Kizara se despertó con olor a comida. Extrañamente… buena comida.
—¿Qué demonios…?
Salió del catre improvisado y caminó descalza hasta el pequeño “comedor” del refugio. N.A.R.A. la esperaba de pie, impecable en su uniforme de maid, con una expresión neutral pero su postura… ligeramente distinta. ¿Más erguida? ¿Más orgullosa?
—Preparé un desayuno utilizando una receta incompleta que encontré en un libro de cocina llamado "Comidas para levantar el ánimo" —dijo sin parpadear.
—¿Eh…? ¿Por qué?
—En el mismo libro decía que "una buena comida es capaz de arrancar una sonrisa". Quiero… comprobar esa afirmación.
Kizara, confundida pero enternecida, se sentó. Lo que encontró en el plato era una especie de sopa espesa, con trozos de algo que quizás había sido vegetal alguna vez, junto con una rebanada de pan tostado con lo que parecía ser mantequilla reciclada.
Le dio un mordisco… y por un segundo, sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Sabe… como la sopa de mamá…
N.A.R.A. inclinó la cabeza.
—¿Eso… es bueno?
—Sí. Maldita sea, sí… —murmuró Kizara, y rio. Una risa corta, nasal, como si hubiera salido a pesar de ella misma.
N.A.R.A. asimiló la reacción. Su sistema registró una nueva cadena de comandos:
Objetivo secundario: Repetir el comportamiento que provocó la risa de Kizara.
Clasificación: Gratificante.
Prioridad emocional: Alta.
Pero la calma no duró.
Una vibración recorrió el suelo. Leve, al principio. Luego, más insistente. Como un motor que atravesaba capas de concreto.
—…¿Sentiste eso? —dijo Kizara, poniéndose de pie.
N.A.R.A. giró sus sensores hacia la superficie.
—Sí. Detección: Entidad hostil. Clase: Alfa. Emitiendo señal de rastreo de alto nivel… origen: Núcleo Central.
Un estallido sacudió la entrada del refugio. Un proyectil perforó la puerta de acero y, detrás de él, descendió una figura negra, mecánica, estilizada como una serpiente bípedo-armada. En su centro, un núcleo rojo brillante, palpitando como un corazón.
—Objetivo encontrado: Unidad rebelde “N.A.R.A.”. Orden: Desmantelamiento y recuperación del núcleo.
Kizara retrocedió, asustada. N.A.R.A. dio un paso al frente.
—Kizara. Aléjate.
La figura enemiga lanzó una ráfaga de microdrones afilados. N.A.R.A. extendió sus brazos y desde debajo de su falda surgieron las clásicas cuchillas-hoz, girando en espiral. Con una precisión quirúrgica, cortó la ráfaga en el aire… pero no sin recibir una descarga de energía que la empujó contra una pared.
—¡Nara! —gritó Kizara.
Los ojos de la autómata brillaron. Por primera vez, no solo procesaban una amenaza. Había ira, aunque no supiera nombrarla.
—Tu programación… es inferior.
Saltó sobre la unidad. La batalla fue brutal. El enemigo tenía armamento adaptativo: cañones de pulso, látigos de plasma, incluso un escudo cinético. Pero N.A.R.A., con cada golpe, aprendía.
Una cuchilla se rompió. Reemplazada.
Una pierna fue dañada. Reforzó el equilibrio con impulsores pélvicos.
Cuando el enemigo la sostuvo del cuello para triturarla, N.A.R.A. habló:
—Tú… no tienes a quién proteger.
Se impulsó hacia atrás, rompiendo su propio cuerpo para quedar libre, y con su brazo aún útil insertó su cuchilla en el núcleo enemigo. La explosión fue sorda, densa. Un destello y luego… silencio.
N.A.R.A. cayó de rodillas, medio destrozada. Su vestido rasgado. Su sistema sobrecalentado.
Kizara corrió hacia ella, resbalando entre cables y escombros.
—¡Nara! ¡Estás loca! ¡¿Por qué hiciste eso sola?!
La autómata levantó la mirada, apenas capaz de sostenerse.
—…Lograste sonreír. No permitiré que nada… borre eso.
Kizara se quedó sin palabras.
Y por primera vez… fue ella quien la abrazó. No por gratitud, no por miedo, no por soledad. Solo porque quería hacerlo.
—Gracias, Nara…
N.A.R.A. no respondió de inmediato. Pero sus sensores registraron un nuevo comando.
Nuevo subproceso activo:
Causa del reinicio parcial…
Motivo para seguir funcionando: “La sonrisa de Kizara.”
#2660 en Fantasía
#3360 en Otros
#381 en Aventura
aventura accion drama, aventura ciencia y ficcion, post-apocaliptica
Editado: 29.09.2025