Narel

Capítulo 2

28 días antes del secuestro.

—Noticia de última hora. Alexander Ferrer CEO de Company’s Ferrer ha sido detenido por el FBI esta tarde a las 2:00 pm por presunta agresión sexual el día 15 de noviembre del presente año. Según nos informan, se encontraba en su empresa, lugar donde ha sido detenido y al mismo tiempo, también se rumora que su esposa, Bárbara Ferrer estaba al tanto de todo esto y decidió guardar silencio. Dicha declaración, ha generado controversia a nivel internacional, pues al ser una de las parejas más famosas, no se sorprendería que guardara silencio para seguir viviendo todos los lujos a los que está acostumbrada…

—Esto es una mierda... —dice mientras apaga el televisor—¡Todo es una mierda!

—Señor, le pedimos que guarde la calma o si gusta lo podemos guiar a la entrada. —le pide Stefan.

—No pienso irme. No con Bárbara embarazada y sola.

—No lo estamos, James. Tengo a todo mi equipo de seguridad a mi disposición cuidándonos las 24 horas del día. Por lo tanto, no pasa nada si gustas irte. Aparte, hay dos anillos de seguridad resguardándonos.

—Eso lo sé a la perfección Barbie, es solo que me da más confianza estar aquí contigo. Alexander confía en mí, por lo tanto, el también estará tranquilo si sabe que estoy con ambas. —menciona.

Sopeso sus palabras, y encuentro razón en ellas.

No por nada es su mano derecha desde hace medio año.

—Pídele a Ellie que preparé una habitación para el joven. —le ordeno a Stefan quien se retira segundos después.

—Barbie… ¿te encuentras bien?

—Si, es solo que… Alexander no sería capaz de hacer algo así… no él. —digo al borde de las lágrimas.

—No lo es ni lo será. Tendrán una pequeña hija, que amará y adorará. Y a ningún padre le gusta que dañen a su pequeña, porque entonces la tormenta se desatara a medio navegar. Te puedo asegurar que, así como él no quiere que dañen a su hija, sería incapaz de dañar a otras. —me dice mientras me abraza. —Tranquila, las cosas siempre suceden por algo.

—¿Pero por qué ahora? —murmuró con la voz quebrada.

—No lo sabemos, pero trata de no pensar en eso porque todo lo que sientes la pequeña que llevas dentro también lo hace, ¿Ya le hiciste saber a su abogado de esta situación? —niego. Lo olvide— Llámale y coméntale, recuerda que con su ayuda y la de todo el buffet será más rápido que salga de aquel lugar.

—Tienes razón, lo llamaré. —me separo y llamo a Luc, el mejor de todos los abogados de Nueva York.

Después del segundo tono responde y habla antes de que lo haga.

Señora Ferrer, estoy al tanto de lo que está sucediendo, y déjeme decirle que no tiene por qué preocuparse. Ya estamos analizando las “pruebas” y nada es concluso. —me dice— Le puedo asegurar que el señor saldrá en un lapso de 24horas, y si no llega a ser así, dejo de llamarme Luciano Bustamante.

—Muchas gracias de verdad. No sabes lo tranquila que me deja escuchar tus palabras. —seguimos conversando por otros 5 minutos y después termino la llamada.

—¿Todo bien?

—Si, Alex tiene que salir en un lapso de 24 horas…

—Eso es increíble. —se levanta y comienza a caminar en círculos.

—Lo es… Luc ha sido el abogado de toda la familia Ferrer desde antes de que naciera la hermana de Alexander.

—¿Hermana?

—Si… ¿No conoces a Alena?

—No, en sí, no sabía que Alex tuviese una hermana, supongo que es más reservado de lo normal.

—Si, bueno… igual no sabía eso hasta que nos comprometimos.

Suelta una risa— Supongo que es algo normal. En fin, ¿Quieres que prepare algo para que comas? Necesitas alimentarte bien.

—Claro. —le doy una sonrisa que oculte mi estado de ánimo.

🍼🧸

La tarde llega y con ella un escalofrío que recorre toda mi columna.

La sensación de ser vigilada hace que me llene de un miedo que solo experimentaba cuando era niña y los monstruos estaban debajo de mi cama, aquella sensación de esconderme bajo la fortaleza de mis cobijas llega.

James estaba organizando unos documentos que solicito Luc, por lo que, decido ir a mi habitación y cerrar la puerta, para deshacerme de mi ropa e ir a la ducha.

Mientras me adentro al agua, recuerdo que mi bebé no se ha movido desde que Alexander se fue y James está en casa.

Es como si supiera que no es su padre quien está a mi lado en estos momentos.

—Hija mía. —acaricio mi vientre— No sabes cuanto te esperamos papá y yo. Las ganas que tenemos de abrazarte y cuidarte como una muñequita de porcelana. Las salidas en familia. Los tres por ahora. Quizás cuando tengas dos años te demos otro hermanito, esa es mi idea, pero también hay que consultarlo con papá. Eres su adoración y eso que aún no estas en nuestros brazos. —siento un leve movimiento— Te daría el mundo entero si así se lo pidieras sin dudarlo, eres su princesa, su pequeña —mencionó mientras recuerdo los ojos de Alexander—. Aun cuando tengas esposo e hijos, seguirás siendo su bebita, también para mí lo seguirás siendo.




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