Narel

Capítulo 3

22 días antes del secuestro.

Alexander Ferrer

Han transcurrido cinco días desde que me dejaron ir de prisión, los medios locales no tardaron en pedir una, sublime disculpa por la noticia.

Me molestó en un momento, pero de alguna manera, me ayudo a ver quiénes me son leales y quienes no.

Dos de mis socios se fueron.

Y lo agradezco, necesitaba deshacerme de ellos, ya que me estaban robando y creer que no me daría cuenta, fue algo inútil de su parte.

Desde ese momento, hemos estado mas en contacto Alena y yo.

—¡Oh mira ese de ahí! —menciona Bárbara mientras entramos a otra tienda para bebes.

Llevamos toda la mañana en el centro comercial comprando más accesorios.

—Es hermoso… ¿te gusta?

—¿No crees que eso la canse? —pregunto al ver una ballerina rosada en su mano.

—Claro que no, es muy ligera —dice mientras toma otras dos—. Quizás y así consiga novio más rápido.

—De eso nada —se la quito—. Mi hija no tendrá novio nunca, y si intenta, tendré que verme en la penosa idea de la mandarla a un convento para que se consagre y se quite esas ideas de la mente. —menciono con el ceño fruncido.

—¿Estás loco? —dice enojada— Por ningún motivo vas a enviarla a un convento, y si lo llegas hacer yo la sacare de ahí para que este con el amor de su vida. —menciona y se va dejándome con la palabra en la boca.

¿Por qué olvide sus cambios de humor?

Suspiro mientras me toco la sien.

Salgo de la tienda con la intención de buscarla, pero me detengo en cuanto observo una pareja de ancianos tomados de la mano mirando cosas de ancianos.

La observo a ella, y en sus ojos hay ilusión en cuanto me mira, me acerco y la rodeo con mis brazos dándole un poco de mi calor corporal.

—Quiero estar en un futuro contigo de esa misma manera. —menciona mientras se recuesta en mi pecho.

—Es lo que más anhelo en esta vida, siempre a tu lado. —sus ojos reflejan amor puro.

—¿Aun cuando este con más canas que otra cosa? —dice con diversión.

—Aun con verrugas y todo, siempre deseare estar a tu lado. Pase lo que pase.

—Bueno, yo también voy a querer estar contigo, así ya no veas y tengas que andar en bastón. —cuando estoy a punto de replicar, un grito a lo lejos llama nuestra atención.

—¡Ayuda por favor! ¡No está mi bebé! —pide una chica acercándose a las personas que se le atraviesan desesperada y con lágrimas en el rostro.

Algunos solo la observan con el ceño fruncido, lástima, y pena.

Que jodida esta la humanidad.

—Alex… tenemos que ayudarla… Su bebé…

—Lo vamos a hacer, tranquila —beso su frente en un acto de tranquilizarla—, no te alteres de más, ¿entendido? —asiente—, andando.

Alguna que otra persona comienza a revolotear alrededor de la chica, unas intentando ayudar, otras de chismosas, y unos sin importarles.

¿Por qué es así la sociedad?

—Disculpa, queremos ayudarte, dinos como es el bebé alguna foto, o algo… —pide Bárbara con voz tranquila, pero con un deje de preocupación.

—Mi bebé … ella… tiene 3 meses de nacida, lleva un vestido rosita con unos zapatos color negro, es de piel trigueña, ojos color miel y… —su voz se quiebra—, yo estaba comprando una botella de agua, solo me distraje un momento, juro que no sabía que sucedería esto. —dice rompiéndose.

—Hey, tranquila, todo estará bien, encontraremos a tu hija, quizás algún familiar la tomo y…

—No, eso no puede ser —niega—, estoy sola en la ciudad, toda mi familia está en México, solo éramos nosotras dos, nadie sabía sobre ella. Se la llevaron…—solloza.

—Aún no sabemos con certeza si han salido del centro, mi esposo y yo te ayudaremos, ya la policía ha sido notificada. —comenta mientras me mira de reojo.

—Mantén la calma chica, vas a tener a tu hija en menos de lo que esperas. —pide una anciana abrazándola.

Observo como hacen lo posible por mantenerla tranquila, y es ahí donde aprovecho en alejarme un momento, para llamar a Stefan.

Señor. —responde detrás de la línea.

—Necesito que revises las cámaras del centro, enfócate en la cámara 18 y 23 a las 3:35 pm de hoy, hay una chica de 20 años aproximadamente, con una carriola, necesito que pongas extrema atención de quien se acercó a esta y como es quien se llevó a la niña, ¿entendido? También quiero que llames a Morgan y dile que venga de inmediato.

Si. En un momento comienzo a movilizarme.

—Otra cosa, nadie sale del centro hasta que lo ordené. —término la llamada y me acercó a Bárbara.

Hay personas que comienzan a buscar, unas dentro de la tienda, otras en los baños, pero no se detienen.

Son pocas a las que les interesa.

Suspiro cuando una punzada se instala en mi sien y provoca que me dé un mareo que trato de aparentar que no me afecta.

Pasan exactamente 30 minutos en los que la búsqueda sigue dentro por parte de mi personal y en los que el FBI no tarda en llegar, es ahí donde comienza la búsqueda en los lugares más fáciles y al mismo tiempo más difíciles de dar, entré ellos, el estacionamiento subterráneo.

Mi hermana quien, al verme, se acerca de inmediato a preguntar sobre lo sucedido a pesar de que ya tienen la declaración de la chica.

—Se llevaron a su hija mientras compraba una botella de agua, ya mandé a revisar las cámaras y también ordené que nadie salga ni entre. —menciono con los ojos cerrados.

—No entiendo como esto sucedió… se supone que creaste un código de seguridad donde jamás se diera situación alguna a esta o similar.

—Y lo hice, pero debes de tener en cuenta que no todo se puede en la vida. —digo molesto al escuchar su insinuación— Alguien cercano debió de haber estudiado bien el centro para poder entrar sin llamar la atención mientras que ponía alguna distracción hacia los que vigilan.

—Alguna idea?




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