataré aquí.

Acento británico. No es una voz que yo conozca...

· VINCENT- No sé quién es usted, señor, pero le agradecería que liberara a mi amiga.

· MC- ¡Vincent, corre! ¡Consigue ayuda!

· HOMBRE ENCAPUCHADO- ¡Desaparece!

· VINCENT- No me iré a ningún lado... no hasta que me la devuelvas.

Vincent le lanzó su caja de pinturas a la cara del hombre encapuchado. El ataque tomó al hombre por sorpresa. Vincent lo sujetó del brazo, tratando de bajarlo de su caballo. De repente, se oyó un zumbido. El hombre había desenvainado un sable. El sable bajó... directo a las manos de Vincent.

· MC- ¡Alto! ...iré contigo.

· VINCENT- ¡MC!

· MC- ...Vincent, haz lo que dice.

Vincent podía ser un vampiro, pero estaba desarmado, y este hombre blandía la espada con la misma fuerza que muchas veces había visto. Iba a salir herido si se quedaba. En cambio, Vincent necesitaba salir de aquí y contarle a los demás sobre esto. Vi en sus ojos que lo haría.

· HOMBRE ENCAPUCHADO- La amable colaboración de la dama te ha salvado la vida. Úsala bien.

*

· VINCENT- MC...




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