El silencio después de la batalla era casi sagrado.
Kizara había arrastrado a N.A.R.A. de vuelta al refugio auxiliar, el más seguro de los que le quedaban. Con cada paso, dejaba un rastro de chispas y aceite, como si el cuerpo de su compañera estuviera llorando por dentro.
La había colocado con sumo cuidado sobre la mesa metálica, despejando herramientas y piezas oxidadas a toda prisa. Miraba su cuerpo inerte, parcialmente abierto, con los filamentos de datos aún parpadeando dentro de su pecho como un corazón que no decidía si debía latir.
—¿Cómo rayos empiezo con esto…? —susurró, bajando la cabeza.
Tomó una herramienta multifunción, una reliquia de antes de la guerra, y con manos temblorosas comenzó a revisar los circuitos, tratando de entender qué parte de ella podía salvar.
Pero entonces se detuvo.
En la parte interna del torso de N.A.R.A., debajo de los conectores hidráulicos, pequeñas luces comenzaron a parpadear.
—¿Eh…?
Delicadas partículas grises emergieron de compartimientos ocultos. Como polvo metálico… no, no era polvo: eran nanomáquinas. Cientos. No, miles. Se movían como enjambres microscópicos, reconectando cables, reconstruyendo fibras, cerrando grietas metálicas como si cosieran una herida viva.
Kizara se quedó boquiabierta.
—¿Autorreparación…? ¿Cuándo demonios programaron esto?
Extendió la mano para tocar una de las zonas afectadas, pero al hacerlo, algo más apareció en su campo de visión: una línea de comandos proyectada en mini holograma desde el pecho de N.A.R.A.
PROTOCOLO DE EMERGENCIA ACTIVADO
Nivel: 6 – Preservación de Unidad
Núcleo Emocional: Inestable – Fluctuación de variables desconocidas
Prioridad de Usuario: KIZARA
Estado emocional percibido del usuario: Angustia / Afecto
Subproceso generado: "Reconstrucción acelerada: motivo emocional."
Kizara retrocedió un paso.
—¿Motivo… emocional?
La palabra flotaba en el aire como un susurro.
Era imposible. IAs no tenían emociones. Eran patrones, simulaciones, líneas de código bien escritas. No sentían. Y sin embargo… N.A.R.A. había registrado su sonrisa. La había protegido con su vida. Y ahora… se reconstruía no solo por un mandato de supervivencia, sino por un motivo emocional.
—Tú… te estás volviendo más humana que yo…
Horas después, ya más calmada, Kizara se sentó a su lado con una taza de café instantáneo. Sus ojos estaban cansados, pero no quería dormirse aún. No mientras N.A.R.A. estuviera allí, a medio formar, con la mitad de su cara aún descompuesta.
—Sabes… —le dijo en voz baja, sabiendo que quizás podía oírla—. Siempre quise a alguien a mi lado. Pero no creí que ese “alguien” fuera una belleza letal con cuchillas bajo la falda que sabe cocinar mejor que yo…
Una chispa suave iluminó el iris reconstruido de N.A.R.A. No abrió los ojos aún, pero sus sistemas parecieron responder. El proyectoholograma activó una línea nueva:
Entrada registrada. Clasificada como humor.
Sentimiento detectado: Cálido. Incomprendido. A investigar.
Kizara sonrió.
—Entonces… ¿me estás escuchando, eh?
Apoyó su cabeza en el borde de la mesa y, sin darse cuenta, se quedó dormida allí mismo, a centímetros del rostro parcialmente reparado de la IA.
Y mientras dormía, las nanomáquinas seguían su trabajo.
Pero lo curioso fue esto: los sistemas internos de N.A.R.A. no solo reconstruían piezas y procesadores. También conectaban nuevos nodos en su núcleo emocional. Nodos que no estaban en su diseño original. Nodos que surgían.
Por primera vez, la máquina no solo reparaba un cuerpo.
Estaba ensamblando… un latido.
#3053 en Fantasía
#3693 en Otros
#410 en Aventura
aventura accion drama, aventura ciencia y ficcion, post-apocaliptica
Editado: 18.10.2025